Cultura

Por fin, una peli de kung fu arrasa en los Oscars

Sí, kung fu, porque 'Todo a la vez en todas partes' es lo que, antes, se llamaba, despectivamente, una película de chinos y, luego, se llamó una película de artes marciales.

14 marzo, 2023 22:17

El meme es la última aportación de la imaginación humana a la comunicación audiovisual. Tiene el mismo espíritu que el humor gráfico o que los sketch cómicos, que, aún antes, se llamaban dibujos satíricos o se representaban en pasos teatrales. Es el meme una reedición moderna de lo que ya conocíamos, pero con sus particularidades.

El meme renuncia a la coherencia gráfica y desprecia el equilibrio de tamaños, colores y formatos. Lo mismo junta dibujos con fotos que con texto y personajes del medievo con astronautas. El meme es pura expresión, con notable desprecio a la congruencia estética. Transmite una idea, una chispa de imaginación. Lo que se le exige no es precisión en las formas sino inmediatez y actualidad, algo de genio y brevedad, mucha brevedad. Mucha rapidez.

Algo así es lo que ha premiado la Academia de Hollywood con siete de las más valoradas estatuillas de su gala anual. 'Everything Everywhere All at Once' (en su lengua original), 'Todo a la vez en todas partes' (en España), es una película que no responde a los cánones tradicionales del cine, pero sus formas tampoco son completamente desconocidas.

Todo son sucesos impredecibles, ocurrencias barrocas, arranques disparatados, una forzada sucesión de dislates que pueden ser fruto del consumo de psicotrópicos o de una meticulosa búsqueda de lo informal, un rosario de sucesos que más que surgidos del ingenio parecen escogidos en minuciosa selección de elementos calculadamente imprevisibles

Esa película de título tan largo tiene precedentes en películas como 'Un perro andaluz' que dirigió Luis Buñuel en 1929 sobre un guión escrito por el propio cineasta aragonés y Salvador Dalí. Ese cortometraje surrealista puede ser la referencia más cercana a esta cinta de dos horas y veinte minutos en las que se suceden, como en aquella, imágenes inconexas cargadas de potencia visual pero con significados tan relativos como subjetivos, surrealista. La ventaja de la pelicula de Buñuel es que la filmó 94 años antes y tuvo la cortesía de concentrarlo en 16 minutos.

'Todo a la vez en todas partes' tiene un hilo conductor quebrado. Se apoya en la anodina vida de una familia de inmigrantes chinos que regentan una lavandería, pero, a partir de ahí, todo son sucesos impredecibles, ocurrencias barrocas, arranques disparatados, una forzada sucesión de dislates que pueden ser fruto del consumo de psicotrópicos o de una meticulosa búsqueda de lo informal, un rosario de sucesos que más que surgidos del ingenio parecen escogidos en minuciosa selección de elementos calculadamente imprevisibles.

“El encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección”, como Lautréamont definía el surrealismo, se representa aquí con escenas como la de un policía con una catana, una cocinera con un cazo, un guarda de seguridad con una llave de perro, un abanderado sentado en el inodoro, un anciano en silla de ruedas y otros personajes que cantan el Ave María de Schubert o chupan una columna se enfrentan todos ellos, a la vez, a la protagonista en una pelea de kung fu.

Sí, kung fu, porque 'Todo a la vez en todas partes' es lo que, antes, se llamaba, despectivamente, una película de chinos y, luego, se llamó una película de artes marciales. Los protagonistas son mayoritariamente asiáticos y la ambientación es mayoritariamente china, con sus dragones y sus templos y sus polvos de arroz y sus kimonos de colores y sus saltos infinitos que acaban en patada mortal.

Supongo que si a una inteligencia artificial le suministras las referencias principales de esta película y le sugieres que busque retazos en You Tube te podría editar un largometraje de similares características o, tal vez, este mismo, porque el resultado parece más arbitrario que ocurrente, más aleatorio que lúcido.

Michelle Yeoh ha ganado el premio a la mejor interpretación femenina, Ke Huy Quan el de mejor actor de reparto y Jamie Lee Curtis el de mejor actriz secundaria. No les pondría pegas a sus interpretaciones, pero las muecas y los aspavientos no difieren de los que ya conocíamos en las películas de Jackie Chang y, desde luego, con menos profundidad y elegancia de la que irradiaba Bruce Lee.

Como en los memes, 'Todo a la vez en todas partes', se ha esforzado en transmitir la expresión y ha tirado de recursos básicos como la fractura de la imagen como un espejo roto o la vibración de cámara para anunciar las transformaciones

Todo a la vez en todas partes es una película de efectos especiales con saltos en el tiempo y el espacio, transformaciones, vórtices y disoluciones de pantalla, hay un alto grado de irrealidad que exige recursos para hilar unos planos con otros y para transmitir fantasía, pero la forma de resolverlo ha sido muy doméstica, con efectos sencillos, ya muy vistos en películas de los años 70 y, más recientemente, en series de televisión de bajo coste o, incluso, en la programación infantil.

Como en los memes, 'Todo a la vez en todas partes', se ha esforzado en transmitir la expresión y ha tirado de recursos básicos como la fractura de la imagen como un espejo roto o la vibración de cámara para anunciar las transformaciones. Fórmulas que están en el imaginario de cualquiera que viera 'El gran héroe americano', 'El planeta de los simios' o 'La bruja novata'. Recursos visuales que hoy están superados por los programas de edición que se pueden descargar gratuitamente. Vista la facilidad con la que ha superado como mejor película a 'Los Fabelman', de Spielberg, o a 'Sin novedad en el frente', de Edward Berger, resulta extraño que la película de Daniel Kwan y Daniel Scheinert no haya ganado a Avatar: El Sentido del Agua en el oscar a los mejores efectos visuales.