Ni el Festival de la OTI ni 300 Millones, la producción y el consumo de cine y de televisión en Hispanoamérica no ha logrado constituir un espacio audiovisual con identidad suficiente como para contar con todo el público que comparte el español como lengua materna. Todos los intentos de alentar una comunidad audiovisual en lengua castellana han resultado magros. Ni los esfuerzos de los canales de televisión ni los de las distribuidoras cinematográficas han logrado constituir una red exitosa en la que las producciones se llegaran a compartir entre los consumidores de los países hispanoparlantes. Las diferencias en el acento, que se elevan exponencialmente cuando se trata de doblajes del cine en inglés, las sensibilidades estéticas, la diferente escenografía, la afinidad con los paisajes; son muchos los elementos que conducen a que no haya habido identificación visual y auditiva entre los distintos espectadores de nuestra comunidad idiomática. 

No ha sucedido lo mismo con el mundo de la música, donde cantantes de cualquier país hispano triunfan en otro lugar independientemente de su singularidad fonética. Hay una comunidad real de la música en español en la que han se enseñorean nombres como los de Julio Iglesias, El Puma, Pablo Milanés, Carlos Gardel, María Dolores Pradera, Jorge Negrete, Gloria Estefan o Los Panchos que son patrimonio de cualquier hispanohablante veterano o los de Shakira, Juanes, Maluma, Daddy Yankee o Camilo para los más actuales. 

El audiovisual, por su parte, se viene resistiendo a la internacionalización comercial. Para cambiarlo se creó Ibermedia, que desde 1998 viene financiando las producciones cinematográficas en español independientemente de su origen geográfico, pero con un éxito que no ha superado las dificultades históricas. Sin embargo, se abre una puerta que parece que es ajena a esas diferencias culturales, fonéticas, de estilo o de estética que parecían insuperables. La barra de Google unifica las necesidades de información y las ofertas de servicios audiovisuales traspasando las opciones nacionales.

Vivimos en “Un Mundo Inmenso”. Así se llama uno de esos pequeños fenómenos trasatlánticos que han logrado ganar espectadores audiovisuales de habla española en cualquier lugar en el que se hallen

Si necesitas una calculadora científica, un tensiómetro digital o unos auriculares inalámbricos podrás encontrar tutoriales realizados en Perú, Colombia o México que te

resuelven las dudas. La comunidad hispana de internet se ha revelado como extraordinariamente eficaz en la explicación del funcionamiento de programas de dibujo,

edición y grabación de sonido. No hay barreras ni idiomáticas ni nacionales que impidan que los hispanos dispongamos de un recurso excepcional nutrido por 493 millones de castellanoparlantes dando instrucciones de toda clase.

YouTube, Tik Tok, Twitter, como cualquier otra red social, son globales y, especialmente, escogidas por la afinidad lingüística. Lo que no habían conseguido ni el cine ni la televisión parecen haberlo logrado los canales audiovisuales de internet que penetran en los dispositivos europeos y americanos como sólo lo habían hecho Cantinflas y El Chavo del 8. Vivimos en “Un Mundo Inmenso”. Así se llama uno de esos pequeños fenómenos trasatlánticos que han logrado ganar espectadores audiovisuales de habla española en cualquier lugar en el que se hallen.

“Un Mundo Inmenso” es un canal de YouTube, con sus versiones en las otras redes, que se dedica a la difusión de curiosidades de geografía y sociedad de todo el globo terráqueo. Suma un millón y medio de suscriptores y dispone ya de 176 vídeos colgados en la cuenta de su canal. “Un Mundo Inmenso” nos describe las singularidades históricas que han dado lugar a la formación de los países, de sus monarquías o de sus lenguas; de los recursos inverosímiles de sus economías, de su temperatura o de su fauna insólita. “Un Mundo Inmenso” como su nombre, es inabarcable por su dimensión, pero es entrañable por el afecto con el que se acerca a cada una de las realidades sociales y políticas que contempla.

El éxito de “Un Mundo Inmenso” narrado en español de Argentina, se soporta en la excelente investigación que sustenta cada episodio, la corrección narrativa y un cautivador diseño gráfico que gracias a su sencillez y corrección permite entender sin enredos la diversidad de datos que se ofrecen. El canal de “Un Mundo Inmenso” está avalado por tres jóvenes apasionados por la geografía, la comunicación y la política: Diego Briano, Antonella Guissolano y Francisco Llorens, que ofrecen, con una frecuencia incierta, sucesivos capítulos que ayudan a sus seguidores a entender el mundo y a fascinarse con él.

Cuál es la ciudad más fría del mundo, dónde mueren los días, cuál es la frontera más larga o en qué punto coinciden los límites de más países. En “Un Mundo Inmenso” nos saben explicar qué son los trifinios y cuál es el país más grande y cuál el más alejado. Atención porque también saben dónde está la puerta del infierno y hasta nos dan pistas para entender que la tierra no es plana.

“Un Mundo Inmenso” es una buena noticia que lleva en su propio nombre el espacio descomunal que se abre para la comunidad hispanohablante, el de una red desbordante en el que los audiovisuales superan las fronteras de sus países y establecen sus límites en la curiosidad de cada uno de los internautas. Véanlo. Entre otras cosas, podrán descubrir un paraíso que busca habitantes, son las Islas Pitcairn. Sin tener que irse tan lejos, ese paraíso también lo podrán hallar en esa comunidad de hispanohablantes que se encuentra en la red de redes. “Un Mundo Inmenso”.