El próximo 10 de febrero se celebra la 38ª edición de los Premios Goya en el recinto de la Feria de Valladolid con Ana Belén y Javier Ambrossi y Javier Calvo -Los Javis- como maestros de ceremonias en un intento de la Academia por hacerlos más itinerantes (han sido ya en Málaga y Valencia) y por atrapar a diferentes nichos de audiencia a ver si las desastrosas audiencias y las decepcionantes galas tienen mejor acogida que en años anteriores.
Aventurarse a hacer una quiniela es complicado, pero qué duda cabe que si los premios fueran justos y no llevaran diez años -no los Goya, sino los de cine, en general- premiando todo de manera muy fragmentada, no sea que alguien se ofenda, habría un claro vencedor. Un vencedor de esos que arrasan. Y ése sería 'La sociedad de la nieve'. Decir que la película se merece al menos ocho o nueve Goyas de los 13 a los que opta sería, cuanto menos, justo: Juan Antonio Bayona como director, Matías Recalt como mejor actor revelación, Pedro Luque por su fotografía, Jaume Martí y Andrés Gil por el montaje y Michael Giacchino por la banda sonora son sólo algunos de los más deseados.
Sin duda, la película de Netflix ya ha hecho historia en su adaptación de la tragedia de los Andes y el desgarrador y bellísimo relato de hermandad y supervivencia desde el mismísimo abismo es un soplo de aire fresco para el cine mainstream con acento español -y uruguayo-.
Junto a Estibaliz Urresola Solaguren, una especie de milagro de la naturaleza, una combinación de tres actrices excelsas, Patricia López Arnaiz, Ane Gabaraín e Itziar Lazkano que sacan oro de un tema complicado y poco visto en el cine como es la infancia trans
Pero al margen de esta belleza de filme, pasemos a otras bellezas, a otras maravillas que este año nos han demostrado estar entre lo mejor de lo mejor. No ha sido 'La sociedad de la nieve' la cinta con más nominaciones, sino '20.000 especies de abejas', la cinta de la directora vasca Estibaliz Urresola Solaguren que opta al Goya al mejor director novel, además de otros 14 bustos.
Junto a ella, una especie de milagro de la naturaleza, una combinación de tres actrices excelsas, Patricia López Arnaiz, Ane Gabaraín e Itziar Lazkano que sacan oro de un tema complicado y poco visto en el cine como es la infancia trans y que están las tres nominadas por sus complicadísimos trabajos. La fotografía, el montaje, la dirección artística… todo es bello en un filme donde también hay abismos y personas atrapadas.
La otra gran belleza de los Goya de este 2024 es el 'Cerrar los ojos' del vizcaíno Víctor Erice que con su cuarto largometraje, ha firmado una prodigiosa oda a la vida, a la senectud, a la memoria… A todo lo deslumbrante y perfecto que hay en su breve y contundente filmografía. Que el director se llevara el Goya al mejor director sería tan de justicia como que se lo llevaran Bayona, por supuesto, pero tendría en este caso una especie de sabor a homenaje, a profunda reverencia. No descarten que eso ocurra.
Sería también un sentido homenaje al cómico español Eugenio si el biopic que David Trueba ha hecho sobre su vida se llevara unos cuantos premios. Inconmensurables David Verdaguer y Carolina Yuste en los papeles de genio de la comedia y su incansable esposa. Si el mundo fuera justo, si los premios atendieran a lo mejor de lo mejor y nada más, los dos se irían el sábado a casa con su Goya bajo el brazo.
El capítulo sentimental lo marcará el hecho de que el centenario director de fotografía Juan Mariné ('La gran familia', 'Un millón en la basura', 'El turismo es un gran invento') será reconocido con el Goya de Honor y la actriz Sigourney Weaver ('Alien', 'Armas de mujer') con el Goya Internacional, un premio que si bien cuando se instauró parecía estar emulando a la Concha de Oro de San Sebastián -que tanto cuida a las estrellas extranjeras-, parece estar acertando con sus elecciones. En 2023 se lo dio a Juliette Binoche y en 2021 a Cate Blanchet. This is de way!
No lo tienen nada fácil los maestros de ceremonias para brillar entre tanta belleza, entre tanta película espléndida que este año, y no siempre es fácil, nos han robado el corazón.