Pequeñas bodegas, grandes titanes

"Yo nací debajo de una copa", dice José Luis Berzal, uno de los tres hermanos que realizan distintas tareas para la elaboración de vinos Dominio de Berzal. Una presentación que bien podrían repetir Juan Mari o Iñigo y que reconocen en Baños del Ebro, Rioja Alavesa, donde pusieron la primera etiqueta a su producción en 1999. Un cuarto de siglo en el mercado y tres cuartos más de experiencia a las espaldas. Con suerte, dicen, la cuarta generación, podría estar gestándose.

Viñedos en familia

Cincuenta hectáreas de viñedos repartidos en cinco municipios agrupan cepas centenarias en vaso o espaldera que riegan por goteo casi en su totalidad, permiten la elaboración de nueve tipos de vinos de máxima calidad. En realidad, diez. El décimo, Recién, de maceración carbónica, se pone a la venta en Navidad desapareciendo de las estanterías en cuestión de días.

Botellas de vino

Los otros nueve titanes, de los que tampoco se embotellan grandes cantidades, son igualmente creativos y selectivos. Muy fresco el Blanco joven de uva procedente de viñedo centenario; de una sola parcela los Parcelas de garnacha que lucen una etiqueta diseñada por Néstor Basterrechea. El Crianza, es uno de los más premiados; la Selección privada obtuvo el título tempranillo de oro en el concurso "Mundial de tempranillo 2019" de Bruselas. Ingeniosa la idea de siete varietales, con una producción limitada a 1.400 botellas, de un vino elaborado con 7 variedades que ha ganado el premio al mejor vino de autor.

Y Las laderas de José Luis es "singular". El vino con el que se rinde homenaje al padre cumple con los requisitos del Consejo de Regulación para ser catalogado así y es el más caro de la bodega. Dominio de Berzal es una bodega familiar que no olvida a la madre a la que dedica su Graciano ni tampoco la inclusión en su listado de Maderación carbónica.

Botella Las laderas de José Luis

La última vendimia augura vinos de menos graduación y muy aromáticos. De la visita y experiencia enológica se encargan los propios hermanos, encantados de abrir la puerta del lugar en el que reposan los sueños que embotellan.