La remesa buena / DISNEY +

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Cultura

La remesa buena

La tercera gran serie de animación de Star Wars pasa sin pena ni gloria entre los no iniciados y, sin embargo, es de los mejores productos de la saga de los últimos años

23 febrero, 2024 05:00

No, no todo es El Mandaloriano. No puede serlo. Ni debe serlo. No podemos a aspirar a una obra maestra cada vez que la franquicia Star Wars estrene una nueva película o serie. Primero, porque no sería lógico y, segundo, porque perdería su magia. Dicho esto, La remesa mala es una buena serie de Star Wars. 

Existen tres grandes series en el universo creado por George Lucas en 1977: Star Wars: The Clone Wars, Star Wars Rebels y La remesa mala y las tres se sitúan en medio de la cronología galáctica. No mucho antes, como La amenaza fantasma, ni mucho después, como El renacer de Skywalker si no a partir de la juventud de Anakin Skywalker y hasta el advenimiento del Imperio. Es decir, en medio de todo el barullo, que es donde está Andor, donde está Obi-Wan, donde está El libro de Boba Fett, donde está Ahsoka y donde está El Mandaloriano, o sea, en los años próximos a la segunda trilogía de la cronología, primera en ser realizada.

Ahí está también La remesa mala una serie magnífica protagonizada por un grupo de soldados clones defectuosos a causa de una serie de mutaciones genéticas que decide no obedecer la orden del senador Palpatine de ejecutar la Orden 66, es decir, ejecutar a los Jedi -incluidos los jóvenes padawan-, antes de autoproclamarse emperador. A partir de este momento, los soldados se convertirán en fugitivos y mercenarios, una especie de Equipo A galáctico que tendrá que sobrevivir al tiempo que evitan ser encontrados. 

La remesa mala y su recién estrenada tercera temporada que, aparentemente será la última, vuelve a salir de los pechos de Dave Filoni, creador de Ahsoka y director de muchos de los episodios de El Mandaloriano y El libro de Boba Fett reivindicando que es uno de los mejores continuistas de la saga. Junto a Jon Favreau, claro. Y es que, lo primero que se observa en el trabajo de ambos creadores, es el profundísimo amor que tienen por la saga, que el fenómeno fandom empieza en ellos. Son productores, son jefes de guionistas (de hecho, eso es lo que es el Creador de una serie, en España conocido por showrunner), sí, pero son, ante todo, fans.

Por eso La remesa mala es buena, por eso da las concesiones necesarias a los fans ofreciendo siempre algo nuevo. Y es que, cada temporada que pasa -la tercera acaba de empezar, pues Disney Plus, con buen ojo, sigue el formato televisivo tradicional de ir subiendo los capítulos semana a semana- la serie se supera. Los personajes, las tramas y las sorpresas están perfectamente bien tramadas y dosificadas, algo que ya vimos en Rebels y Clone Wars, una reverencia por el producto conmovedora, efectiva y efectista. Si este no es su universo, no lo entenderá. Pero si está leyendo esto porque es fan de Star Wars sabrá de qué le hablo. 

La remesa mala cuenta con unos personajes sólidos, memorables incluso, unas aventuras poderosas que van in crescendo en intensidad y tempo narrativo, que cautiva desde su sencillez y envuelve con su elegancia. Es una serie, divertida, además. No tiene ese cariz pretencioso de El Mandaloriano que funciona y aplaudimos. Es otra cosa. Una serie sólida, en definitiva, que sigue avanzando por este universo, que sigue demostrándonos que la saga no se agota, que los seguidores seguimos demandado y viendo más. Que esa Galaxia muy, muy lejana nos sigue cautivando.