Hayao Miyakazi / FRANCK ROBINCHON - EFE

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Cultura

La joyas de Estudios Ghibli

Con motivo de la Palma de Oro Honorífica que ha concedido el Festival de Cannes a los Estudios Ghibli, repasamos las mejores películas de la factoría de Hayao Miyazaki, el padre del anime

24 mayo, 2024 05:00

El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001)

En infinidad de listas se sitúa como la mejor película de animación de todos los tiempos. Cuenta la aventura que emprende una niña por un mundo fantástico cuando sus padres son convertidos en cerdos. El Miyazaki más intenso, imaginativo, inspirado, encantador, complejo y apasionante está en esta obra maestra. Es la quintaesencia de su cine.

Mi vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988)

Esta fantasía sobre la amistad que nace entre dos hermanas y Totoro, el espíritu del bosque en que está su nueva casa, es una hermosura de película llena de magia e inocencia. La extraña y cómica criatura se convirtió en logo de la compañía. Una de las mejores películas de Miyazaki, del cine japonés, de la década de los 80 y, por qué no decirlo, de la historia del cine.

La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1988)

Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, dos hermanos se ven inmersos en un bombardeo que cambiará sus vidas y les hará tener una experiencia vital que te romperá el corazón. Es seria, adulta, desgarradora y profundamente hermosa. Una de las más bellas experiencias de estudios Ghibli que se te quedará agarrada por dentro.

Arrietty y el mundo de los diminutos (Hiromasa Yonebayashi, 2010)

Una de las más encantadoras películas de todo el espectro Ghibli que adapta una obra de la autora inglesa Mary Norton. Se trata de una hermosa historia de amistad (otro de los grandes temas del estudio) entre dos niños, un humano enfermo y una diminuta curiosa. El poder de los silencios en el film está llevado a su máxima expresión. Es de una sensibilidad inenarrable.

Ponyo en el acantilado (Hayao Miyazaki, 2008)

La más infantil, fantástica e inocente de todas las películas de Miyazaki, esta suerte de versión de La Sirenita es un cuento de hadas donde un niño de cinco años y una princesa pez que desea convertirse en humana entablan una bella amistad. Estuvo nominada al León de Oro en el Festival de Venecia donde el público se plegó a este canto a la ternura.

La princesa Mononoke (Hayao Miyazaki, 1997)

Cult movie por antonomasia de la factoría japonesa y, seguramente, la más épica de todas sus producciones. En ella se mezclan leyendas y tradiciones ancestrales con una intrépida guerrera, salvaje y poderosa, que se configuró enseguida como uno de los grandes personajes femeninos de la animación para adultos. Una película única.

El castillo ambulante (Hayao Miyazaki, 2004)

Uno de los grandes éxitos del director, guionista y productor en el que cuenta la historia de una niña sobre la que pesa una terrible maldición que le hace tener aspecto de anciana. Su esperanza estará en un castillo ambulante en el que vive el único mago capaz de ayudarla. Es todo tan fabuloso, onírico y placentero que es difícil de olvidar. Excepcional. 

Recuerdos del ayer (Isao Takahata, 1991)

Personalísima película en la que se mezclan presente y pasado, realidad y recuerdos. Delicada, elegante, pausada, inteligente y poderosa, la película vuelve sobre otro de los grandes temas de los Estudios Ghibli: La vuelta al hogar, las raíces, la reverencia ante la tradición, ante el Japón profundo que reivindica desde la contemplación serena.

La colina de las amapolas (Goro Miyazaki, 2011)

Película centrada en el universo estudiantil (uno más de sus grandes temas) en el que Umi y Kazama luchan por defender un edificio que corre el peligro de ser demolido. Pasado, presente, futuro, secretos y esperanzas se dan cita en esta película de Goro Miyazaki, hijo de Hayao, que ha dirigido sólo dos películas para los estudios.

Porco Rosso (Hayao Miyazaki, 1992)

Perfecta combinación de fantasía e historia y una de las películas más adultas de Ghibli con unos toques de gamberrismo desconcertantes y únicos personificados en ese inclasificable personaje que da nombre al film. Además, cuenta con uno de los personajes femeninos más hermosos de todo el cine de Miyazaki que aquí se deleita en otra de sus obsesiones: La aviación.

Susurros del corazón (Yoshifumi Kondô, 1995)

Con guion del propio Miyazaki, el film cuenta la historia de dos personas que se unen a través de los libros donde, una vez más, dos personajes solitarios en torno a los que gira la historia tienen algo en común. Es tan delicadamente sencilla y común que eleva el día a día a algo extraordinario. Una rareza bellísima y algo olvidada que merece ser reivindicada.

El castillo en el cielo (Hayao Miyazaki, 1986)

Imaginativa y suntuosa, esta obra de arte del creador japonés en una de las películas de los estudios Ghibli que se pliega mejor al género de aventuras. Sus personajes son complejos y maravillosos, la mezcla de realidad y magia, de nuevo, única, y la forma en que los problemas de los adultos discurren en paralelo al universo infantil vuelven a llenarlo todo. Una joya.

Haru en el reino de los gatos (Hiroyuki Morita, 2002)

Realizada por uno de los discípulos más aventajados de Miyazaki, de nuevo se mezcla el mundo de los humanos con el mundo animal en una historia en la que una joven, al volver del instituto, salva la vida del Príncipe del Reino de los Gatos de ser atropellado. A partir de ese momento, la joven se verá inmersa en una aventura mágica de la que le costará salir.

Pompoko (Isao Takahata, 1994)

Gamberra y divertida y, de un modo muy especial, también entrañable, el filme cuenta la historia de un grupo de mapaches en su lucha contra la desorbitada construcción de una ciudad. Está plagada de rarezas y de momentos loquísimos al tiempo que da muestras de un profundo amor por la naturaleza y no está exenta de crítica social. Muy graciosa.

Nicky, la aprendiz de bruja (Hayao Miyazaki, 1989)

Seguramente, la más femenina de todas las historias del genio japonés, cuenta la historia de una joven bruja de 13 años en su abandono de la niñez y llegada a la vida adulta, otro de los grandes temas de la factoría. En compañía de dos seres adorables, Nicky vivirá pequeñas aventuras llenas de candidez. ¿Se imaginan una aventura de cualquier princesa Disney? Pues ésta es todo lo contrario. 

El chico y la garza (Hayao Miyazaki, 2023)

Último trabajo de Hayao Miyazaki ganadora del Oscar a la mejor película de animación en la que un niño entra en un mundo paralelo para ir en busca de su madre enferma acompañado de una bellísima garza. Es de una sensibilidad y un preciosismo inenarrables, sin renunciar a mostrar la realidad doliente de un adolescente ante la pérdida. Mágica y realista, la esencia de Miyazaki.