Así se pensó 'La infiltrada', la película que aborda cómo se investigaba a ETA

“¿Conoces la diferencia entre un agente infiltrado y uno encubierto? Tú serás infiltrada, lo cual significa que si metes la pata puedes acabar con tus huesos en la cárcel o peor. Y el riesgo de acabar con un tiro en la nuca siempre va a estar ahí”. Es uno de los relatos de la La infiltrada que da a entender la dureza de la situación por la que pasó Aranzazu Berradre, pseudónimo con el que se infiltró Elena Tejada, en la banda terrorista ETA.

Cuando esta idea llega a los oídos de María Luisa Gutiérrez hace ya ocho años, (2017) de la mano de un amigo que trabajaba en la lucha antiterrorista en los peores años de la banda, no pasa desapercibida, y decide estudiar si cabría la posibilidad de levantar un producto audiovisual: “La idea de La infiltrada me llega de parte de un policía cercano al operativo que cuenta con muchísima admiración la hazaña de su compañera”, relata María Luisa Gutiérrez, CEO de Bowfinger International Pictures y quién dio el pistoletazo de salida a La infiltrada.

"¿Qué motivación lleva a una persona a arriesgar su vida solo por el bien común?"

María Luisa Gutiérrez, CEO de Bowfinger International Pictures

No era la única historia de personas infiltradas que había escuchado Gutiérrez, sin embargo, en esta ocasión, algo le cautivó: "El hecho de que fuera mujer y tuviese 20 años me llamó mucho la atención. A finales de los años 90 había muchísimo machismo en la sociedad ―y, añade―, dejó toda su vida apartada para meterse en una operación de la que nadie nunca iba a saber nada porque si las cosas iban bien no se iba a saber, pero si las cosas iban mal, la podían matar, o podía terminar en la cárcel. ¿Qué motivación lleva a una persona a arriesgar su vida solo por el bien común?"

Esta pregunta fue el primer paso para crear la que hoy tiene el segundo mayor número de nominaciones a Los Goya ―concretamente, trece―, y que cuenta la historia de cómo una policía se infiltra en la banda terrorista ETA, una historia basada en hechos reales sobre una de las infiltraciones más largas de la policía en Europa. Dos protagonistas como Carolina Yuste y Luis Tosar bajo la mirada vasca y femenina de Arantxa Echevarría han sido algunos los ingredientes necesarios para conseguir llevar al cine el retrato no solo de una vida, sino también de una época.

Mikel Blasco

El rodaje de 'La infiltrada', en fotos

El germen de 'La infiltrada': “Una idea muy potente”

Gutiérrez tenía muchas preguntas y ninguna respuesta: “¿Cómo consiguió aguantar tanto tiempo dejando su pasado al margen solo por ayudar a los demás?”, se preguntó ella misma quien vio una oportunidad para documentarse y sacar adelante una idea “muy potente”, la única mujer policía infiltrada en ETA con el fin de que su historia no permaneciera más tiempo bajo anonimato.

María Luisa Gutiérrez, CEO de Bowfinger y presidenta de AECINE, Asociación de productoras de Cine independiente de España Cedida

Por este motivo decidió apostar y seguir documentándose para poder desarrollar la película cuando poco a poco se percató de que todos los problemas que se le presentaban en el día a día de la infiltrada eran mayoritariamente de índole doméstica, “como se trata de reflejar en la película”.

“Al final no es que ETA no se fiara de ella, aunque en el caso de Polo, sí, sino que se pensaban que la mujer estaba para servir, lo que nos pareció atractivo para meterlo dentro de la propia historia y reflejar una realidad”.

Bajar a tierra la idea: los detalles de la narración

Las peleas domésticas se aprecian en detalle en la película en casa de Mónica con los personajes de Kepa Etxebarría y Sergio Polo en casos como poner la mesa, hacer la comida o limpiar. Tres tareas de casa con las que surgían peleas domésticas y que se les exigía a Mónica.

Y es que Mónica, en su trabajo como infiltrada, no podía permitirse el lujo de ser ella misma: “El momento en el que Mónica solloza en la bañera ya ha pasado 24 horas sin poder ser ella misma y de no tener ese lugar que tenemos todos de ir a tu casa y poder llorar. Era trabajo y no podía permitirse el lujo de ser ella misma. Solo tenía esa bañera, con el agua puesta, para poder desahogarse”, explica Gutiérrez.

Estas, entre tantas otras peculiaridades, fueron las que le hicieron pensar a Gutiérrez que verdaderamente podía haber una historia que contar. Los mismos detalles que se reflejan en la película y que llevaron a Mercedes Gamero y Pablo Nogueroles, de la productora y distribuidora Beta Fiction Spain, a sumarse en el proyecto.

Así se pensó La Infiltrada, la película que aborda el tema de la banda terrorista ETA Mikel Blasco

El gato de Mónica: el mayor detalle

“Este gato no solo aparece desde el primer momento en el que me llega la historia, sino que está presente en todos los relatos del proceso de documentación”, explica Gutiérrez, quien asegura que le parece un personaje “súper interesante”.

El gato fue en todo momento la conexión de Mónica con su vida anterior, “era lo único que le quedaba de su vida real, el que nunca iba a contar nada y el que nunca le iba a fallar ―y, añade―, ellos no sabían la trascendencia que tenía el gato, pero cuando le pegaban una patada, le estaban pegando una patada a algo más que ese gato, era una patada a todo lo que significaba. Intentaban hacerle daño y lo conseguían”.

Así, en el último momento, descubren a Mónica porque los policías llaman a su gato por su nombre. Un dato que, según la productora, es real: “Los etarras se dan cuenta de que ella no es quién ha dicho ser porque los policías llaman por su nombre al gato”.

La productora y la directora de 'La infiltrada' ya trabajan en la película de Dolores Ibárruri