La artista y escultura vasca, Cristina Iglesias

La artista y escultura vasca, Cristina Iglesias Pau Fabregat

Cultura

Cristina Iglesias: "El mayor reto es mantener la independencia en un contexto uniformizado"

La constructora vasca, referente internacional de la escultura contemporánea, reflexiona sobre su trayectoria, su relación con la naturaleza y los retos de crear espacios que conmuevan

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La constructora internacional de raíces vascas, Cristina Iglesias, sigue haciendo su camino con una obra que combina hormigón, hierro y acero —entre otros materiales—, y que explora la naturaleza desde la profundidad, el espacio y la luz. Sus creaciones se encuentran tanto en los museos más prestigiosos del mundo como en espacios públicos, consolidando a la artista como una de las más influyentes de la escultura contemporánea.

Aunque comenzó estudiando Química, Iglesias pronto orientó su camino hacia la arquitectura y el arte, formándose en Barcelona, Londres y Nueva York. Con tan solo 24 años, expuso por primera vez en Portugal, iniciando una carrera que no ha dejado de evolucionar. Este año ha sido reconocida por Forbes como una de las mujeres más influyentes del país, y actualmente La Pedrera, en Barcelona, acoge la primera exposición monográfica dedicada a su obra: cerca de cuarenta piezas que trazan el recorrido de la artista desde 2002.

"Me considero más constructora que escultora o arquitecta, en el sentido de que el propósito de mi arte consiste en crear lugares que realmente te conmuevan", asegura la artista.

Usted comenzó estudiando Química antes de dar el salto al mundo del arte. ¿Qué le hizo tomar esa decisión? 

Siempre me ha interesado la materia, cómo se transforma, cómo reacciona. El arte apareció como una manera más abierta y libre de explorar esa misma curiosidad y de construir un lenguaje. 

¿Cree que esa formación inicial le ha influido en su trabajo? 

Mi trabajo está lleno de procesos físicos, el agua, la oxidación, la luz, que tienen mucho que ver con la observación científica, aunque aplicada a otro lenguaje. El pensamiento filosófico, especulativo, añade otras capas de exploración y de lectura. Siempre me ha interesado trabajar construyendo diferentes maneras de percibir una presencia. 

La artista y escultura vasca, Cristina Iglesias

La artista y escultura vasca, Cristina Iglesias Pau Fabregat

¿Cómo se refleja la inspiración vasca en sus obras? 

Creo que de manera profunda, aunque no literal. Hay algo en el paisaje vasco, la densidad del verde y sus diferentes tonalidades, la humedad, la presencia constante del agua, el clima, las mareas. Todo forma parte de mi manera de entender el espacio. Todo ello es inspiración y parte de la obra, incluso físicamente. También hay una tradición escultórica muy fuerte, una conciencia del lenguaje abstracto, del material y del vacío que inevitablemente me ha formado. 

Si echamos la vista atrás, ¿cuál considera que ha sido el momento clave o el proyecto que le abrió las puertas del ámbito internacional? 

Pasaje en el Museo Del Prado, por Cristina Iglesias

Pasaje en el Museo Del Prado, por Cristina Iglesias Luis Asin

No creo que haya un solo momento. Todo ha sido una suma de pasos, de encuentros, de oportunidades. Creo que el mayor punto de inflexión ha sido el poder trabajar en el espacio público. Deep Fountain en Amberes, o el Pasaje en el Museo Del Prado, han sido momentos muy importantes en mi discurso. Pero siempre lo he vivido como un proceso continuo más que como un salto repentino. 

Hace poco fue reconocida por Forbes como una de las “Las 100 Mujeres más Influyentes de España 2025. ¿Qué significado tiene para usted? 

Lo recibo con agradecimiento. Pero más allá de los listados, lo importante es que el arte siga teniendo un lugar en la conversación pública. 

¿Cuáles considera que son los principales retos a los que se enfrenta una escultora contemporánea? 

La obra 'Hondalea', de la escultora vasca Cristina Iglesias, para el faro de la isla de Santa Clara, en San Sebastián

La obra 'Hondalea', de la escultora vasca Cristina Iglesias, para el faro de la isla de Santa Clara, en San Sebastián José Luis López de Zubiria

Hay muchos retos: la sostenibilidad, la relación con el entorno, la necesidad de tiempo para crear en un mundo que va demasiado rápido. El acceso a recursos, especialmente para las generaciones más jóvenes. Pero quizá el mayor reto sigue siendo mantener la independencia y la coherencia en un contexto que tiende a uniformarlo todo.

¿Cuál diría que ha sido su logro más importante? 

Tal vez haber conseguido construir un lenguaje propio y abierto. Poder crear espacios que invitan a detenerse, a escuchar, a mirar de otra manera. Y, sobre todo, haber mantenido la pasión y la curiosidad intactas después de tantos años. 

¿Cómo define usted el éxito profesional? Visibilidad, impacto, premios… 

Para mí el éxito tiene que ver con poder seguir trabajando, con poder desarrollar proyectos que te ilusionen o que te reten. Para ello es verdad que se necesita de cierto reconocimiento. Hay que hacer que la obra esté viva y que siga comunicando. 

¿Qué consejo le daría a los jóvenes que desean desarrollar una carrera profesional en el ámbito de la escultura?

Les diría que busquen su voz, que trabajen con rigor, que aprendan a mirar, y que no se dejen arrastrar por la urgencia de ser visibles demasiado pronto. Hoy en día todos somos conscientes que tener ciertas estrategias, puede ser también muy productivo, pero hay que pensar en estas a medio y largo plazo. 

Una de las piezas de la serie más emblemática de la artista, Cristina Iglesias, 'Celosías', expuesta en La Pedrera

Una de las piezas de la serie más emblemática de la artista, Cristina Iglesias, 'Celosías', expuesta en La Pedrera Pau Fabregat

¿Cuáles diría que son sus aspiraciones profesionales para los próximos años? 

Seguir trabajando, seguir aprendiendo. Lo que me interesa es seguir explorando cómo la obra puede transformar el espacio y cómo el espectador puede formar parte de esa experiencia, creando momentos de intimidad entre la obra y el que mira.