Planta de Mercedes en Vitoria. EP

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Economía

La segunda ola del virus atenaza el corazón industrial de Álava

Crece el paro y los trabajadores afectados por Erte. La aeronáutica afronta una crisis dura, pero las exportaciones y la automoción ofrecen una perspectiva más esperanzadora

22 noviembre, 2020 05:00

La segunda ola de la pandemia ha impactado de lleno en la economía alavesa. Si tras el parón del verano se veía factible una recuperación en “V”, la crisis de la demanda, que ha generado el rebrote que disparó los contagios desde octubre y trajo nuevas restricciones, ha caído como un jarro de agua de fría que dejará este 2020 como un auténtico annus horribilis. Se han velado algunas de las esperanzas de recuperación y los sectores del metal y la aeronáutica están frenando la recuperación de la provincia con mayor peso porcentual de la industria en el PIB, un 33% y con gran vocación exportadora, con la venta en el exterior del 60% de la producción. Un parón que, en lo que tiene que ver con la automoción y la aeronáutica arrastra también al conjunto de la industria vasca y su sector auxiliar de máquina herramienta.

Los expertos señalan a las exportaciones como un síntoma positivo y la necesidad de reforzar el tejido empresarial para salvar el empleo con la ampliación de los Ertes y la financiación. Además, aunque la aeronáutica y la automoción estén acusando el golpe, se ven notables diferencias entre ambos sectores con elementos positivos en la industria automovilística.

350 millones menos de recaudación

La contracción del consumo y la caída de la producción ha dejado, en primer lugar un efecto notable en la hacienda pública. Así, si la Diputación Foral de Álava había previsto recaudar 2.450 millones que, en el mejor de los casos se quedarán en 2.100, es decir 350 millones menos en los ingresos para este año.

El paro alavés crece un 27% en el último año

Un efecto que se ha trasladado también al empleo. Las personas en paro han crecido un 27% desde el mes de octubre de 2019 al de este año. De 19.000 alaveses a 24.100. Datos preocupantes, pero que venían reflejando un comportamiento positivo tras el verano.

Así, el número de alaveses afectados por un Erte en septiembre ascendía a 3.100 personas, había bajado a gran velocidad de los más de 20.000 que se contaban en mayo, según datos de Lanbide. Pero el rebrote y, la nueva convocatoria para los Ertes, disparó de nuevo los trabajadores afectados por esta medida. Así, desde el 1 de octubre hasta hoy, según datos del departamento de Trabajo del Gobierno Vasco, hay 5.067 trabajadores alaveses que sumar a los que se encuentran en Erte haciendo un total de 6.500.

Los alaveses afectados por un Erte ascienden a 6.500 trabajadores tras la segunda ola, por culpa del sector del acero y la hostelería

Esta segunda ola de Ertes no es una mala noticia, ya que su tramitación obliga a las empresas a mantener el empleo de su plantilla una vez reincorporada al 100% de su jornada. Por lo que sigue siendo una herramienta clave para proteger el empleo, luego según señalan desde el departamento de Estudios de SEA-Empresarios Alaveses, su activación es un medio para salvar los puestos de trabajo.

Este aluvión de más de 5.000 trabajadores alaveses en ERTE desde octubre está engrosado principalmente por un sector que no es precisamente industrial, la hostelería. El cierre de los bares, ha dejado a 2.980 trabajadores del sector en este limbo del empleo. El otro grueso importante es la industria tubera y del acero: Tubos Reunidos, Tubacex y Sidenor aportan a estos datos 1.360 trabajadores. Este sector está acusando la caída en la primera mitad del año de la automoción, en el caso de Sidenor, que destina el 70% de las ventas a esa industria. Y en lo que se refiere a Tubacex y Tubos Reunidos, ha sido la demanda de petróleo que, con una caída del 50%, ha pasado factura a la actividad de las plantas tuberas. En cualquier caso, la del combustible sí que supone una crisis coyuntural que es previsible recuperar.

Mercedes y Aernnova

Así pues, a toda esta factura que pasa la segunda ola de la pandemia, queda por sumar los movimientos que en la última semana han afectado a la automoción, con los ajustes anunciados en Mercedes, y en la aeronáutica a través de la situación que atraviesa Aernova. Si bien, los expertos sí aprecian una diferencia entre ambas industrias que se recoge incluso en el observatorio económico de SEA-Empresas Alavesas. Así, la aeronáutica, según explica la directora del cluster vasco Hegan, Ana Villate, acusa una caída en los pedidos que supera el 50% en un sector en el que los aviones han dejado de volar. Se trata de unos efectos sobre los que no se espera un cambio de tendencia hasta 2024. En estas circunstancias las pérdidas que presentan las empresas de este sector son muy importantes. En el caso de Aernnova se ha cifrado el déficti en 42 millones de euros, por lo que ha anunciado el despido de un centenar de sus trabajadores en la planta de Berantevilla (Álava). Además, su parón afecta ya sus principales proveedores, Aratz, Burdinberri y Tecnalia que agrupan a otros 400 trabajadores pendientes de la evolución de la aeronáutica alavesa.

Las exportaciones se recuperan gracias a la automoción

La automoción es un sector que sí presenta diferencias con la aeronáutica. Si bien el tamaño de Mercedes resuena con fuerza, con sus 5.000 empleados y el medio millar de eventuales que la factoría alemana ha señalado que no va a renovar, los datos de producción y pedidos no suenan tan mal como en el caso de los aviones.

Así, las exportaciones en Álava, han caído en lo que llevamos de año un 17%, pero desde verano están manteniendo un comportamiento parecido al de 2019, incluso con una mejora en el mes de septiembre. Son unos datos con los que, a la espera del efecto del parón de otoño, se puede hacer un ejercicio mínimo de optimismo si comparamos el caso con el sector aeronáutico. De hecho, ayer mismo, la directora del cluster vasco de la automoción, Inés Anitua, señalaba en una entrevista en Europa Press que el sector presenta ya un índice de actividad del 90% y que se dan síntomas que indican una recuperación rápida. Mercedes, aunque no está en este cluster, mantiene una producción para 2021 de 131.500 unidades que si bien supone una bajada, tampoco es síntoma de mala salud.