Termina un año en el que el mundo ha sido testigo de cómo la investigación, en especial la científica, es una parte fundamental para superar situaciones como la de una pandemia que ha confinado a medio planeta. El esprint de los últimos meses para encontrar una vacuna contra el coronavirus ha dejado en evidencia que la atención a la ciencia no puede ser pasajera y que el trabajo de investigación requiere de una alimentación constante para ofrecer resultados.

En este sentido, Euskadi destinó en 2019 un 1,86% de su PIB a I+D, según Eustat, y este dato coloca a la región como líder en inversión en investigación respecto al resto de las comunidades autónomas de España. Si bien las cifras son positivas, la directora general de la Red de Parques Tecnológicos de Euskadi, Itziar Epalza Urkiaga, subraya que la competencia se da en un “contexto global” y es por ello que se sigue “trabajando para estar en el 2,18% que invirtió la Unión Europea”.

De cara al año que viene, además, el Presupuesto del Gobierno vasco prevé un incremento importante de este capítulo. El gasto en Investigación y Desarrollo ascenderá a 535,8 millones de euros, cantidad que supera en 47 millones de euros (9,7%) a la de este año.

Inversión sostenida como garantía de futuro

La apuesta por la investigación en Euskadi tiene un recorrido de aproximadamente 15 años, según el Project Manager de Ikerbasque, Iñigo Alustiza, y se decidió lanzar iniciativas para la investigación básica, un ámbito en el que la autonomía todavía no destacaba. Alustiza subraya la importancia de invertir de forma sostenida en esta parte de la ciencia, “que es la base para luego convertir los descubrimientos en algo concreto como la cura de una enfermedad”. Este tipo de inversión no tiene un impacto cuantificable a corto plazo, y es difícil valorar su peso el resultado final, explica Alustiza desde Ikerbasque, “pero es lo que da sustento a otras soluciones, y hay que verlo como un trabajo en equipo”.

Euskadi aumenta año tras año la atención a la investigación, y la inversión en innovación y desarrollo creció un 1,06% en 2019 según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), con un total de 1.474 millones de euros. Estas estadísticas muestran que la comunidad autónoma destinó el pasado año un 1,97% de su PIB a I+D – este desfase en comparación al Eustat se debe a la contabilización del PIB – y supera así con gran diferencia la media nacional, que se coloca en un 1,25%.

Aumento de inversión en biotecnología

El año 2019 ha sido también destacable por la cuantía destinada a la inversión en biotecnología, que aumentó en un 10% respecto al año anterior. Los datos del Eustat revelan que el 8,3% del total de la inversión se destinó a esta parte del sector científico y sumó 123,4 millones de euros. En cuanto al número de profesionales investigadores que se dedican plenamente al sector, se contabilizaron 1.107 personas, con lo que marcó también un máximo histórico.

La Red de Parques Tecnológicos de Euskadi acoge a 100 empresas privadas, centros tecnológicos, universidades y Centros de Investigación Cooperativa (CIC) dentro del sector de las biociencias y salud. Los proyectos de I+D en las universidades están financiados al 100% con fondos públicos, según la directora de la Red, y en el caso de las empresas cuentan con una inversión pública-privada del 50% cada una. Los CIC pueden llegar a tener hasta un 25% de aporte público y las empresas del parque llegan a contar con un 10 o 15%. Estas últimas tienen el reto de lograr inversores para las etapas del desarrollo de ensayo clínico, el momento en el que se pone a prueba un candidato a producto sanitario o fármaco. Este paso pertenece a la ciencia aplicada, por lo que se considera fuera del I+D y supone un esfuerzo económico para las empresas y necesitan de las inversiones de las grandes industrias privadas.

La importancia de la colaboración público-privada

Para avanzar en una investigación es importante, por lo tanto, conseguir una colaboración entre la financiación pública para las primeras etapas de las investigaciones, y privada para materializar los resultados. En este sentido, la directora de la Red de Parques Tecnológicos de Euskadi subraya que “el contexto de la pandemia ha acelerado” este proceso que ellos consideran “clave”, ya que las grandes empresas industriales “desean invertir y colaborar, explorando nuevas líneas de negocio y diversificación”, lo que supondrá más financiación privada y un impulso para las pequeñas empresas.

Tal y como mencionaba desde Ikerbasque, Iñigo Alustiza, calcular la transferencia de la inversión en ciencia básica al ámbito aplicado es una tarea complicada. Lo que hay que tener en cuenta es que un elemento creado en Euskadi puede ser una pieza clave para que una gran empresa encuentre un fármaco con relevancia mundial. La forma en la que pueden verse los primeros frutos de la apuesta por la inversión es en patentes, 'spin off' (iniciativas empresariales que surgen del ámbito universitario), empresas emergentes o en las publicaciones científicas. Estas últimas, por ejemplo, han crecido un 6,3% en Euskadi desde 2014 hasta el 2019, tal y como se recoge en el informe sobre la Ciencia en Euskadi 2020, elaborado por Ikerbasque.

Perspectiva internacional

Si se pone la vista en un entorno global, como indicaba desde la Red de Parques Tecnológicos, Itziar Epalza Urkiaga, la inversión se traduce también en una mayor atracción de empresas con capital extranjero. En 2019 había ya 48 compañías extranjeras asentadas, lo que supuso un 8,4% del total de empresas que forman la Red de Parques. Además, este impacto se evidencia también en que la inversión económica extranjera en I+D que se producen en Euskadi aumentó un 0,5% ese mismo año. Estos impactos se deben, según Epalza, a que “Euskadi se ha consolidado como una biorregión a través de la constante creación y crecimiento de empresas”.

Tanto desde Ikerbasque como desde la Red de Parques Tecnológicos defienden que Euskadi va “por buen camino”, en palabras de Epalza, en cuanto a la atención que se le ha prestado a la investigación científica. La directora de la Red de Parques defiende que la pandemia del coronavirus “ha dejado en evidencia la necesidad de invertir en ciencia y de disponer de una red de inversión público-privada” con la que, asegura, Euskadi cuenta gracias al trabajo de años anteriores. Alustiza afirma que “un buen sistema de investigación hay que cuidarlo” y que la región lo ha hecho a base de una fuerte inversión sostenida.

De cara al futuro, Alustiza apunta a que “la investigación de hoy es el resultado de dentro de 20 años” y que la “firme apuesta” por la inversión va a seguir el mismo curso que hasta ahora. En la Red de Parques, Epalza confía en que el Gobierno Vasco tiene el compromiso de seguir impulsando la investigación científica para hacer que Euskadi se consolide como “un atractivo para inversión internacional”.