El Gobierno vasco va a impulsar un proyecto de generación de energía solar fotovoltaica flotante. Es una tecnología que se está comenzando a abrir un hueco en el mercado y que esquiva muchos de los problemas sobre la ubicación de las instalaciones de generación de energía que se están produciendo en Euskadi con la oposición social y política a muchos de los proyectos eólicos y fotovoltaicos. Según han confirmado fuentes del departamento de Desarrollo Económico a `Crónica Vasca´, el Presupuesto del 2022 contempla una instalación flotante para uno de los embalses del territorio alavés. Una actuación que el Ente Vasco de la Energía (EVE) financiará con los 6,1 millones de euros que destina a inversiones para energía fotovoltaica.
El total de la inversión contemplada por el EVE para el 2022 en energías renovables asciende a 15,5 millones. Esos 6,1 millones para proyectos fotovoltaicos se acompañan de 2,6 para la energía eólica, 2,1 millones para hidrógeno y algo más de dos millones para biomasa. Entre esas partidas está la puesta en marcha de una instalación de placas solares flotante en un embalse. Se trata de una tecnología que cuenta ya con proyectos que funcionan satisfactoriamente. Una de las ventajas de estas instalaciones es una mejora en el rendimiento de entre un 10% y un 15% debido a la refrigeración de las placas. Y es que el calor acumulado en los dispositivos solares reduce su eficiencia y, cuando están sobre el agua, el recalentamiento es mucho menor.
Así lo explican desde Acciona, una de las compañías pioneras en España en esta tecnología y que ha instalado para primera central flotante en España, ubicada en el embalse de Sierra Brava (Cáceres). Estas instalaciones tienen un objetivo de investigación y desarrollo y se alinearía con los proyectos que impulsa el Gobierno vasco en este campo como los desarrollados en el laboratorio de pruebas marino de BIMEP, donde se mejora la tecnología de la eólica flotante y la energía de las olas.
Una de las ventajas que ofrece la instalación de la infraestructura solar flotante en el embalse es que escapa a la corrosión que genera el salitre del mar, así como a la inestabilidad de olas. Pero la mayor ventaja de la fotovoltaica flotante es que reduce los problemas de consumo de suelo. En Álava, en los últimos meses, se han registrado diversas iniciativas como la de Solaria, al norte de Vitoria, con dos grandes proyectos y la de Repsol en el oeste del territorio. Son iniciativas que han generado cierto revuelo en los pueblos por la posible pérdida de suelos agrarios y por la falta de ordenación del suelo con el PTS de Renovables, actualmente en tramitación.
Álava, territorio fotovoltaico
Los grandes proyectos fotovoltaicos que impulsa el Gobierno vasco son actualmente están también en Álava. En Arasur está ya operativo Ekian, un parque solar que comenzó a operar el año pasado con 55 hectáreas. Y en el mismo municipio están a punto de comenzar las obras de Ekienea con una superficie equivalente a más de 100 campos de fútbol y una inversión de 70 millones de euros impulsada en un 70% por Iberdrola junto al Gobierno vasco y la Diputación de Álava, con un 20% y el grupo Mondragón a través de Krean con un 5%.
Según fuentes del Ente Vasco de la Energía (EVE), el 44% de la energía que se consume en Euskadi procede del petróleo y sus derivados.El 33,9% procede del gas natural. El tercer lugar en el ranking energético es para la electricidad, con un 11,7%, mientras que las energías renovables ocupan solo hoy por hoy el 9,8% del total de la tarta energética vasca. Esto supone que el gas natural y los derivados del petróleo representan el 77,9% de la demanda energética total del País Vasco.