El presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, ha confirmado la percepción de un frenazo en la economía en este final de año. Según ha explicado a 'Crónica Vasca' "parece que el crecimiento económico puede ser previsiblemente algo menor de lo esperado". La subida del coste energético que se disparó este verano y los problemas en el suministro son cuestiones que han afectado a una recuperación de la actividad económica que había despegado con fuerza en el primer semestre del año. Así, además de Kutxabank, otras entidades y departamentos de estudios económicos han señalado la misma tendencia. Otros bancos vascos como el BBVA, rebajaba las previsiones para este 2021 hasta el 5,6% del PIB.
En cuanto al IPC, sí bien Villalabetia advierte de un escenario inflacionista, este lunes el avance de precios para noviembre apuntó una escalada del 5,6% interanual, que preocupa y que "en este escenario hay que vigilar". Aún así advierte que en Europa, a diferencia de otros mercados, "no se prevén subidas de tipos de interés en los próximos dos o tres años". En este sentido recuerda que, pese a la incertidumbre que está acompañando a los precios, la crisis de suministros y la evolución de la pandemia, el tipo de interés subyacente está en torno al 2%, lo que "es esperanzador".
Una evolución de los tipos de interés afectaría a la financiación de la inversión y coste del crédito para empresas y particulares. Esta misma semana la patronal vasca, Confebask, confirmaba a 'Crónica Vasca' de los riesgos del escenario inflacionista en plena 'sexta ola' de la covid-19. Aunque desde el Banco Central Europeo (BCE) se mantiene una postura y mensaje tranquilizador, a través de la emisión de deuda, de no subir tipos. De hecho los analistas del regulador de la UE apuntan a que finales de 2022 el IPC vuelva al escenario del 1% o 2%.
Esta política, si bien está impulsando y ayudando a la economía, no ha dejado de forzar a las entidades bancarias a una profunda reconversión de su negocio hacia una reducción de costes y aumento de ventas de seguros y cobro por servicios bancarios para mantener la rentabilidad exigida por Europa.