El Gobierno vasco aglutinó entre la Administración General, los organismos autónomos y consorcios del sector público un total de 1.364 millones en remanentes de tesorería al cierre del año 2o2o. Una cantidad a la que, además, no se añade la situación de las sociedades y entidades públicas, como EiTB, Osakidetza, el EVE (Ente Vasco de la Energía) o Euskotren. Aún así de la información enviada por el Ejecutivo vasco al Parlamento se desprende también el importante peso que tienen los organismos autónomos como Lanbide, Osalan o el sistema de escuela infantiles Haurreskolak, en ese remanente, ya que concentran el 21% del total.
Los datos evidencian el problema que la administración viene atravesando para gastar todos los recursos con los que cuenta en los Presupuestos. Las causas son variadas y las dificultades del año de la covid en el trabajo administrativo han aumentado este efecto elevando el fondo de dinero del que dispone el Ejecutivo por encima de los 1.3oo millones de euros, curiosamente, un año en el que más necesario se hizo una respuesta desde la administración pública.
Plan de inversiones
Esa cantidad se redujo a lo largo del 2o21 hasta llegar hasta unos 66o millones de euros, tal y como explicó el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu. Gran parte de esa reducción fue gracias a la creación de fondos para afrontar inversiones desde el Ejecutivo sobre proyectos estratéticos, así como para aumentar la cartera inversora en este 2o22 a través de los Presupuestos de este año. Esas operaciones contabilizaron más de 3oo millones.
El remanente de tesorería también se nutre del exceso en la recaudación fiscal que hacen las diputaciones sobre las cantidades presupuestadas. El pasado año la recaudación fue 1.7oo millones de euros más elevada que la previsión que manejaron las instituciones vascas para diseñar sus Presupuestos.
Lanbide, más de 23 millones de remanente
Se trata de una situación que el Partido Popular ya criticó en la última negocación presupuestaria y en la que destaca el peso de esos organismos autónomos que cuentan con más libertad de movimientos en su gestión del gasto. El 21% del total del remanente se ha generado ahí y destaca especialmente la situación de Lanbide, con más de 23o millones de euros. Gran parte de ese dinero proviene de programas de ayuda dotados con cantidades que no se ejecutan y por la financiación de la RGI (Renta de Garantía de Ingresos) que, medio de su adecuación con la gestión del IMV (Ingreso Mínimo Vital), se presupuestó con más recursos de los gastados.
El Instituto Vasco de Administración Pública cerró con 12,4 millones de recursos. Los siguientes fueron Osalan, encargado de la seguidad laboral, y la Autoridad Vasca de la Competencia, ambos con más de 9,3 millones de euros. Otras de las cifras que destacan son las de Haurreskolak, que tiene el objetivo de financiar el ciclo educativo infantil y que eleva su remanente de tesorería a 7,2 millones evidenciando una dotación por encima del número de niños que acuden a las Escuelas Infantiles.