Urkullu trata de encauzar las relaciones con Zedarriak con una reunión este viernes

Después de unos días de máxima tensión en el PNV tras la publicación del informe de Zedarriak, el lehendakari Urkullu buscará este viernes institucionalizar las relaciones con el foro de reflexión económica. El Gobierno ha publicado este mediodía la agenda del lehendakari para este viernes y Urkullu dedicará el 20 de mayo exclusivamente a una reunión con Zedarriak. Según ha informado el Ejecutivo vasco, el presidente autonómico recibirá a mediodía en Lehendakaritza a una delegación del foro, aunque no ha concretado con quiénes exactamente ni para hablar sobre qué. De hecho, la convocatoria distribuida por el Gobierno solamente ha citado a los fotógrafos, no a los periodistas.

La llamada oficial llega después de que en las últimas semanas se hayan ido sucediendo las 'llamadas a consultas' desde el aparato jeltzale con el objetivo de evitar que las reflexiones sobre la pérdida de competitividad de Euskadi se extendiesen. La aparición del foro para el impulso y la transformación de Euskadi hicieron saltar todas las alarmas en Ajuria Enea y, por extensión, en Sabin Etxea, que ha interpretado como una traición que compañeros de partido alejados de la política publicasen un informe sobre las carencias de un País Vasco que "ha perdido punch".

El miedo a que uno de sus principales activos electorales -la gestión económica- empiece a quedar en entredicho es real. En Sabin Etxea se tiene miedo a que eso sea capitalizado por EH Bildu en una sociedad que entienden los jeltzales que ha virado ideológicamente al centro izquierda, a una especie de socialdemocracia no socialista que se ha convertido en un importante caladero de votos y que hay que aprovechar ante el descalabro de Podemos y la amenaza de que Eneko Andueza -al que Ortuzar ha tratado de dejar en entredicho esta misma semana- aproveche también ese espacio electoral. En ese contexto es en el que se enmarcan unas tensiones con Confebask que comenzaron a cuentas de la reforma laboral pero que han ido in crescendo entre unos empresarios que se han sentido en muchas ocasiones más cómodos con la actual plana mayor de la CEOE que con un Gobierno en el que no se han sentido en ocasiones lo suficientemente escuchados. Esa tendencia ha coincidido con la imprevista salida de Eduardo Zubiaurre de Confebask, pero no ha sido la única. El ciclo de llamadas, mensajes indirectos y visitas privadas ya han hecho que Juanjo Álvarez, de la UPV y Elena Zarraga, de LKS-Grupo Mondragón, abandonen el proyecto, que ha pasado de tener 12 a 14 representantes visibles más allá del staff que se mueve entre bambalinas.

Ahora, con el grupo de empresarios herido y con los próximos informes en 'stand-by', el lehendakari busca reconducir las relaciones hacia un canal más institucional con un primer encuentro público con representantes de la plataforma empresarial.