La náutica está en pleno apogeo. Los talleres de las embarcaciones de ocio y pesqueras afrontan un mes de agosto en el que las reparaciones atesoran el grueso de la demanda de trabajo. Por su parte la venta de barcos nuevos experimenta un ligero descenso ante el aumento de los plazos de entrega de hasta un año y la inflación de su precio. En su lugar, los barcos de segunda mano experimentan un pico de ventas.
Desde Nautika Playaundi, taller de Hondarribia, señalan que la gente sigue comprando barcos, aunque "hay un ligero bajón" en su demanda. Por su parte, en Bermeo el taller Motonáutica Bermeo no ha vendido ni un barco este año. "La gente compra barcos de segunda mano y acuden al taller a comprar un motor y piezas nuevas", apuntan. Así, las embarcaciones de segunda manos recogen la demanda que pierde la embarcación nueva.
Este fenómeno se explica como consecuencia del retraso de las entregas de pedidos que vive el sector. "Tenemos entregas programadas para junio del año que viene porque no hay suministros de materiales, tampoco barcos", lamentan en el taller de Hondarribia. Cerca, en Pasaia, Nautika Kantauri, apuntan que este año están entregando pedidos que se realizaron el año pasado.
Además, sumado a los retrasos en las entregas de embarcaciones, hay que sumar el incremento en su precio como consecuencia de la inflación de los materiales. Desde Nautika Playaundi advierten que ante la falta de materiales y la inflación de su precio, el coste de barcos, motores y diversos elementos como piezas han incrementado su precio en torno a un 10-12%. Además, una demanda creciente ante una oferta escasa, aún acentúa más los precios de mercado, apuntan.
"Ganamos lo justo para cubrir gastos"
Por otro lado, independientemente del auge de clientes y de la demanda por la náutica, las empresas del sector lidian con los altos costes de las materias de construcción y de trabajo. Madera, chapa, aceite, piezas metálicas, motores y un largo etc. que no hace más que engordar la factura de los gastos añadidos.
Desde Nautika Playaundi advierten que "en septiembre se produce una caída libre hasta la primavera". El sector registra sus mejores números en la temporada estival, cuando la náutica está en pleno apogeo. Durante el otoño y el invierno sobreviven gracias a lo recaudado hasta septiembre. "Ahora mismo ganamos lo justo para seguir el resto del año y no tener que cerrar. Cubrimos los gastos y los salarios de los empleados", lamentan. Por ello, auguran que con los ahorros al límite, "vienen meses muy malos".