Laboral Kutxa augurá para 2023 una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi al 1,4 % desde el 2,7 % recogido en sus previsiones iniciales del pasado mes de junio. El director de Estudios de esta entidad, Joseba Madariaga, junto a su homólogo de CaixaBank, Oriol Aspachs, han expuesto este jueves las previsiones económicas de sus respectivas entidades financieras para 2023 en un encuentro de la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, Adype.



En su intervención, Madariaga no ha avanzado más datos relativos a 2023 ya que está previsto que se difundan el próximo mes de diciembre, aunque ha precisado que para este ejercicio también han revisado los datos iniciales del PIB, en este caso al alza: del 3,6 % al 4,2 %. Según ha dicho, este aumento en la previsión de crecimiento para 2022 se explica por la conjugación de varias variantes: la ralentización de la actividad, que es "clara" en el sector industrial, pero no en otros sectores como servicios; el "espectacular" crecimiento de las exportaciones; la desaceleración del consumo y la inversión y la "fortaleza" del mercado laboral, con un paro del 7,9%.

Debilitamiento de la actividad

Según detalla Efe, Oriol Aspachs, por su parte, se ha referido a la economía española, con una previsión de crecimiento del 1 % para 2023 y unos indicadores del cuarto trimestre de este año que apuntan a un "debilitamiento" de la actividad. Ha puesto en valor, en cambio, la "calidad en el empleo" generado, que ha calificado de "espectacular", con una caída de la temporalidad superior a 10 puntos "cercana ya a los estándares europeos" y una previsión de crecimiento del 0,5 % para el próximo año.



Respecto a la inflación ha augurado un "punto de inflexión" y ha mantenido que "si no hay novedades" la media para 2023 será del 4,5 % con una tendencia que puede acercarse al 3 % para finales de ese ejercicio. Sobre el déficit estatal, la entidad catalana prevé que en 2022 se sitúe en el 4,5 % -un dato mejor que el previsto por el Gobierno (5 %)- y para 2023 de un 4,3 %, frente al 3,9 % estimado en los planes de presupuestos del Ejecutivo español. Según Aspachs, España no vivirá una recesión técnica, pero su "velocidad de recuperación no será muy pronunciada, aunque en términos relativos estamos mejor que otros países desarrollados".

El presidente de la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, Adype, Txema Vazquez Eguskiza. / EFE

Sin riesgo de cortes en el suministro de energía

También ha considerado que, al contrario que otros países europeos, España mantiene "una posibilidad muy baja de que se produzcan cortes en el suministro de energía". En relación a Europa, Madariaga ha hablado precisamente del "shock energético" y la consiguiente inflación y se ha referido a "un escenario de recesión técnica a lo largo de los próximos trimestres". Según ha dicho, la tasa de crecimiento para el PIB europeo en 2023 será del 0,5 % -frente al 3,2 % actual- y la inflación se situará en el 5,8 % (8,3 % en 2022).



Los "soportes" europeos para afrontar la situación son, según ha destacado, el crecimiento nominal de la renta, la bolsa de ahorro generada en la pandemia y la fortaleza del mercado laboral, con una tasa de desempleo del 6,6 %. En este punto también ha citado el crecimiento de los precios de los bienes básicos y ha indicado que los precios de los alimentos han crecido un 13,1 % en un año.