Elon Musk es el tipo más rico del mundo. Ha amasado una fortuna con algunas ideas buenas e inversiones arriesgadas. También ha cometido errores mayúsculos por proyectos considerados por muchos delirantes. Solo los idiotas subestiman el miedo y él no lo conoce. Le chifla poner todos los huevos en la cesta de la innovación. En ocasiones roza la bancarrota, pero finalmente alza el vuelo. Su meta es, o eso dice, salvar el mundo. Por eso invierte en vehículos eléctricos, paneles solares e inteligencia artificial. Quiere prolongar la existencia de la humanidad en la Tierra, además de construir una colonia marciana. Y mientras gasta, gana y sueña, la vida se convierte en pesadilla para quienes forman parte de su órbita. En Twitter ha habido oleada de dimisiones: los trabajadores no están dispuestos a aceptar la “cultura corporativa” del sudafricano, una suerte de nueva esclavitud que justifica con apasionadas arengas sobre éxito y competitividad. Elon Musk ha alcanzado la cima del emprendimiento dejando cadáveres por el camino. En la Sarekin Week le advertirían de que así no hay futuro.
Hablamos de la Semana del Emprendimiento de Bizkaia, que tendrá lugar del 28 de noviembre al 2 de diciembre en varios espacios congresuales del Gran Bilbao. En esta tercera edición se podrá volver a descubrir las oportunidades de emprendimiento que ofrece el entorno y fórmulas para tomar decisiones con mayor conocimiento y perspectivas de éxito. Eso sí, desde la triple sostenibilidad como modelo empresarial al que aspirar. Se trata de que las compañías, sin dejar de hacer dinero, cuiden de los suyos y del entorno; es decir, que procuren que sus acciones tengan un impacto social y medioambiental positivo con una gestión económica responsable. Y sí, existen negocios que caminan en esa línea. Lo asegura uno de los ponentes de las mesas redondas inaugurales de la Sarekin Week: Paco Álvarez, el exvicepresidente de la Bolsa de París reconvertido en portavoz internacional de la Economía del Bien Común. Un profesional combativo al que no es posible dar gato por liebre.
“Cada vez hay más empresas que lo están haciendo bien y que comprenden que pueden ser rentables financieramente si también lo son socialmente y medioambientalmente. Ello es debido a la toma de conciencia de la sociedad, aunque sea lenta, pero también a las normas que poco a poco se van imponiendo: los ODS, la Agenda 2030, informes no financieros conocidos por las siglas NFRD, CSRD (NFRD renovada), CSDD, Taxonomy Regulation, ESAP… sin olvidar la ley recientemente votada en España sobre creación y crecimiento de empresas que introduce a las Sociedades de Beneficio e Interés Común”, explica Álvarez.
Ahora bien, esa realidad no le impide cuestionar el tan manoseado concepto de sostenibilidad. El presidente de la Federación para el fomento de la Economía del Bien Común afirma que quienes defienden el modelo económico liberal-capitalista “tienen la habilidad de detectar lo que la sociedad empieza a tener en cuenta para adaptarlo, modificarlo o desfigurarlo, con el objetivo de que lo esencial del modelo, que es únicamente el lucro, no se vea afectado peligrosamente”. Hoy en día la palabra “sostenible” salta al escenario nada más encenderse los micrófonos de cualquier foro empresarial o político, “aunque a menudo se deforme, como se ha deformado la palabra economía, la palabra empresa, la palabra emprendimiento…”.
La sostenibilidad va ganando terrenno
Las trampas son inevitables, pero nadie podrá rebatir que los desafíos sociales y climáticos del siglo XXI están empujando a trabajar con un poco más de justicia y responsabilidad, ya sea por necesidad, convicción, moda o apariencia. “Por eso poco a poco los conceptos de la Economía del Bien Común van ganando terreno. Y por eso hay que ser precavidos y desenmascarar con pruebas a los que hacen el paripé”, sostiene Álvarez. El término anglosajón greenwashing, lo que viene siendo el lavado de cara de toda la vida, no ha nacido por casualidad. “Recordemos que grandes empresas que habían obtenido premios por sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa han sido condenadas por haber mentido, particularmente en el sector de la automoción o en el sector financiero”, alerta.
Con el discurso de Álvarez suele pasar que, por un instante, cunde el desaliento. Sin embargo, rápidamente insiste en que “hay motivos para la esperanza”. El movimiento de compañías dispuestas a marcar un cambio de rumbo sigue creciendo y lo hace con indicadores reales que demuestran que la sostenibilidad puede ser más que parches y cantos de sirenas. Es el caso de la Asociación de Empresas Triple Balance SANNAS, que estará presente en la Sarekin Week a través de su cofundador Luis Madrid. Este experto en Innovación Social y Diseño Estratégico impartirá el taller “Mide la sostenibilidad de tu empresa o proyecto. Métricas de triple balance”, con el que enseñará la herramienta de autoevaluación creada por SANNAS.
“Suelo parafrasear el dicho “lo que no se mide no existe” y digo: “lo que no se mide también existe y muchas veces juega en tu contra”. En la empresa nos podemos encontrar con problemas de exceso de rotación de la plantilla, competencia desleal o incluso falta de fidelidad por parte de los clientes, que te dejan por un producto “más barato”. Todos estos elementos se pueden abordar desde la sostenibilidad, ya que es un concepto que no solo habla de reciclar papel, que también; te ayuda a pensar cuál es tu papel en al mundo como empresa, mucho más allá de ganar dinero”, subraya. Por eso, Madrid tiene la sensación de que, más tarde o temprano, la mayoría de negocios se dará cuenta de que “ser sostenible es mucho mas rentable que no serlo, y a partir de ahí habrá un cambio orgánico”.
Destaca el papel de Euskadi
Sobre el papel de Euskadi en este nuevo escenario, el especialista en Triple Balance tiene sobre todo palabras bonitas. Ha acompañado a varias empresas, fundaciones y administraciones públicas de la zona a transitar hacia ese modelo, y su conclusión es que “no tenéis nada que envidiar a los países mas avanzados del mundo en temas de sostenibilidad”. El País Vasco ha tomado la delantera en todo el Estado a nivel legal, pero lo que más destaca Luis Madrid es “el compromiso” que ha detectado en unas cuantas organizaciones. El año pasado participó en el codiseño de la primera Estrategia de Sostenibilidad Triple Balance hecha por un servicio de Bomberos en España “y fueron los Bomberos de Bizkaia”.
A Paco Álvarez le gusta evocar a Einstein cuando dijo aquello de que “la culpa de lo que se hace mal no es de los que lo hacen mal, es de los que miran a los que lo hacen mal… y no hacen nada”. Por eso la Sarekin Week pone el foco en las buenas prácticas, grandes y humildes. La idea es que el ejemplo cunda partiendo de experiencias empresariales sostenibles reales, sin importar tanto ser los mejores del mundo sino los mejores para el mundo. Que no es lo mismo. El sistema ha aupado a Elon Musk, pero el planeta reclama muchos pequeños emprendedores dispuestos a ser agentes de cambio.