La invasión de Ucrania, el aumento generalizado de los precios, el desabastecimiento energético, el aumento de los tipos de interés y la quiebra de Silicon Valley Bank y Credit Suisse no han conseguido frenar la senda de recuperación en la que se encuentra inmersa, según los expertos, la economía española. Y por ende, también la vasca. Y es que el servicio de estudios de BBVA ha mejorado un 0,6 % sus estimaciones de crecimiento en 2023 para Euskadi, y más concretamente, el territorio vasco podría recuperar este año las cifras de PIB previas a la pandemia, tras un proceso de crecimiento imparable a pesar de la incertidumbre, omnipresente en todos los sectores.
En este sentido, las conclusiones de BBVA Research son positivas y optimistas, en sintonía con las últimas previsiones elaboradas por el Gobierno vasco. El Servicio de Estudios de BBVA prevé que el País Vasco recupere el nivel prepandemia de su PIB en 2023 y fija su crecimiento en el 1,3 % en 2023. Además, a lo largo del presente año, también se podría alcanzar el nivel precrisis de PIB per cápita.
Para 2024, una menor incertidumbre, un aumento de la demanda europea y la recuperación de la inversión, podrían impulsar la economía y hacer que el territorio crezca hasta el 2,9 %, por encima de las previsiones de España del 2,6%, tal y como ha detallado Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research para España, y Carlos Gorría, director Territorial Norte de BBVA, que han presentado hoy el informe ‘Situación País Vasco 2023’ de BBVA Research.
Con respecto a la actividad industrial, dicho estudio prevé que el sector registre un mayor dinamismo gracias a la desaparición progresiva de los cuellos de botella, que han afectado especialmente al sector del automóvil y a la producción de bienes de equipo. De cumplirse estas previsiones, el País Vasco podría crear 24.600 nuevos puestos de trabajo en los próximos dos años.
En lo relativo al empleo, el Servicio de Estudios sitúa la tasa de paro en el 8,4 % para 2023 y en el 7,2 % en 2024, manteniéndose como la comunidad con menor paro del Estado. Un descenso que desde BBVA Research achacan a la reforma laboral, que ha permitido “reducir los niveles de volatilidad de empleo en España, debido al aumento en el coste de los despidos y la reducción de la temporalidad, y ha generado cierto nivel de estabilidad, que de mantenerse contribuiría a incrementar la productividad del trabajo, además del gasto de los trabajadores vascos con nuevos contratos indefinidos”. Sin embargo, uno de los retos a los que se enfrenta el territorio vasco es encontrar mano de obra especializada para la recuperación del tejido empresarial.
Crecimiento del 4,4 % en 2022
En dicho análisis, se refleja que la economía del País Vasco podría haber cerrado el año 2022 con un crecimiento del 4,4 %, un dato que parece haber esquivado la recesión que parecía anticiparse hace unos meses. Así, “la economía resiste mejor de lo esperado el impacto del incremento en el coste de la energía, con cierto dinamismo de los servicios en las áreas metropolitanas, pero la falta de un empuje franco en el sector industrial impide la recuperación del empleo fuera de las grandes zonas urbanas”, advierten. No obstante, la inflación, la incertidumbre y el menor dinamismo del mercado laboral a finales del año pasado habrían desacelerado el avance del consumo a nivel nacional.
En cuanto a la situación financiera de familias y empresas, éstas se seguirán viendo afectadas por el aumento de los tipos de interés, la inflación elevada y la desaceleración económica, aunque en menor medida que en el conjunto de España. El mayor nivel de renta y un perfil demográfico más envejecido justifican que el peso del crédito a otros sectores residentes en el PIB regional se sitúe claramente debajo de la media española.
En el capítulo del turismo, el País Vasco sigue jugando en desventaja. Como se observa en el informe, el gasto de los turistas extranjeros tiene un menor peso en la actividad que en otras comunidades autónomas, si bien los datos recogidos durante el primer trimestre de este año muestran un incremento del 27 % respecto al año pasado. Por su parte, el gasto turístico que los vascos realizaron fuera también es síntoma de un comportamiento positivo, ya que las cifras de esta Semana Santa de 2023 ya duplican a las del mismo periodo de 2019.
En cuanto al mercado inmobiliario, la incertidumbre y la subida de los tipos de interés provocaron que en el segundo semestre de 2022 se vendieran menos viviendas que en los primeros seis meses de ese año, tanto en España como en Euskadi. En particular, en el País Vasco cobran especial importancia todas las operaciones relacionadas con la compra de primeras residencias, ya que la adquisición de una segunda vivienda no tiene peso en la dinámica del mercado local.
En la senda de la recuperación
En el último año, las exportaciones de Euskadi aumentaron un 26 % interanual, con avances en todos los sectores y destinos. Destacan por encima del resto, las ventas de semimanufacturas, energía, bienes de equipo y automóvil, lo que confirma que a pesar de la subida de los precios que han experimentado bienes y servicios, no está teniendo un impacto significativo en la competitividad exportadora regional. En términos reales, el crecimiento de las exportaciones vascas es del 5,6 % respecto a 2019, superando el 4,4% observado en el conjunto de España.
Y por último, las expectativas industriales también siguen la senda de la recuperación, según vaticinan desde el Servicio de Estudios de BBVA. Si tomamos como referencia la industria automovilística, vemos cómo en la primera mitad de 2022, en España, la producción fue un 22 % menor que la del mismo período de 2019, pero desde entonces el ritmo ha mejorado y, hasta enero de 2023, dicho sector ha recuperado fuerza logrando una producción sólo un 8 % menor que en los mismos meses de 2019.
También el número de matriculaciones fue menor. Mientras que en el primer semestre de 2022, en Euskadi se realizaron la mitad de operaciones que las registradas en el mismo período de 2019, en el segundo semestre este dato continuó siendo inferior en un 40 %. Sin embargo, la mayor disponibilidad de oferta, asociada al mayor dinamismo de la producción, podría ayudar a incrementar las matriculaciones en más de diez puntos entre 2023 y 2024, detallan.