Frustración, autocrítica... fueron los términos más utilizados por Jon Uriarte en la comparecencia de balance de su primer año como presidente del Athletic. "No hemos cumplido los objetivos", asumía el empresario bilbaíno en una rueda de prensa larga que concluía con una invitación a los medios de comunicación a "normalizar" relaciones tras unos meses en los que, según sus palabras, ha vivido un ambiente "hostil".
Es Jon Uriarte un hombre de negocios acostumbrado a construir su éxito lejos de la esfera pública y no hay duda de que la presidencia de una entidad como el Athletic, con una dimensión social incomparable con la de ninguna empresa de Euskadi, le está forzando a cambiar el paso. Él mismo reconocía las consecuencias en la vida personal que conlleva este cargo en la parte final de una convocatoria que sorteó con bastante soltura teniendo en cuenta las dudas que rodeaban a ciertas cuestiones del ámbito deportivo como la salida de Iñigo Martínez.
En el apartado económico el presidente del Athletic evitó dar mucho detalle de la evolución de las cuentas de este año, pero sí señaló a preguntas de Crónica Vasca que la cosa va bien y que es optimista de cara a poder trasladar a los socios unos ingresos superiores a los calculados en otoño, cuando se presentó un presupuesto de 135 millones de euros.
El bilbaíno remarcó que se van a superar los objetivos tanto a nivel de mejora de ingresos como de ajuste del gasto. En preguntas posteriores optó por poner el foco en la entrada de nuevos ingresos como vía preferente antes que "apretarse el cinturón" para sacar al Athletic de la encrucijada económica, con un déficit estructural (es decir, lo que realmente entra y sale de la entidad más allá del dinero contante y sonante que dejaron las salidas de jugadores de peso hace unos años) de unos 30 millones de euros.
"Un freno" para fichar
Uriarte insistió en que la mejor vía de crecimiento del Athletic es acceder a competiciones europeas, algo que este año no se ha conseguido por la vía deportiva a la espera de si hay sanción o no por parte de la UEFA a clubes como Osasuna o Barcelona. Lograr un billete para la Conference League in extremis por este motivo podría reportar al Athletic entre 5 y 10 millones de euros extra en 2024 solo por participar e ir avanzando fases en la competición.
No hay duda de que ingresar en competiciones europeas, aunque sea de esta forma, ayudaría mucho a las arcas del club, cada vez más tiesas. Sin contar con ese balón de oxígeno, toca inventar alternativas para evitar la economía de guerra. El propio Uriarte señaló a este futuro oscuro en lo económico como "un freno" para fichar jugadores y dar ese paso en lo deportivo que asegure la presencia en Europa año tras año.
En las tripas del club han sorprendido ciertos gestos del presidente para ahorrar en el día a día, incluidos algunos que afectan a su propia forma de viajar y de trabajar. En ese aspecto Uriarte promete no tocar lo esencial. "Si reduces los gastos te va a afectar a nivel competitivo. Queremos tener a los mejores jugadores. La única manera de hacerlo es aumentar los ingresos", remarcó en varias ocasiones.