El pasado mes de abril se publicaba que las huelgas habían aumentado un 35% y que, por lo tanto, Euskadi seguía a la cabeza en conflictividad laboral. El 2022 fue un año en el que la conflictividad laboral aumentó de forma notable, tal es así, que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, señaló en el mes de junio que esta conflictividad suponía un obstáculo para atraer inversiones al País Vasco.
Parece que en 2023 este asunto se empieza a estabilizar y, pese al incremento de las huelgas, ha descendido tanto el número de participantes —de 9.078 a 5.584— y el de jornadas no trabajadas —de 44.100 a 26.284—. Así, la negociación colectiva recupera el ritmo de forma que, hasta el mes de mayo, uno de cada cuatro trabajadores ha renovado su convenio, por lo que antes de mitad de año, el 52% de las personas trabajadoras tenían su convenio actualizado.
Se trata del porcentaje más alto de trabajadores vascos con sus condiciones laborales actualizadas a esas alturas del año desde la entrada en vigor de la reforma laboral de 2012 del PP, un dato que celebran desde el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) del País Vasco, que ha hecho público un análisis de la actual situación económica y laboral. "El comportamiento es bueno y un poco inesperado", indicaba el presidente del CRL, Tomás Arrieta, acerca de este asunto.
Según este análisis, en los cinco primeros meses de este año, un 25% de los trabajadores vascos habían renovado su convenio frente al 4,7% que lo habían hecho en igual período de 2022. Arrieta señalaba la inflación como uno de los posibles factores de este "dinamismo" en la negociación colectiva porque "ha funcionado como incentivador" en los procesos de negociación y aseguraba que es "más fácil llegar a acuerdos en un contexto de crecimiento económico y empleo".
Pérdida de poder adquisitivo
Según los datos recogidos por EFE, el colectivo de trabajadores con los convenios decaídos y sin cobertura de la negociación colectiva sigue disminuyendo al representar el 6,3% al finalizar el mes de mayo frente al 9,4% de igual período de 2022.
Según el informe, el incremento salarial medio en los convenios registrados en 2023 es del 4,64%, mayor —4,89%— en el caso de los negociados en Euskadi en relación a los de ámbito nacional con incidencia en el País Vasco (3,8%).
El aumento salarial medio del conjunto de los convenios vigentes —sumando los firmados en años anteriores con vigencia en 202—) es algo menor (en torno al 4%), pero es mayor que el último dato de inflación interanual, en junio bajó al 2,3% en el País Vasco.
Los datos reflejan, sin embargo, una pérdida de poder adquisitivo en 2022 de los trabajadores vascos con convenios vigentes el pasado año, cuya subida salarial media entonces fue del 4,08%, inferior al 5,4% en que se situó la inflación interanual en Euskadi.
El informe del CRL, que recoge una estimación de crecimiento económico para este año en Euskadi del 1,6%, también evidencia una importante caída de la tasa de temporalidad en el mercado de trabajo en 2022. Para Arrieta, 2022, con la reforma laboral promovida, representa "un punto de inflexión" en relación al descenso de la tasa de temporalidad. "No ha tocado techo", insistía y defendía además la necesidad de "una mayor estabilidad" en el mercado de trabajo". "Lo razonable es que en los próximos meses sigan descendiendo las tasas de temporalidad", ha afirmado.