El Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables del Gobierno vasco está dando mucho que hablar. Ya son 4.000 las alegaciones presentadas. No obstante, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, asegura que se valorarán todas las opiniones, si bien considera que Euskadi necesita avanzar en materia de energía verde y mira "con envidia" a Navarra, nuestra vecina, que es prácticamente independiente a nivel energético. "Necesitamos energía de kilómetro cero", remarca.
Con respecto a la situación económica de Euskadi, cuyo PIB ha encadenado dos años de subidas (con un incremento del 4,4% el año pasado y un 5,5% en 2021) tras la fuerte caída de 2020 (-10,7%) a causa de la pandemia, la ralentización que se está produciendo en 2023 en Europa, con Alemania a la cabeza, y fuera del continente, con China perdiendo posiciones en el pódium mundial, explican que la consejera se muestre con pies de plomo con respecto a las previsiones.
-Empezamos precisamente con la revisión de los cálculos del INE, pues hemos visto que España, que estaba a la cola de la recuperación post-covid, realmente salió de la crisis entre las primeras, en 2022. ¿Hay alguna previsión de poder revisar los datos en Euskadi con la esperanza de que sean también positivos?
-En la primera quincena de octubre se celebrará el Consejo Vasco de Finanzas y saldrán los datos ya totalmente cerrados del primer semestre de lo que ha sido este año 2023 y tendremos probablemente ya datos de este tercer trimestre también. Por tanto, yo creo que es previsible que se haga una actualización, pero no podemos saber en estos momentos si es al alza, a la baja o nos quedamos como antes, pero lógicamente con todos esos datos habrá una actualización.
-Avanzado 2023, nos acercamos a 2024. ¿Cómo está siendo la marcha económica para las empresas? ¿Cuáles son sus previsiones?
-En este momento lo que estamos observando es que, a pesar de que pensábamos que el primer semestre iba a ser un poco más al ralentí, vemos que las empresas sí están haciendo inversiones y están con buenas contrataciones. Por tanto, ha sido un semestre bastante interesante desde ese punto de vista.
No obstante, estamos observando que Europa está ralentizando su crecimiento, con países como Alemania que están casi rozando la recesión, o China, que también está con una incertidumbre importante. Eso, evidentemente, impacta en Euskadi. Por tanto, prevemos que en el segundo semestre, no vamos a entrar en recesión, pero sí podemos tener un crecimiento un poco más gradual.
Lo que también preocupa a las empresas es que la inflación ha elevado los precios de las materias primas y también de los intereses. El Banco Central Europeo los ha vuelto a subir y eso supone que el precio del dinero y de los préstamos también se incrementa. Y todo ello, en definitiva, hace que los márgenes en ventas tengan un menor crecimiento y puedan ralentizar sus inversiones en I+D, aunque en estos momentos se sigue apostando por la modernización del tejido empresarial, lo cual es algo positivo. Otro tema que también sale en las conversaciones son los fondos europeos, tanto en subvenciones como para financiación. Sería muy relevante activarlos a la mayor brevedad posible.
Los fondos europeos
-Hablando de los fondos… Han sido muchas las voces críticas con la gestión de los PERTEs, que están ralentizando su llegada a las empresas.
-Lo que estamos observando es que todavía hay bastantes recursos que no se han repartido. Por tanto, lo que sí estamos solicitando es que la burocracia, el papeleo, sea un poco más sencillo. Estamos acostumbrados a trabajar con fondos europeos y a trabajar con el modelo europeo con recursos destinados a innovación y desarrollo, que ya de por sí es complejo, pero creo que con los PERTEs se ha incrementado aún más esa complejidad y eso hace que para las grandes empresas sea un poco más sencillo, pues trabajan con grandes consultoras y tienen más posibilidades, mientras que las pequeñas empresas ven con dificultad el poder acceder a esos fondos.
Nos preocupa, primero, que no se estén repartiendo a la velocidad suficiente, ya que estamos terminando 2023 y todavía, una parte importante de esos recursos, no se han repartido, y en segundo lugar, estamos observando que tampoco la intensidad de estas subvenciones está siendo tan fuerte como esperábamos. Por ejemplo, en el PERTE del vehículo eléctrico, si nos fijamos en baterías, están dando un 15% en intensidad de ayudas, que es poquísimo. Cualquiera de nuestros programas de innovación tiene una mayor intensidad de ayudas.
Y, sin apenas subvención, al menos que la parte de préstamo venga rápido para las empresas. Creo que hay una cierta preocupación, aunque cada vez es menor, porque hay tal desencanto que las empresas ya no miran casi los recursos europeos, sino que analizan sus posibilidades y van a otro tipo de recursos que, bien sean de Europa, o bien del Estado o bien del Gobierno vasco, siguen existiendo. Es una pena que después de tener tantos recursos, no los estemos utilizando de una forma mucho más práctica y mucho más cercana a ese tejido productivo que, en definitiva, lo que queremos es transformar y recuperar.
-¿Cuál sería el porcentaje de fondos que quedan aún sin utilizar?
-El 50% de los fondos de los PERTEs los repartimos las administraciones autonómicas y aunque todavía queda algo, una parte muy importante, más del 80% según dijo el lehendakari en una de sus últimas comparecencias, ha sido ya repartido, fundamentalmente para eficiencia energética y movilidad eléctrica en el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente. Sin embargo, de la otra mitad restante, como mínimo queda un 30% pendiente de reparto.
Por otro lado, los recursos se han dirigido de forma desigual a las diversas industrias. Los recursos que se han puesto desde la Administración central al sector aeroespacial han sido muy importantes, pero muy poco al de aeronáutica, por ejemplo. Entonces, si no vamos a hacer un PERTE para aeronáutica dotemos de recursos a un programa de ayudas específicas para ellos. Es una pena…
-¿Podemos pedir a Europa una segunda convocatoria de ayudas o nos tenemos que conformar con lo que nos ha tocado?
-A ver, yo creo que al final se acabarán repartiendo y habrá que solicitar una prórroga a Europa para poder ejecutar esos fondos. Y luego hay una parte, que no es menos preocupante desde el punto de vista de Euskadi, de reparto de recursos un tanto extraño. En el PERTE de descarbonización, por ejemplo, ¿por qué hay alrededor de 400 millones de euros ya destinados a una empresa que es ArcelorMittal, en Asturias, para un proyecto de descarbonización utilizando hidrógeno sin haber pasado por ninguna licitación previa? Y no digo que el proyecto no sea importante, porque creo que sí lo es, y que además puede beneficiar a nuestras plantas de Arcelor en Euskadi. No digo que no sea adecuado, pero las reglas de juegos deben ser iguales para todos.
-Precisamente Arcelor está planteando un nuevo ERTE, que afecta a la planta de Etxebarri, y que encadenaría con el expediente provocado a raíz del incendio en uno de sus hornos en Asturias. ¿Cómo ve el futuro de la industria pesada en Euskadi?
-A ver, yo creo que precisamente en siderurgia se están haciendo esfuerzos importantes en general para la descarbonización, no sólo en Arcelor. ACB, por ejemplo, tiene un horno de arco eléctrico, por tanto. tiene una parte muy importante de sus deberes hechos.
En general, nuestra industria siderúrgica debe buscar energías renovables como fuente de suministro y ya lo está haciendo, como con la colaboración que tenemos desde Gobierno vasco con Sidenor a través del EVE para que sustituya sus hornos de gas por hornos con hidrógeno. Y cada vez tenemos más proyectos en marcha donde ya se está inyectando hidrógeno en las tuberías de gas. Además estamos trabajando para que esa denominación de acero verde, que nos lo van a demandar los fabricantes de vehículos eléctricos, sea una realidad.
Por tanto, nuestra industria, también la industria pesada, todavía tiene mucho recorrido. Sin ninguna duda todavía atravesará vaivenes e incertidumbres, pero creo que está trabajando para que su futuro sea una realidad de largo plazo.
Los retos de las empresas
-¿Cuáles son los retos económicos que tienen nuestras empresas por delante? ¿En qué debieran ponerse las pilas?
-Hay dos temas que son cruciales para nuestra industria, que son responder a esas dos transiciones en las que ya llevamos tiempo trabajando: la transición digital y la transición energética. Hay que introducir aspectos de digitalización, pero no con el objetivo de reducir empleo, sino para generar más productividad con las mismas personas que tenemos ahora e incluso poder generar más contratos para aumentar la productividad y así ser más competitivos. Tenemos muchísimos debates, desde la ciberseguridad o la Inteligencia Artificial, pasando por la robotización... Llevamos tiempo trabajando en estos aspectos en Euskadi y eso tiene que llegar hasta la última de nuestras empresas. Cuando las grandes comienzan a digitalizarse exigen a sus proveedores, que son empresas más pequeñas, estar digitalizadas, lo cual ayuda a esa transformación global.
Y para avanzar en la transición energética es necesario un mayor peso de las energías renovables, la sustitución del gas por el hidrógeno, la generación de menos residuos y la reutilización de materiales. Hemos pedido a todos los clústeres que desarrollen su propio itinerario de descarbonización y para ello han hecho un análisis muy importante en cada sector. En los más contaminantes, además, hemos impulsado la iniciativa Net Zero, a la que hemos dotado de 10 millones de euros, para acelerar ese proceso. Esperemos que sea un programa de largo alcance para pequeñas y grandes empresas y que pueda ir creciendo para acompañar a nuestras empresas en ese proceso y para ello debemos implantar el PTS y la Ley de Cambio Climático.
-El Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables está generando gran controversia…
-Pero eso yo creo que forma parte del proceso de transformación. Al principio, la digitalización costó aceptarla y costó adoptarla y, sin embargo, hoy nadie la pone en duda y todas nuestras empresas están en esa senda. Y ahora nos toca llevar a cabo el gran reto de la transición energética.
-¿Hay alguna posibilidad de reconsiderar el PTS teniendo en cuenta todas las alegaciones que se han presentado?
-El PTS es una planificación territorial en el que se indica dónde se podrían ubicar unas instalaciones energéticas de una dimensión no superior a 50 MW. Son posibles ubicaciones, pero evidentemente, si hay razones que nos obligan a reconsiderar algunas de ellas, lo haremos. No tenemos ningún problema en ello, para eso se abren todos estos periodos de participación precisamente y después desde Gobierno vasco analizaremos todas las alegaciones.
Pero hay que tener en cuenta que vamos a necesitar instalaciones de todo tipo y dimensión. Instalaciones de autoconsumo de comunidades energéticas, tejados de edificios públicos, en las nuevas edificaciones residenciales, que, según la Ley de Sostenibilidad Energética, deben llevar una parte de renovables… Todo eso va a hacer falta y no está en el PTS.
Necesitamos, primero, que haya viento y sol y, después, conjugar distintos espacios e intereses. Es decir, que mantengamos el suelo agrario que necesitamos para alimentación humana y para alimentación animal y dediquemos suelo para producir energías renovables. Y ser capaces también de que quien vaya a tener un un molino o una instalación fotovoltaica tenga también un beneficio en el precio de su energía a través de las comunidades energéticas.
En otros países están funcionando bien y creo que son modelos a trabajar, pero necesitamos energías renovables para tener menor dependencia de otros. De lo contrario, pasaremos de ser dependientes del gas, que antes venía de Rusia y que ahora viene de donde se puede, además de Rusia, a ser dependientes de energía renovable, que vendrá de otro lugar. Por tanto, vamos a intentar que parte de nuestra energía sea de kilómetro cero.
Tenemos Navarra aquí al lado, que nos saca mucha ventaja en este tema, pues su dependencia energética es muchísimo menor que la nuestra. Y ellos también tienen montes, que serán tan interesantes y tan bonitos para ellos como para nosotros los nuestros, pero quizás nosotros no estamos acostumbrados a esas instalaciones porque no las hemos tenido hasta ahora, pero una vez puestas en funcionamiento creo que los beneficios serían mayores que los perjuicios.
-Siempre, eso sí, teniendo en cuenta todos los informes medioambientales…
-Evidentemente, siempre respetando no sólo los valores ambientales, sino también los valores arqueológicos que también tenemos que cuidar.
[Si te has quedado con ganas de más, puedes leer la segunda parte de la entrevista con Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, pinchando aquí]