La acción climática, la sostenibilidad local, la economía circular, la descontaminación de los suelos, la educación medioambiental y la ecoinnovación son los principales ejes de acción del Ihobe, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno vasco, que trabaja con administraciones, empresas y ciudadanía.
“Uno de nuestros principales objetivos es integrar la política ambiental, como la Ley vasca de Transición Energética y Cambio Climático, pero dando valor competitivo a las empresas. Es decir, no sólo por mejorar el medioambiente, sino también como clave de oportunidad y de mejora de su cuenta de resultados”, destaca el director general del Ihobe, Alexander Boto.
-Ihobe acaba de celebrar su 40º aniversario, ¿cuáles son los principales logros de su trayectoria?
-Aunque sólo llevo una legislatura como director general del Ihobe, llevo trabajando en esta casa más de 30 años, entonces conozco muy bien el trabajo realizado en todo este tiempo. La actividad del Ihobe se puede dividir en tres etapas.
La primera, desde que se creó, en 1983, hasta 1992, cuando salió la primera ley de Medioambiente. Fue una etapa en la que el Gobierno vasco apostó, sobre todo, por actuar como bombero. Teníamos muchos problemas ambientales, con el 90% de los ríos contaminados, con suelos con lindane y más de 400 ruinas industriales… Por ello priorizamos la gestión de los residuos peligrosos y actuaciones urgentes.
En una segunda etapa, desde los años 90 hasta 2015 más o menos, seguimos una política de control y legislación. Empezamos a medir el medioambiente, que hasta entonces no era nada fácil, con distintos indicadores, y planificamos cómo tiene que avanzar la política medioambiental. Además, empezamos a trabajar con las empresas y los municipios, priorizando qué sectores son los que más contaminan, intentando que cumplan la legislación y que empiecen a ver que es una oportunidad, porque hasta el siglo XX el medioambiente se veía como un obstáculo.
Y en esta última etapa se han aprobado hasta tres leyes medioambientales: la ley de administración ambiental, la de patrimonio natural y la de transición energética y cambio climático. Era necesario actualizar la legislación en materia ambiental y el Pacto Verde europeo pone el listón muy alto.
-A nivel presupuestario, ¿ha venido esta nueva legislatura acompañada también de una mayor apuesta económica?
-Sí, se ha incrementado nuestro presupuesto en el orden de un 20% en el último año, hasta alcanzar los 16,6 millones de euros. Como economista, lógicamente, miro el presupuesto, porque cuanto más presupuesto tienes, más capacidad tienes, pero hay que tener en cuenta también que tenemos un impacto inducido que mueve muchísimo más dinero que nuestro presupuesto, ya que trabajamos con actores o proyectos que manejan sus propios presupuestos.
El Pacto Verde
-En las recientes elecciones europeas hemos visto cómo el Pacto Verde estaba en la cuerda floja, ya que desde determinados sectores políticos se muestran en contra de las políticas medioambientales…
-Sí. La extrema derecha dice que este pacto está ralentizando toda la economía y otros dicen que hay que bajar un poquito la velocidad. Sin embargo, es muy interesante desde el punto de vista de la competitividad. Lo que está demostrando Euskadi es que se puede crecer económicamente y mejorar nuestra calidad ambiental.
Aunque el Pacto Verde se llame verde, es una estrategia económica, y es una estrategia económica europea. Todos los productos que se fabrican en Europa van a tener que tener un pasaporte ambiental de producto, por lo que está cambiando mucho el modelo productivo y eso a Euskadi le va a influir, por supuesto, pero creo que estamos muy bien posicionados.
Ante este tsunami regulatorio puedes hacer dos cosas, o enfrentarte a la ola cuando venga o intentar posicionarte antes para surfearla. Por eso, las empresas vascas deben intentar anticiparse y no verlo como una amenaza, sino como una oportunidad para hacer crecer su negocio, y desde el Ihobe estamos para acompañarlas y ayudarlas en ese proceso. Invertir en agenda verde es la mejor manera de hacer progresar la economía, porque economía y medioambiente tienen que ir de la mano.
-2030 es una fecha clave, ya que es el año marcado por la UE para cumplir con estos objetivos muy ambiciosos y, aunque se está haciendo un trabajo muy importante, ¿cree que llegaremos a tiempo o que Europa tendrá que ser más flexible con los plazos?
-Hasta ahora Europa siempre nos ha marcado el rumbo de la política ambiental y desde Euskadi siempre hemos seguido las políticas europeas, pero desde que se aprueba el Pacto Verde en 2019 marcan también la velocidad y en algunas cosas vamos muy bien pero en otras más retrasados. Entonces yo creo que probablemente van a suavizar el ritmo. De hecho, con el Pacto Verde tenían previsto aprobar 150 normas y se han aprobado aproximadamente la mitad, por lo que todavía quedan otro montón de directivas y reglamentos más.
-Son muchas las empresas que se quejan no solamente de la dificultad de entender estas normas, sino también del papeleo que conllevan y su dificultad de implementación. Además, critican que no pueden competir en el mercado con países como China o Marruecos donde no tienen que cumplir estos requisitos, ¿entonces?
-Lógicamente, cuando Europa monta este sistema tan exigente no es para perjudicar a sus empresas, sino para protegerse del resto. Otra vez es un tema económico para que las empresas europeas se anticipen en la incorporación de criterios ambientales para obtener el pasaporte digital de producto, con el que pueden demostrar que sus productos son ambientales, y así ser más competitivas en el mercado exterior.
Europa también está valorando implantar un impuesto al carbono en frontera, de modo que si un producto chino quiere entrar tiene que demostrar que no está haciendo un dumping ecológico.
El posicionamiento de Euskadi
-Euskadi ha sido destacada como región líder en ambición climática por la red internacional ‘Under2 Coalition’. ¿Lo estamos haciendo bien?
-El Gobierno vasco trabaja en esta red que engloba 177 regiones de todo el mundo, que tienen como objetivo común alcanzar las emisiones netas cero, es decir, la descarbonización de nuestras economías.
En su informe de 2023, ‘Under2 Coalition’ destaca que Gobiernos como Euskadi estamos liderando el compromiso en acción climática con una política integral que va desde la planificación y la legislación, hasta la acción porque tenemos instrumentos de adaptación al cambio climático y proyectos concretos de mitigación.
También formamos parte de la red Regions4 Sustainable Development, donde se trabaja más la parte de adaptación al cambio climático, porque la ciencia nos dice que aunque dejemos de emitir, el cambio climático ya no se puede parar y tenemos que adaptarnos a él.
-¿Cómo cree que influirá la Ley Vasca de Transición Energética y Cambio Climático en el futuro?
- Conseguir cumplirla significa que hay que hacer muchos esfuerzos por parte de ciudadanos, empresas y administración. Hemos reducido las emisiones un 32% desde 2005, pero hay que llegar al 45% en el año 2030.
Hay que obtener más energía renovable, poner molinos y paneles fotovoltaicos para incrementar la producción, que actualmente está en torno al 16% hasta el doble, un 32%, pero cuando intentas llevar este objetivo a la práctica te encuentras con muchas dificultades.
-Entre ellas el largo proceso de tramitación para obtener los permisos...
-La tramitación es larga, pero porque es garantista para proteger el medio ambiente. Y el síndrome NIMBY (Not in my back yard - No en mi patio trasero).
-Y hablando de ecoinnovación, son ya cerca de 200 las empresas vascas que apuestan por ella. ¿Qué oportunidades se presentan de la mano de esta tecnología?
-Para Ihobe la innovación es fundamental. Tenemos que ir un poco por delante en materia de medioambiente y de instrumentos. En diciembre de 2023, la Comisión Europea señaló a Euskadi como una de las 17 regiones europeas mejor preparadas para afrontar el cambio climático por su apuesta en I+D+i.
Llevamos casi una década trabajando en temas de ecoinnovación con productos y herramientas novedosas y una quinta parte de estas cerca de 200 soluciones están ya operativas y se comercializan. No todo lo que desarrollas va directamente al mercado, pero estamos viendo que por cada euro que estamos poniendo nosotros, se generan 21 euros en el mercado privado. Nuestros expertos ayudan a las empresas a cambiar su modelo de negocio para que innoven y consigan mayor cuota de mercado.
-¿Y qué tipo de empresas están más interesadas en ecoinnovar?
-En general empresas muy consolidadas, con una trayectoria detrás, que necesitan innovar medioambiental y digitalmente. Para las pymes es más complicado y por eso hemos creado una herramienta gratuita que es la calculadora de clima y circularidad en la que metes unos pocos datos de tu empresa y puedes saber cuál es tu huella ambiental y tu huella de carbono, lo cual ayuda a situarse de forma fácil y rápida para poder mejorar tu diagnóstico. Además es muy útil de cara a solicitar ayudas o certificados, por ejemplo. También vamos a ofrecer un asesoramiento para las pymes de Euskadi para que sepan medir cada concepto y ayudarles en los siguientes pasos.