Casualidad o no, el cambio de ciclo en la política vasca, con un nuevo Gobierno autonómico renovado casi por completo, coincide plenamente con un punto de inflexión en lo económico. Asume por ejemplo Noël D'anjou los mandos de la tesorería en un momento de cierta debilidad en la entrada de recursos públicos a las haciendas o, en el apartado industrial, el nuevo consejero Mikel Jauregi llega a Lakua en pleno pinchazo de algunas de las grandes factorías del territorio.
Hasta ahora la economía estaba dando avisos de un cierto riesgo de caer en terreno plano pero el empleo mantenía una salud robusta de la mano de la fuerte necesidad de instituciones públicas y empresas de dar con mano de obra nueva tanto para rejuvencer plantillas como para encarar nuevos proyectos. La pelea por el talento sigue en marcha, de eso hay pocas dudas, pero lo cierto es que lo ocurrido en julio y agosto en el mercado laboral vasco es algo más que un tropiezo. ¿Hay motivos reales para la preocupación?
En solo dos meses se han perdido cerca de 23.000 afiliados a la Seguridad Social. Se esperaba un retroceso con el parón del curso escolar, causa principal del bajón en el número de cotizantes, así como por la bajada de actividad en verano de la mayoría de industrias pero quizá no de tal calibre. Desde el Gobierno vasco se llama a la calma en ese sentido y se da por hecho que habrá recuperación a partir de este mes de septiembre una vez se reinicien las clases.
"El empleo mantiene su solidez", según el viceconsejero de Empleo, Alfonso Gurpegui, uno de los hombres fuertes del departamento de Economía y Trabajo que encabeza ahora el vicelehendakari Mikel Torres. Para el viceconsejero el comportamiento mostrado por el mercado laboral vasco en verano es "el habitual" en esta época del año.
Demandas de los agentes sociales
Precisamente el vicelehendakari socialista ha estado estos días reunido con los principales sindicatos vascos y con la patronal Confebask (que calificó los datos de empleo de agosto de "decepcionantes") para valorar, entre otros asuntos, las diversas propuestas de cada parte en el ámbito laboral. Unas demandas que en clave sindical van enfocadas sobre todo a una mejora de los salarios y la reducción de la jornada, mientras que desde el lado empresarial se viene poniendo el foco en el alto absentismo o la conflictividad.
Hay que recordar que Torres tiene entre manos el proyecto piloto encendido por su antecesora en Trabajo, Idoia Mendia, para valorar la posibilidad de recortar el tiempo de trabajo semanal de forma generalizada en el que no participa Confebask. El margen de maniobra en todas estas cuestiones está, en definitiva, muy vinculado a la salud económica y del empleo, que tiene ahora en otoño una nueva prueba de fuego para despejar las dudas de la primera mitad del año.
Aunque se da por hecha una recuperación de la contratación en septiembre habrá que ver si el curso escolar es capaz por sí solo de hacer regresar al empleo a los niveles de cotizantes previos al verano teniendo en cuenta la situación en que se encuentran los grandes sectores industriales. Hay que recordar que factorías de referencia como Mercedes Vitoria no terminan de coger velocidad, con toda la automoción europea en un momento de debilidad (el último gigante en anunciar ajustes ha sido Volkswagen) que puede arrastrar a proveedores vascos.