La dependencia exterior y el bache de industrias clave amenazan el repunte económico en 2025
- Las últimas previsiones rebajan el crecimiento de la economía vasca a menos del 2% el año que viene por la debilidad de socios comerciales como Alemania y Francia
- Más información: Confebask anticipa un 2025 "complicado e incierto"
La economía vasca lleva dos años en esa frontera en la que es tan legítimo ver el vaso medio lleno como verlo medio vacío. Los problemas de ciertas industrias, ligados principalmente a la menor capacidad de compra de Alemania o Francia, emborronan el balance de un territorio que siempre ha presumido de sus fábricas.
Pero es cierto también que, pese a su bagaje industrial, hoy en día la actividad económica de Euskadi está más en manos de los servicios, con ramas en claro ascenso como la sanitaria, el transporte o la hostelería y el turismo.
Esa fortaleza del sector terciario despeja a nivel macro los nubarrones industriales y explica que el PIB mantenga el ritmo de crecimiento en ese listón próximo al 2%, del que en principio no se estará lejos el año que viene.
La mala noticia es que, si hace unos meses los análisis apuntaban a un 2025 unas décimas por encima de esa cifra, ahora la lectura es más pesimista: Laboral Kutxa y Confebask han coincidido esta semana en que el PIB vasco avanzará 'solo' el 1,8%.
La mejoría no llega
No es una crisis, ni siquiera puede considerarse una nueva desaceleración como tal, pero sí da la sensación de que ese fortalecimiento económico que dé garantías ante nuevas sacudidas no termina de llegar.
En octubre, sin ir más atras, BBVA Research apostaba por el optimismo avanzando un crecimiento de la economía vasca del 2,8% el año que viene de la mano de esa recuperación esperada sobre todo en la industria alemana y, en especial, de los grandes fabricantes de automoción.
Y es que este sector es en Euskadi si cabe más relevante que en otros territorios (unas 300 empresas que dan trabajo en el País Vasco a 40.000 personas) con su principal tractor como es Mercedes Vitoria sumamente vinculado al mercado germano.
La factoría alavesa, condicionada además por esa inversión millonaria para la nueva furgoneta eléctrica, necesita la reactivación de las compras desde Alemania o, al menos, recuperar ese cliente alternativo que fue Estados Unidos en 2023.
Alivio en las exportaciones
Las dudas de la automoción a nivel global impactan en las grandes acerías vascas, que anticipan una primera mitad de 2025 muy plana y, quizá, una recuperación a partir del próximo verano.
Y eso que hay brotes verdes claros como el fuerte incremento de la exportación de tubo sin soldadura el pasado mes de octubre, que apunta a un final de año en clave positiva tanto para Tubacex como para Tubos Reunidos, que empieza ahora la comercialización de su tubo cero emisiones.
En el sector de la energía, uno de los más pujantes en general, la gran cruz es Siemens Gamesa. Por un lado la compañía reduce pérdidas y trata de acordar medidas sociales que apuntan a que hay intención de preservar el negocio en España pero, a la vez, la crisis se alarga tanto que hay una pérdida de conexión con el mercado que es preocupante.
Se trata de una compañía con centenares de proveedores, algunos de ellos a su vez grandes grupos industriales, que ven ahora cómo se pone en marcha un nuevo ERTE de año y medio que afectará a ciertas fábricas como la vasca de Asteasu.
Enero viene frío pero el año puede ganar temperatura tras la primavera. Y, por ahora, no hay señal de alarma en el lado del empleo. El mercado laboral seguirá con buen tono y se consolidará ese millón de cotizantes vascos a la Seguridad Social gracias al empuje de los servicios.