Este jueves tiene lugar el primer encuentro de la mesa de negociación entre sindicatos y patronal en busca de un Salario Mínimo Interprofesional propio para Euskadi.
Un acuerdo que se dibuja complicado -dadas las diferencias entre ambas partes- pero para el que todas ellas han accedido a reunirse. Algo insólito en los últimos años y que, sin duda, no solo marca la predisposición de Confebask y de las centrales sindicales, también del propio Gobierno vasco, que se ha posicionado como mediador.
Ejecutivo que, precisamente este miércoles, recalcaba su "esperanza" en un acuerdo entre ambas partes y ha enfatizado en la importancia de que estas se sienten a dialogar, "algo que no se producía desde hace muchos años".
Una reivindicación histórica
Fue el pasado 8 de enero cuando LAB y ELA anunciaron el registro de una Iniciativa de Legislatura Popular por un Salario Mínimo Interprofesional en los Parlamentos vasco y navarro. Un SMI propio para ambos territorios que, si bien llevaban años pidiendo, se materializaba con el registro de esta ILP. Y cogia peso después de que CC. OO. y UGT se sumaran, días después, a la reivindicación.
Aunque cada sindicato pide una cifra diferente -algunos ni siquiera hablan de cifras-, todos ellos demandan que este de cobertura a "todo el colectivo trabajador, incluyendo a las personas fuera de convenios". Una 'unidad sindical' insólita que refuerza esta iniciativa y que ha sido bienvenida por la parte sindical.
Tal y como apuntaba Garbiñe Aranburu, coordinadora general de LAB, en una entrevista para Crónica Vasca publicada este pasado domingo: "Es un aspecto muy positivo y un avance haber llegado a este punto, ya que hace años ni CO.OO ni UGT se abrían a la posibilidad de hablar de un salario mínimo diferente al estatal".
Aunque en esta línea también matizaba que este acuerdo "no iba a ser fácil" y que, para lograrlo, Confebask iba a tener que sentir "la presión social y sindical".
La patronal accede a dialogar
Así, también ha sido insólita la postura de una patronal abierta a dialogar y de un Gobierno vasco que se ha posicionado como mediador -llegando incluso a destinar una partida al estudio del impacto que esta medida tendría en la economía vasca-.
Unas posturas que quedan lejos de las que se habían dado hasta este momento, con un Gobierno -el de Urkullu- cuya relación con los sindicatos soberanistas había sido más distante que la que se dá en estos momentos.
A pesar de esta 'relación distante', ya en la época de Idoia Mendia como consejera de Trabajo y Empleo se dieron conversaciones con la parte sindical que finalmente no tuvieron resultado en este aspecto. Con nuevo Gobierno, nuevos representantes y mayor unidad sindical arranca este jueves la mesa de negociación en busca de un SMI propio que, tal y como señalan ELA, LAB, CC.OO. y UGT, se amolde a la situación socioeconómica del territorio.