El Gobierno vasco ha abierto la fase de información pública del plan de Movilidad Sostenible de Euskadi, en el que se recogen inversiones previstas por encima de 5.000 millones de euros en las próximas tres décadas en carreteras, ferrocarril, puertos o aeropuertos.
Se trata del frente principal del departamento de Movilidad Sostenible que dirige Susana García Chueca y contempla un centenar de actuaciones divididas en los distintos ámbitos del transporte con el fin de sentar las bases de la descarbonización, como la implementación de nuevas zonas de bajas emisiones.
Tras pasar por el Consejo de Gobierno, el plan está abierto a recibir en estos próximos meses aportaciones tanto de la ciudadanía como de los grupos políticos antes de su aprobación definitiva, si bien se prevén revisiones periódicas cada cinco años.
En la parte correspondiente a carreteras, uno de los pilares del plan, una de las inversiones previstas más relevantes son las ayudas a la compra del vehículo eléctrico ahora canalizadas a través del plan Moves, cuya tercera edición el Gobierno central quiere prorrogar hasta este próximo verano.
Se trata de un programa con hasta 7.000 euros de subvención para la compra de un eléctrico puro o un híbrido enchufable. El plan vasco de movilidad contempla una inversión de 700 millones de euros con el objetivo de matricular 100.000 coches sin emisiones.
La consejera de Movilidad Sostenible, Susana García Chueca / L. RICO - EFE
El improbable objetivo del 16%
Dentro del amplio horizonte temporal de 30 años al que está referenciado el plan, el documento base divide las acciones en función del momento en que se pondrán en marcha entre las que son a corto (4 años), a medio (entre 4 y 8 años) y, como sucede con la inversión en la renovación del parque móvil, las que fijan objetivos para dentro de al menos ocho años, es decir, ya entrada la próxima década.
Esos 100.000 coches, sumados a los poco más de 10.000 eléctricos e híbridos enchufables que hay ahora en circulación supondrían en torno al 10% del parque móvil actual, ligeramente superior al millón de vehículos, según datos de Eustat a cierre de 2023.
Vehículo eléctrico
Se trata en todo caso de cálculos orientativos que pueden variar en función de cómo evolucione el contexto y, en ese sentido, el propio plan aboga por establecer más ayudas o incentivos fiscales para acelerar el ritmo de compra de este tipo de vehículos y el achatarramiento de los más antiguos.
Lo cierto es que al ritmo actual es más que improbable poder cumplir la meta fijada en 2022 por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu en su estrategia de movilidad de cerrar esta década con el 16% del parque móvil electrificado (50% de autobuses urbanos y 80% de taxis). Por otro lado, hay otros elementos que pueden servir de acicate, como las propias penalizaciones a la entrada en núcleos urbanos, la contención de los precios o la mejora de la infraestructura de recarga.
En cuanto a esta última cuestión, el plan de movilidad recoge varias medidas para mejorar la infraestructura de recarga, tanto creando nuevos puntos como asegurando la existencia de cargadores en las estaciones de repostaje convencionales, con una inversión global prevista de tres millones de euros.