La situación en la que se encuentran empresas y trabajadores por la afección de la covid-19 preocupa a patronal y sindicatos, que se debaten entre la necesidad de combinar economía y salud con la mayor protección para las personas trabajadoras y el temor latente de qué va a ocurrir el próximo 31 de marzo de 2021 con el fin de los ERTE.

El sindicato ELA ha puesto de relieve que, aunque el problema más destacado ahora es la situación en la hostelería, "no se puede olvidar que los ERTE siguen ahí y estamos expectantes sobre lo que pueda pasar el próximo 31 de marzo, fecha en la que concluyen. En estos momentos estamos a la espera de saber qué va a ocurrir, aunque nos tememos que será un 'tsunami' de despidos. Solo hay que fijarse lo que está ocurriendo ahora con las grandes empresas como Gestamp, ITP Aero o Aernnova, algo que podría tener su reflejo directo en muchas otras en poco más de cuatro meses".

Por su parte, Comisiones Obreras (CC.OO.) sigue denunciando "la falta de medidas en ciertas empresas" en cuanto a higiene, equipos de protección y mantenimiento de la distancia interpersonal de dos metros, tanto a la entrada y a la salida de los centros de trabajo como en sus zonas comunes. En su actividad por la "minimización del riego para los trabajadores, ya hemos denunciado varios casos en los que se incumplía, con lo que ha conseguido reconducir las medidas de protección en esas empresas. Nuestra labor es avisar a Osalan y a inspección de trabajo para que se corrijan y tratar de que la empresa sea menos vector de transmisión de la covid-19".

El presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, ha constatado que las medidas puestas en vigor recientemente a causa de la covid-19, como las del caso de la hostelería y la restauración, “no van a conseguir dar la vuelta a un año que va a ser muy malo” y asegura que cualquier retroceso “empeorará la situación, sin duda”. A pesar de todo, admite que las limitaciones son necesarias “para intentar mantener el equilibrio entre economía y salud”, aunque solicita que “debería rebajarse el nivel de exigencia solicitado a los hosteleros para el cobro de las ayudas, así como convertirlas en directas, no en créditos, ya que se destinan a empresas pequeñas con unas características especiales como la presencia de mucho personal autónomo”.