Cinco horas estuvo Siemens Gamesa con la cotización suspendida el pasado martes. Cinco largas horas que fueron las que necesitó la multinacional alemana para desmentir los rumores que planeaban en el mercado sobre una posible OPA de exclusión sobre su participada Gamesa para hacerse con su control.
Un desmentido, sin embargo, con matices, en el que no se cerró ninguna puerta para llevar a cabo la operación en el futuro, sembrando ciertas dudas sobre el futuro de su participada vasca.
De hecho, en el comunicado que remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se descartaba estar preparando "actualmente" una OPA de exclusión sobre Gamesa, pero aseguraba que no se puede "excluir ningún escenario en el futuro", y la empresa reconocía por contra, que está en estos momentos en un proceso de revisión de su cartera de activos.
Los rumores de que Siemens, que posee el 67% de las acciones de Gamesa, puedan plantearse la venta de parte de los activos de la vasca planean sobre el mercado desde hace meses. La empresa vasca podría ser actractiva para grupos asiáticos interesados en ganar cuota de mercado en Europa.
Este supuesto interés no ha llegado de momento a materializarse, pero el episodio del martes, con la suspensión de la cotización, ha servido, además de para hacer que las acciones de la empresa hayan fluctuado en la Bolsa al alza , para avivar las dudas sobre la posibilidad de que se diluya cada vez más la parte vasca en Siemens Gamesa, y que se contenga la respiración ante la posibilidad de que otra antigua 'joya de la corona' de la economía vasca, se aleje cada vez más de Euskadi.
Es cierto que hace apenas unos meses, con motivo de la Junta de Accionistas que se celebró en Bilbao -la sede social de Siemens Gamesa está en Zamudio- los dirigentes de la empresa se reunieron con representantes de las patronales y del Gobierno vasco para ratificar con su compromiso con Euskadi y con la sede social vasca. Pero a nadie se le escapa que en un mercado globalizado como el actual, el arraigo de las empresas está cada vez más diluido.
Las dudas sobre la sede son algo recurrente desde que se completó la absorción de Gamesa por Siemens en 2017. Entonces Iberdrola tenía una participación en la empresa de la que terminó desprendiéndose años después cerrando un largo episodio de disputas con Siemens sobre cómo debía abordarse la gestión de la empresa.
Gamesa, es otra de las empresas que durante años se han considerado una 'joya de la corona' de la industria vasca y que, como otras muchas, han ido desprendiéndose de sus apellidos. Fundada en 1976 Juan Luis Arregui y Joseba Grajales, en un pequeño taller a las afueras de Vitoria,con el nombre Grupo Auxiliar Metalúrgico, se convirtió en una gran empresa dedicada en un principio a la dirección de proyectos industriales y a la tecnología para empresas emergentes y más destinadas a la aeronáutica y lo aeroespacial. Ya en los años 90 la empresa fue abandonando el resto de las ramas para centrarse en la energía eólica en la que se ha convertido en empresa puntera. Ahora es propiedad en el 67% de la multinacional alemana.
Más centrada en parques eólicos onshore -terrestres- que en los offshore, ya que las plantas vascas como Asteasu y Mungia son esenciales en la fabricación de los productos estrella de los parques terrestres como el aerogenerador 5.X, la turbina más grande, la parte vasca de Siemes asume tiene ante sí el reto de hacerse más fuerte en la eólica en el mar, el negocio con más futuro en estos momentos.
De hecho, desde su constitución como una única empresa en 2017, Siemens Gamesa está inmersa en un proceso de reestructuración para intentar ampliar la cuota de los ingresos de los molinos marinos. Está por ver cuál sera el papel que jugará la parte vasca en ese crecimiento.