El comité de Tubacex desvelará este lunes si acepta la última propuesta de la dirección y desconvoca la huelga que hoy cumple 109 días. Hasta ahora los trabajadores se han mantenido firmes en su exigencia de que cualquier conversación con la dirección pase por que ésta reincorpore al trabajo a los 96 trabajadores despedidos en el ERE, -que por cierto, está recurrido ante los tribunales- pero la dirección no ha dado muestras en ningún momento de aceptar esta premisa si no está obligado por los jueces.
La propuesta de la dirección a la que el comité de empresa responderá hoy, en el último día de plazo otorgado por la dirección para hacerlo, pasa básicamente por mantener el volumen de empleo actual hasta 2024 en sus plantas alavesas, así como los salarios conforme a las tablas de 2021, y mejoras de las indemnizaciones de los afectados por el ERE, pero no incluye la readmisión de los despedidos y está condicionada a que los sindicatos desconvoquen el paro.
Los sindicatos que conforman el comité de empresa, ELA, LAB, CCOO, STAT e independientes, han tomado la decisión que se traslade hoy a la dirección sin pasar por la asamblea general. Han realizado asambleas individuales con sus propios afiliados, eso sí, pero han descartado llevar la decisión sobre si aceptar o no la propuesta de la dirección a la asamblea general, por considerar que el planteamiento de la empresa no es lo suficientemente "relevante" como para que haya que votarlo por todos los trabajadores y creen que basta con lo que las centrales han testado con sus afiliados directos para tomar una decisión al respecto.
La propuesta de la empresa se realizó el pasado 18 de mayo, y aunque el comité anunció en principio que contestaría a la misma en unos días, finalmente decidieron agotar los plazos. La última semana ha sido especialmente intensa con reuniones del departamento de Desarrollo Económico del Gobierno vasco con los sindicatos representados en el comité por separado en un intento de reconducir el conflicto. Lo cierto es que las partes en litigio se juegan mucho. La dirección ha advertido en reiteradas ocasiones que no puede seguir con las planta alavesas paradas, y existe la amenaza velada de que los pedidos que puedan llegar terminen en otra planta del grupo.
Los sindicatos no admiten los despidos porque creen que la crisis es coyuntural por la Covid, y que no están justificados. Sin embargo la empresa insiste en que la crisis es estructural y que se arrastra desde hace años por la crisis en su mercados tradicionales como el petróleo.
Precisamente desde la empresa señalaron la semana pasada en sede parlamentaria que las empresas alavesas tienen que ser más pequeñas y más especializadas. De hecho buscan nuevas oportunidades relacionados con otros campos de trabajo como el hidrógeno.
Recientemente la empresa ha comunicado a la CNMV que espera recibir en los próximos meses un incremento importante de pedidos procedentes del sector del petróleo y el gas gracias a la progresiva vuelta a la "normalidad" tras la pandemia y la importancia del gas como energía de transición.