La voluntad de Moncloa es que la operación de ITP Aero tenga un toque vasco, al menos que en el "núcleo de decisión" la presencia de Euskadi esté representada no solo empresarialmente, sino también políticamente a través del Gobierno vasco. El Gobierno de España está analizando las ofertas que han superado la primera criba de las que se han presentado en el proceso que Rolls Royce ha puesto en marcha para la venta de la compañía con sede en Zamudio. El Gobierno central tiene la capacidad de vetar la operación por el carácter estrátegico que tiene ITP por su implicación en labores de Defensa.
El Gobierno vasco ha comunicado en numerosas ocasiones su deseo de entrar en el capital de la nueva ITP Aero, siempre y cuando el proyecto contemple el desarrollo industrial y el arraigo en Euskadi. Fuentes del Ejecutivo de Vitoria han confirmado que mantienen los contactos sobre este tema de forma constante. Por su parte, el Ministerio de Industria Comercio y Turismo, insiste en que "sería lógico que la industria vasca tuviera un papel importante". Y es que en los planes de trabajo del Gobierno de España está el facilitar la entrada al Ejecutivo vasco en el grupo que se conforme en torno a los nuevos propietarios de ITP Aero.
Uno de los principales candidatos para hacerse con ITP es el fondo de inversión Towerbrook, accionista de referencia en Aernnova. Precisamente esa relación con la aeronáutica alavesa le da un factor favorable de cara a dar a la operación ese "carácter nacional" que ha exigido el Gobierno central. De este modo, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, podría reivindicar una participación en una operación que permitiera tener presencia en un grupo que aglutine a las dos compañías aeronáuticas con sede en Euskadi: Aerrnnova e ITP Aero. El movimiento tendría un importante peso simbólico tras unos meses que en Euskadi se ha visto la pérdida del control de Euskaltel o la marcha del proyecto de la fábrica de electrolizadores de Iberlyzer.
Los gobiernos central y vasco han explorado la posibilidad de que una empresa nacional pudiera plantearse la compra, pero lo elevado del coste de la operación que asciende a unos 1.500 millones de euros lo ha dificultado, aunque las administraciones recurrieran a fondos públicos para ayudar. En esa tesitura, es desde la política desde donde se busca ahora una solución que genere un combinado organizado en torno al comprador y que permita articular un discurso político a las administraciones.
El Ministerio de Industria ha citado la semana que viene a Towerbrook y Aernnova para que expliquen el proyecto empresarial que desarrollarían con ITP Aero en el caso de que desembarquen en la compañía que Rolls Royce ha puesto a la venta. Una vez pasada la primera criba en la que Goldman Sachs ha evaluado las ofertas formales presentadas a Rolls Royce, el Gobierno de España quiere analizar el escenario para tratar de garantizar que los nuevos propietarios de ITP Aero desarrollen el proyecto empresarial de la compañía y el carácter nacional de la operación.