Iberdrola lidera un proyecto realmente ambicioso para que, con el Gobierno vasco y una red de empresas innovadoras e ingenerías eléctricas de Euskadi, se pueda afrontar en los próximos tres años una profunda transformación de la red por la que se distribuye la energía a hogares y a industrias. La apuesta por la sostenibilidad y por aumentar el papel de las renovables en el mix de generación exige un profundo cambio de los sistemas, cuadros de luz, subestaciones y tendidos de distribución que actualmente no dan la respuesta que necesita el nuevo modelo energético. Se trata de un reto económico que asciende a 489 millones de euros y para el que el Gobierno vasco esperá contar con 122 millones de euros de los fondos europeos, mientras que los 367 millones restantes tendrán que afrontarlos entre Iberdrola y las administraciones vascas. De momento, se ha puesto en marcha un avance en Bizkaia con 30 millones de euros. 

Y es que una nueva energía requiere de unas nuevas autopistas para hacerla llegar. La actual infraestructura, por ejemplo, no es capaz de gestionar correctamente el autoconsumo energético. Muchos de los bloques de viviendas de nuestras ciudades, si ponen placas solares en sus cubiertas, tendrían problemas en hacer llegar eficientemente esa energía en cada uno de los hogares con las actuales infraestructuras de cable y cuadros de luz. Así que, a la par que todas las iniciativas para generar en las comunidades de propietarios soluciones de autoconsumo, como la de Repsol con Kutxabank, o las de Krean con Gobierno vasco que proyectan llegar a 100.000 familias, es necesario desarrollar todo el sistema de distribución. 

Nuevos cuadros de luz

Se trata por lo tanto de cambiar los viejos cuadros de luz por nuevos dispositivos que permitan gestionar tanto la infraestructura de cobre como las comunicaciones inalámbricas de un edificio. Así, las administraciones podrán optar también al control de la eficiencia energética desde un mismo punto o plataforma. Como explica Koldobika Goikoetxea, consejero delegado de Tormesh, "Se trata de una especie de ordenador o cerebro del hogar dentro del panel eléctrico que gestiona toda la infraestructura ya sea para su mantenimiento, detección de equipos, mejora de la conectividad o distribución de la energía". 

Gestión telemática de incidencias y menos pérdidas

De este modo, los grandes operadores y comercializadores, como Iberdrola, tendrían acceso a esos cuadros de modo remoto para resolver problemas del consumidor en tiempo real y detectar ineficiencias del sistema, así como picos de consumo para regular a qué tipo de energía recurrir. Una digitalización que deberá llegar también a las subestaciones y centros de distribución. Según explican fuentes de Iberdrola, esta implementación puesta en marcha de modo pionero en varios ayuntamientos de Bizkaia hace dos años "ha reducido en más de un 50% el timepo necesario para dar respuesta a las incidencias de servicio". 

Además, con este uso más eficiente de la red, se mejorará el rendimiento de todas las centrales renovables de energía solar o eólica. El principal reto de estas instalaciones es la conexión con el sistema general de red. Equipos antiguos o muy distanciados generan grandes pérdidas de energía. 

30 millones de euros para un avance en Bizkaia en el que participan 25 empresas

El proyecto de "Transformación digital de las redes distribución eléctrica" pretende abordar no solamente la renovación de la infraestructura, sino crear un espacio de I+D en este campo con empresas en Euskadi que pueden aportar soluciones, prototipos o trabajos de ingeniería que permitan un consumo más sostenible y una mayor eficiencia en el traslado y conexión de la red. Un primer avance de este programa es Bidelek 4.0, una iniciativa que une a Gobierno vasco, Iberdrola, Diputación de Álava y 25 empresas para desarrollar este cambio con una inversión de 30 millones de euros en algunas zonas de Bizkaia.