El sector de la alimentación es uno de los que, en los últimos años, más se ha abierto a importantes transformaciones en sus procesos. La apuesta vasca en torno a la digitalización, la robótica y la Inteligencia Artificial viene pisando fuerte con el objetivo de responder a los grandes retos que se plantean en torno a un sector cuya demanda se espera crezca un 70% en los próximos cuatro años. Retos de sostenibilidad, salud y automatización que han congregado en el Food 4 Future a más de 5.000 profesionales de la industria alimentaria y 200 firmas expositoras con novedades tecnológicas que supondrán un impacto de más de 300.000 millones de euros.
Los robots colaborativos o brazos robóticos son sólo una parte de esta transformación, si bien una parte esencial para adaptar los procesos productivos a una era de cambio. En este contexto, uno de los expositores, la vizcaína Inser Robótica, plantea un asistente de programación ubicado en un panel táctil que permite visualizar la instalación en un entorno virtual y programar el robot sin conocimiento previo, en resumen, mayor productividad en menor tiempo.
Además de mejoras punteras en la cadena de suministro, Inser Robótica plantea también un sistema conteo de capturas pesqueras basado en visión artificial, "capaz de determinar de forma fiable y objetiva el grano por kilogramo de los peces capturados por un buque pesquero analizando las capturas con un sistema de visión artificial basado en Deep Learning”, precisa Fernando Riaño, CEO de Inser Robótica.
En el marco del evento, la Inteligencia artificial se cuela también en los invernaderos, esta vez de la mano de Tekniker con un robot móvil autónomo capaz de detectar plagas en las plantas de un invernadero, identificarlas y aplicar el tratamiento químico más adecuado a través de sensores visuales y tecnología Deep Learning. "El robot es capaz de decidir cuál es el mejor tratamiento y aplicarlo en la zona afectada, minimizando así el uso de pesticidas”, explican fuentes de la empresa. De nuevo, salud, digitalización y sostenibilidad en el foco de atención.
En el stand del centro de investigación y desarrollo tecnológico, Tecnalia, una de las protagonistas es la máquina de clasificación y control de calidad de Multiscan. El equipo combina visión artificial y rayos X para la inspección de los productos alimentarios y el calibrado de ingredientes dirigido a mejorar la calidad de la cadena de producción. Todas ellas, soluciones que surgen en un contexto de necesidad de las pymes agroalimentarias europeas, seis de cada diez sin ningún tipo de tecnología basada en la inteligencia artificial entre sus filas.
Alimentos del futuro
Es, de hecho, el desarrollo de ingredientes y productos alimentarios el otro protagonista de las jornadas, centrado en mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades y contribuir al envejecimiento activo. En esta línea, Azti apuesta por la nutrición personalizada como concepto "pionero y revolucionario" basado en el Big Data o tratamiento de datos. "A través del Big Data se hará una analítica de perfiles que ofrezcan una nutrición de precisión, enfocada a un futuro en el que viviremos más y seremos más",explican desde Azti situando la salud como uno de los vectores que movilizará el futuro del consumo.
En este sentido, Azti ya colabora con el Athletic Club en lo referente a la nutrición inteligente asociada a la práctica profesional, en el que se acompañará a cada futbolista recogiendo información a tiempo real y convirtiéndola en recomendaciones individualizadas, adaptadas a los objetivos y necesidades específicas de cada futbolista.
Otro de los participantes y miembro del Basque Research Technology Alliance (BRTA), Neiker, ha presentado algunos de los "alimentos del futuro". “Llamamos alimentos del futuro a aquellos alimentos sostenibles, saludables y locales que cumplen con la Estrategia de la Granja a la Mesa de la Comisión Europea, que garantizan el bienestar animal y la seguridad alimentaria, respondiendo a las nuevas demandas del mercado en materia de competitividad y sostenibilidad”.
Para ilustrarlos están presentes tres ejemplos de estos alimentos: la patata beltza, rica en antioxidantes; la leche de oveja con un perfil de ácidos grasos más saludable, así como la cerveza Martzela, producida con trigo y lúpulo local.