La Unión Europea ha puesto fecha al final del coche de gasolina. Casi a la par que ha empezado a autorizar las primeras inversiones con los fondos europeos ha anunciado un ambicioso plan para impulsar el coche eléctrico en un movimiento que denota la clara apuesta por reducir la emisión de gases contaminantes en un 55% para 2030. La medida más llamativa es la prohibición de venta de automóviles de combustión en 2035. Desde ese año los concesionarios ya no podrán vender coches de gasolina o diésel y se trata de un anuncio que obligará al sector de la automoción a adelantar todas las inversiones previstas en la renovación de su sistema de producción. La medida adelanta cinco años el plazo que había fijado la Ley de Cambio Climático en España, la norma aprobada en abril situó la fecha límite en 2040.
La automoción y el transporte en carretera es el único sector en el que han crecido las emisiones de gases de efecto invernadero en los últimos años, por eso el paquete más relevante de medidas anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha centrado en este punto. Otra de las cuestiones que se anota en el plan europeo es el compromiso para seguir insuflando dinero en la construcción de puntos de recarga. Una línea que ha empezado a impulsar a través de los Estados miembros y sus regiones con el programa Moves que contempla para Euskadi 7 millones de euros en financiar estas estructuras y otros 9 millones para financiar la compra de coches eléctricos.
La industria de la automoción en Euskadi deberá adecuar sus planes a este nuevo calendario. Precisamente, el director de la planta de Mercedes en el País Vasco, Emilio Titos, reclamaba hace unos meses claridad a Europa para saber cuáles iban a ser los plazos y las ayudas en la transición al coche eléctrico. La fábrica vasca de Mercedes afronta actualmente una inversión de más de 800 millones de euros que servirá para adaptar su actual cadena de montaje para que pueda compatibiliziar una nueva plataforma que desarrolle un vehículo 100% digital y el modelo actual de la SV20 que se mantendrá más tiempo del previsto en la fabricación.
Las baterías para la automoción son otro de los focos clave para Euskadi en esta transición. BasqueVolt es uno de los proyectos estratégicos para la automoción eléctrica y puede establecer en Euskadi una de las 30 gigafactorías que se prevén en Europa. La fábrica de celdas de batería podría instalarse en Álava gracias a la tecnología desarrollada por CiC Energigune y por su especialización en la construcción de celdas en estado sólido para baterías de automoción. Es una de las claves vascas para la transformación eléctrica de la automoción para la que ayer el Gobierno de España presentó el plan estratégico con 4.200 millones de euros. El proyecto, BasqueVolt, contempla una inversión de 707 millones de euros que según se recoge en la iniciativa se reparten con una financiación pública de 56 millones de euros entre el Gobierno de España, con 48 millones, y 8 millones que aportaría el Ejecutivo vasco. Una cantidad, la recogida por Euskadi que estaría condicionada a la recepción de los fondos europeos Next Generation. La inversión privada, en cambio, ascenderá a 276 millones. Mientras que el grueso de 375 millones de euros se esperan obtener de los Fondos de Innovación de la Unión Europea, un instrumento de financiación europeo para cumplir con los compromisos de neutralizar la emisión de gases 2050.