Iberdrola tiene 65.000 accionistas en el País Vasco. O lo que es lo mismo, 65.000 personas que esperan cada año el reparto de beneficios de la eléctrica.
Una 'base social' que puede suponer de forma indirecta más capacidad de influencia que cualquier 'puerta giratoria', y que pueden marcar en cierto modo las relaciones de la empresa con el poder político y financiero vasco más allá de sus inversiones, su sede en Bizkaia y su repercusión en la recaudación fiscal.
El decreto que se aprobó en el Congreso de los Diputados para recortar los beneficios de las eléctricas -aunque finalmente el Gobierno lo ha modificado para reconducir las relaciones con estas empresas- salió adelante con la abstención del PNV, que justificó su decisión por las medidas negativas que podía tener para la industria vasca, y que consideraba el recorte de beneficios una medida "simplona" para atajar el precio de la luz.
Nadie habló públicamente entonces de los perjuicios que se causarían a los accionistas, pero ese decreto y el recorte a la eléctrica se habría repercutido al cierre del ejercicio en el bolsillo de 65.000 potenciales votantes.
Hay que tener en cuenta que es un número de accionistas importante, muchos de ellos herederos de las acciones de las acciones de la antigua Iberduero que se han pasado de una generación a otra como parte de un legado familiar.
Para hacerse una idea, los accionistas vascos de Iberdrola superan en 22.000 personas el número de socios del Athletic. Un club por el que el PNV se ha tomado la molestia de meter una enmienda parcial a los Presupuestos Generales del Estado para que los candidatos a la presidencia del Athletic no tengan que presentar avales económicos para poder acceder a la dirección del club.
Interés inversor de la BBK
Este elevado número micropropietarios de Iberdrola entre la sociedad vasca puede también explicar en parte el hecho de que la Fundación BBK, que preside Xabier Sagredo, que también es consejero independiente de Iberdrola, esté iniciando sus inversiones en empresas vizcaínas, precisamente comprando acciones de la eléctrica en Bolsa. Una estrategia de participación en empresas con la que quiere dar un giro a su obra social y a la diversificación de sus ingresos.
La relación de BBK con Iberdrola no es nueva. La antigua Caja de Ahorros tenía en Iberdrola una participación histórica, que luego, en la fusión de las tres cajas vascas se transfirió a Kutxabank y que llegó a ser de hasta el 10%. Ahora el banco tiene el 1,6% de la eléctrica, mientras la Fundación toma posiciones.