El pasado viernes, 19 de noviembre, terminaba el plazo para que los accionistas de Solarpack suscribieran la oferta realizada por el fondo sueco EQT por 880 millones de euros para hacerse con la compañía fundada por José Galíndez y Pablo Burgos. Tal y como confirmó 'Crónica Vasca', una semana antes del plazo, la oferta, que ofrecía una prima por acción del 45%, ya había sido aceptada por el 75% de los accionistas, condición que había fijado EQT para cerrar la operación.
Fuentes conocedoras del proceso han confirmado que la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) publicará a finales de esta semana, posiblemente el viernes, la adjudicación de la compañía a los nuevos propietarios una vez obtenidas todas las autorizaciones y finalizado el proceso que han asesorado Credit Suisse y Clifford Chance. El siguiente movimiento será la salida de Bolsa, los nuevos propietarios de la compañía dejarán de cotizar en los mercados en las primeras semanas de 2022, tal y como han confirmado las mismas fuentes.
El objetivo de EQT es centralizar todas sus inversiones en el sector fotovoltaico, que contemplan además la posibilidad de nuevas compras, a través de Solarpack. La compañía, según se detalla en los acuerdos de compra, seguirá contando con dos de sus fundadores, José Galíndez y el actual consejero delegado, Pablo Burgos, que ostentarán un 5% y un 3% respectivamente de la empresa, además de dos puestos en el consejo de administración con el derecho a veto de determinadas decisiones.
La operación supone una importante inversión y capitalización para Solarpack en lo que ha supuesto la tercera operación corporativa en Euskadi del año, tras la compra de Euskaltel y la de ITP Aero. El fondo EQT ha realizado el desembolso de los 880 millones sin recurrir a financiación, con su propia capacidad, e inyecta un volumen de dinero necesario para afrontar los planes de futuro de Solarpack, que requerirán entre 1.500 y 2.000 millones para dar respuesta a una cartera de posibles desarrollos de instalaciones de hasta 8 GW hasta 2026. Un esfuerzo muy importante si tenemos en cuenta que la compañía con sede en Getxo tiene actualmente en funcionamiento parques solares con una potencia de 500 MW y confía en terminar el año con un 1GW de instalación. El objetivo es duplicar esa capacidad en 2023 para llegar a 2 GW y elevar la potencia instalada hasta los 4GW en 2026.
Compromiso de permanencia durante, al menos, un año
Para afrontar esta tarea, los nuevos propietarios quieren desarrollar un Plan Estratégico con el actual cuadro de directivos de la compañía, que, al menos durante los próximos 12 meses mantendrá su plantilla y no tiene intención de cambiar la sede, ni la domiciliación de la sociedad en Euskadi.