El año de la recuperación se ha convertido en el año del parón para Mercedes. La factoría de Vitoria arrancó 2021 con optimismo tras superar los meses de cierre total por la pandemia, pero no ha parado de encadenar semanas de parones en la producción por la crisis de los componentes que afecta a todo el mundo, y especialmente al sector de la automoción. Tras las vacaciones de verano, a finales de agosto llegaba el primer parón de dos semanas. Una situación que se ha seguido sosteniendo en el tiempo con parones intermitentes como los de las dos últimas semanas de este mes de diciembre. La dirección de Mercedes marcaba el 17 de este mes como el último día productivo de 2021 y no se volverá al trabajo, en principio, hasta el próximo 3 de enero.
Esto ha ido afectando inevitablemente a la producción que se ha ido mermando semanalmente. Las previsiones para este año hablaban de un total de 148.600 furgonetas. Ahora, las cifras que se manejan rondan las 134.500, puede que incluso sean menos. Según confirmaba 'Crónica Vasca', en las comunicaciones que hay entre la dirección y los proveedores, se cuenta con un volumen de 125.000, cifra muy similar a la de 2020, el año de la pandemia.
Precisamente, en la última reunión que tuvo lugar entre la dirección y los sindicatos, se trasladó la previsión de que la falta de componentes se prolongará durante el ejercicio que viene, con una especial incidencia en el primer semestre, con lo que la situación de inestabilidad persistirá por lo menos hasta el próximo verano. Si siguen esos problemas de falta de suministros podrían producirse nuevas paradas a partir de enero.
Producción récord para 2022
Esto repercute directamente en la producción del próximo año. Según confirman fuentes sindicales, la planta de la multinacional alemana pretende batir su récord histórico de fabricación con más de 158.000 unidades en 2022, una cifra nunca alcanzada por la fábrica vasca que reta a la falta de chips semiconductores que viene sufriendo la industria de la automoción y que desde la Comisión Europea también se ha advertido que seguirá dejándose notar durante todo el año que viene. El caso es que es Mercedes cuenta con un número de pedidos muy importante acumulado este año y que no ha podido atender por las paradas de producción que viene sufriendo a lo largo del año.
Los pedidos de furgonetas que Mercedes recibió para este año en la última revisión del plan de producción realizada el pasado mes de abril, fijaron la cifra de fabricación en 148.000 unidades. Esta cantidad responde a las demandas de compra que recibe la marca, pero que no ha podido atender por la falta de suministros y de chips semiconductores que ha venido sufriendo. De momento, los paros han rebajado la producción a unas 130.000 unidades. Un salto que deja cerca de 20.000 unidades sin atender y que, gran parte de ellas, se arrastran al año que viene generando esa cifra récord sin precedentes en la planta alavesa de 158.000 furgonetas.
Mercedes solo ha alcanzado las 150.000 unidades fabricadas en un año el pasado 2017 y, un año después, en 2018 se acercó también a esa cifra con 148.000 furgonetas. La compañía espera en 2022 superar esos registros con 158.000 automóviles para los que necesitará también tener las plantillas a pleno rendimiento y rondar los 5.000 empleos.
La noticia es también un foco de esperanza para la industria de automoción, que emplea en Euskadi a 40.000 personas, con multitud de empresas proveedoras que dependen directamente de la actividad Mercedes. Tan solo en el parque de proveedores con el cuenta la compañía en los alrededores de la fábrica trabajan más de 2.000 personas que desarrollan su labor en las empresas subcontratadas por Mercedes.
Apuesta por el vehículo eléctrico
A principios de diciembre, la dirección de Mercedes en Alemania aprobaba la apuesta eléctrica de la compañía y las inversiones necesarias para avanzar el coche eléctrico. Tras los cambios normativos de la Unión Europea, Daimler ha aprobado su plan de inversiones para avanzar decididamente hacia la digitalización de sus furgonetas y vehículos. Así, el consejo de supervisión ha dado luz verde a una inversión de 60.000 millones para ejecutar entre 2022 y 2026 en sus diferentes plantas.
Según confirmaban fuentes de la compañía a 'Crónica Vasca' la apuesta supone que la marca de lujo se va a concentrar en tener una "posición de liderazgo" en los motores eléctricos y en el software del vehículo. Esta plan afecta de lleno a la planta de Mercedes en Euskadi que afronta una ampliación con una inversión inicial de cerca de 800 millones de euros y que centrará parte de su trabajo compatibilizar su línea de montaje con la variante eléctrica y con el objetivo de adjudicarse la construcción del nuevo vehículo.
La decisión ya supuso parar la cuarta versión de la Vito, el modelo SV21, que estaba previsto arrancar en 2024. Como ya adelantó este periódico, se trata de impulsar una nueva plataforma para una furgoneta diseñada desde el principio íntegramente para un motor eléctrico. El objetivo es llegar a 2025 con el nuevo modelo y que la multinacional alemana pueda ubicarse en este segmento. Hasta el momento, el modelo eléctrico de la furgoneta Mercedes, el EQV, se monta sobre la actual clase V en su versión SV20 y utiliza la misma plataforma diseñada para el motor de combustión, con los problemas de eficiencia que ello comporta.
Las empresas proveedoras de Mercedes Vitoria se encuentran en estos momentos a la "expectativa" y con la "incertidumbre" de conocer si la multinacional alemana seguirá contando con ellos en el desarrollo de la futura furgoneta eléctrica por la que apuesta el grupo.
Fin de los vehículos de combustión y entrada de más capital chino
Los objetivos de la firma alemana son alcanzar en 2030 el 100% de su producción en la modalidad eléctrica, cinco años antes de lo que propone ahora Bruselas, pero advierte de que el fin de los motores diésel y de gasolina dependerá de los clientes y de las regulaciones de cada uno de los estados miembros. De ahí que la fábrica de Euskadi desarrolle una serie de inversiones que permitan trabajar en la cadena de montaje con los dos tipos de vehículos.
La transformación de Mercedes en su apuesta por el vehículo eléctrico pasa por China. El fabricante asiático Beijing Automotive Group (BAIC) ha elevado hasta un 9,98% la participación que tiene de la mutlinacional alemana y, además, ha anunciado que próximamente aumentará su presencia en el accionariado con más compras. Una participación que, sumada al 9,7% que tiene el multimillonario chino Li Shufu, deja en manos del capital asiático casi un 20% del accionariado de la multinacional germana.
El caso es que Mercedes y Beijing Automotive Group (BAIC) han anunciado un refuerzo de la alianza que inciaron en 2017 con participaciones cruzadas. Así, los chinos aumentan su 5% en Daimler para llegar al 9,98%, y los alemanes se hacen con un 9,55% en la BAIC con sede en Hong Kong, y con un 2,46% de la que cotiza en Shanghai. Con este acuerdo se refuerzan los planes que pasan por la construcción de una fábrica de baterías en China que será la segunda, tras la de Alemania.
Y en Vitoria, aún sin convenio
La cadena de ensamblaje de la fábrica de Mercedes Vitoria es la mayor industria vasca con alrededor de 5.000 trabajadores. Unos trabajadores que aún siguen sin un nuevo convenio laboral, tras ya doce meses de negociación que no han logrado ningún acuerdo. En la última reunión, la empresa rechazaba la propuestas planteada por los sindicatos ELA, LAB y ESK, minoritarios en el comité, ya que requiere que se absorba una posible bajada de producción a base de ERTEs o EREs una vez haya sido implantado el denominado 'modelo V' de la compañía.
Por su parte, la empresa detallaba su proposición que consistía en comenzar el turno de noche el domingo, en lugar del lunes, como hasta ahora. Este cambio supondría la pérdida de pluses que perciben en la actualidad los trabajadores de ese turno, según fuentes sindicales.
Meses atrás, a finales de abril, el comité de empresa daba por rota la negociación, explicando que la empresa rechazaba las dos propuestas presentadas por ellos argumentando que son "inasumibles". La presentada en marzo por ELA, LAB, CCOO y ESK, planteaba reducir la jornada laboral, subir los salarios un 2,5 % anual y mejorar la retribución en caso de incapacidad temporal.
El director general Emilio Titos, quiso acelerar dicha negociación para lograr un acuerdo en junio pero finalmente todo se truncaba con la llegada de la crisis de los componentes que mantiene en vilo cada semana a Mercedes. Finalmente, se retomaba en octubre pero 2021 termina aún sin un acuerdo sobre este convenio. El anterior, y ya expirado convenio colectivo, llegó tras un largo proceso negociado que se extendió durante cerca de diez meses. Este lleva ya doce meses de conversaciones sin fructiferar.