Instalaciones de Epsilon Euskadi en el Parque Tecnolgico de Miano cuando estaban en uso / Idom

Instalaciones de Epsilon Euskadi en el Parque Tecnolgico de Miano cuando estaban en uso / Idom

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El Centro de Tecnologías Aeronáuticas arrancará el túnel del viento de Euskadi en noviembre

El Gobierno vasco recibirá 1,5 millones de euros por las actividades alojadas en el edificio tras más de una década sin uso y mientras queda afrontar una deuda de 16 millones que dejó el fallido proyecto de la fórmula 1 vasca

9 febrero, 2022 05:00

El Centro de Tecnologías Aeronáuticas (CTA) comienza este mes de febrero las obras de reacondicionamiento de la instalación del túnel del viento del Parque Tecnológico de Álava que lleva más de una década sin uso. Se trata de las instalaciones del fallido proyecto de la Fórmula 1 vasca, Epsilon Euskadi, y que costó 32 millones de euros entre ayudas y pérdidas. El Gobierno vasco va a invertir 700.000 euros en reacondicionar la instalación, actualizar el software y recalibrar el túnel del viento que gestionará el CTA para alquilar el uso a pruebas comerciales y proyectos de investigación. Según ha podido saber 'Crónica Vasca' las obras estarán terminadas en noviembre y es entonces cuando comenzarán los usos con una empresa aeronáutica que ya ha confirmado su interés.

El CTA pagará 275.000 euros al año al Parque por la explotación de las instalaciones y eleva así a 1,5 millones el conjunto de ingresos anuales que va a obtener el Gobierno vasco por el alquiler de los espacios del edificio Marie Curie. Una cantidad que le permite ya, por primera vez, afrontar el pago de las deudas generadas por Epsilon. Y es que el Ejecutivo debe pagar un millón de euros al año por el crédito de 16 millones de euros que avaló al proyecto de la fórmula 1 vasca. El CTA es un laboratorio de ensayos aeroespaciales especializado en pruebas para el desarrollo y certificación de materiales, sistemas y estructuras para la aeronáutica en el que participan las principales compañías del país, como Aernnova o ITP Aero. Esta Fundación será la encargada de gestionar el túnel del viento y ofrecerlo para pruebas y ensayos. 

Empresa aeronáutica

La operación se ha desencadenado en el momento en el que una compañía del sector ha manifestado su interés por realizar pruebas con un uso comercial y ha firmado ya un acuerdo con el CTA para arrancar con ellas el próximo mes de noviembre. Hasta entonces la instalación afrontará su puesta en funcionamiento y reacondicionamiento. Una tarea para la que la fundación aeronáutica se acaba de adjudicar el contrato de 700.000 euros que firmará este mismo mes de febrero. 

El grupo parlamentario de EH Bildu registró una iniciativa en el Parlamento vasco para promover que la instalación abra sus puertas también a usos de investigación y proyectos universitarios impulsados por la UPV. Una propuesta que se debatirá en la Cámara el próximo 22 de febrero. 

Unos ingresos de 1,5 millones de euros

Este otoño dos empresas confirmaron la instalación en el resto de oficinas del edificio. Fueron AVS, la ingeniería que ha desarrollado varios proyectos con la NASA, y la energética Alisea Esco.  AVS, la compañía guipuzcoana que participó en el vehículo Perseverance que la agencia espacial estadounidense ha puesto en Marte, está creciendo con fuerza en el sector aeroespacial con proyectos importantes entre los que se cuenta su participación con Virgin en la lanzadera de satélites de Reino Unido

Ocupan ahora mismo 4.100 metros cuadrados, que podrán ampliarse en otros 5.700, hasta llegar a alrededor de 10.000 metros cuadrados. Por ese espacio, el Parque Tecnológico percibirá 8,5 euros por metro cuadrado. Siete euros en concepto de alquiler y otros 1,5 euros por metro cuadrado por gastos comunes. En un primer momento, la superficie ocupada por las empresas será de 4.186 metros, lo que generarán 426.000 euros. Una cantidad que aumentará, en función de la ocupación del espacio reservado, hasta esos 1,32 millones, que sumados a los 275.000 euros que abonará el CTA por el túnel del viento harán un total de más de 1,5 millones cada año. 

Con esta recuperación del uso, el Gobierno vasco empieza a remontar una deuda histórica provocada por el sueño de la fórmula 1 vasca que quedó reducido a unas instalaciones de 13.000 metros cuadrados, a más de 16 millones de euros en ayudas públicas perdidas y a una factura de más de 16 millones de euros que debe pagar el Ejecutivo por avalar un crédito para el proyecto con sus propias instalaciones. Lo que supone un pago anual de 1 millón de euros hasta 2032. La especificidad del espacio y el envejecimiento de la tecnología ha hecho que ninguna de las opciones que se han barajado hasta ahora haya terminado por concretarse con la compra del conjunto del edificio que se valoró en 23 millones de euros.