Hay pocas cosas que se esperen con más ilusión en Wall Street que las cartas que publica Larry Fink. Todos los años el consejero delegado del BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo y el segundo con más presencia en empresas vascas, publica un texto dirigido a los consejeros y accionistas pero abierto a todo el mundo en el que postula cuáles serán las tendencias del futuro en la economía. Aunque Larry Fink ya había enviado su misiva de este año, el CEO de BlackRock ha publicado una segunda carta dedicada a la guerra en Ucrania en la que se alinea con los discursos de dos de las compañías vascas en las que tiene presencia BlackRock: Siemens Gamesa -en el que participa a través de otros fondos con un 3%- y BBVA, del que posee un 5,92%.
La misiva monográfica de Fink, por un lado, recoge el rebrote de confianza en las renovables en el que este jueves se apoyaba Jochen Eickholt durante la junta de accionistas de Siemens Gamesa. Si para el alemán era posible recuperar la rentabilidad de la compañía y repercutir más costes para remontar la situación de la eólica terrestre, el consejero delegado de BlackRock pronostica que "se acelere el giro hacia las fuentes de energía más verdes". De hecho, Larry Fink da un paso más allá e insiste en que es necesario "acelerar las inversiones en infraestructuras para impulsar un mayor uso de las energías y tecnologías verdes". El aumento de la demanda de renovables, pronostica el CEO de BlackRock, permitirá un abaratamiento de esta energía, lo que hará que el foco deje de estar en la oferta para situarse en la creciente demanda y cómo atenderla.
En opinión del segundo inversor más potente en Euskadi -solo por detrás de Norges Bank, el macrofondo soberano de Noruega- la búsqueda de una mayor independencia energética que está impulsando la guerra de Ucrania hará que la solar y la eólica tomen un nuevo impulso. Algo que abre la puerta de la revalorización a Siemens Gamesa en una ventana de oportunidad que hace un mes era difícil de imaginar, pero que tampoco se puede dar por ganada para una firma que ha arrancado su primer trimestre fiscal con pérdidas de 403 millones de euros.
Un nuevo orden mundial
Sobre el conflicto en sí, es donde Larry Fink suscribe una tesis que ya se ha escuchado antes en Euskadi: la configuración de un nuevo orden mundial que supone la guerra. Una idea que ya deslizó Carlos Torres en la junta de accionistas de BBVA celebrada la semana pasada en Bilbao, en la que auguró que el mundo posbélico será "bien distinto al de la globalización creciente de las últimas décadas". Fink se ha sumado a esa idea apuntando que la guerra "ha puesto fin a la globalización que habíamos experimentado en las últimas trés decadas", aunque matiza que este proceso de "aislamiento" ya había comenzado de alguna manera con la pandemia.
El CEO de BlackRock tampoco se ha olvidado en su misiva de hacer una referencia a la alta inflación. Al respecto de ella, Fink muestra su pesar con el hecho de que los salarios no estén subiendo al mismo ritmo que el IPC, lo que está cargando a los consumidores con el peso de un cóctel muy peligroso para el consumo: menos poder adquisitivo, una factura energética al alza y una cesta de la compra cada vez más cara, algo que según el consejero delegado del segundo fondo con más dinero en empresas vascas, está haciendo una especial mella en los trabajadores más vulnerables.