Con una veintena de reuniones a las espaldas, la dirección de Mercedes acudió este jueves a la reunión con el comité de empresa con su 'última' propuesta para dar luz verde a un convenio quinquenal que acumula 15 meses de retraso: la subida del IPC ligada hasta un tope de un 2,5% en los salarios. Una propuesta que supone un avance desde el 0,5%, pero que aun queda lejos de la realidad que están viviendo los trabajadores, con una cesta de la compra que se ha encarecido en casi un 10% en el último año. De ahí que el rechazo a lo propuesto por la dirección se mantenga entre los sindicatos -que preparan una contraoferta para el martes-, pero sí que se hacen valoraciones distintas en torno a lo ofrecido.
El presidente del comité de empresa en la factoría más grande de Euskadi, Igor Guevara, ha señalado a 'Crónica Vasca' su rechazo total a la propuesta. Él, que ha vivido muchos ultimátums por parte de la dirección de la compañía, relativiza la dureza con la que ha acudido la dirección a su encuentro con los sindicatos, si bien reconoce que el marco que ha planteado la empresa es el de "una negociación de intercambio de cromos dentro de su propia propuesta", algo que los representantes de los trabajadores rechazan de pleno. Entre la propuesta de Mercedes, aun así, se encuentran otras mejoras salariales como el incremento hasta 700 euros de la paga de cumplimientos de objetivos y la creación de una nueva paga de 500 euros que se abonará todos los meses de septiembre desde este año.
La empresa sigue insistiendo en que las condiciones de los empleados pueden influir de forma directa en la llegada de la furgoneta eléctrica a la planta vitoriana. A principios de diciembre, la dirección de Mercedes en Alemania aprobaba la apuesta eléctrica de la compañía y las inversiones necesarias para avanzar el coche eléctrico. Una inversión de más de 60.000 millones para ejecutar entre 2022 y 2026 en sus diferentes plantas. Esta plan afecta de lleno a la planta de Mercedes en Euskadi que afronta una ampliación con una inversión inicial de cerca de 800 millones de euros y que centrará parte de su trabajo compatibilizar su línea de montaje con la variante eléctrica y con el objetivo de adjudicarse la construcción del nuevo vehículo.
Pese a esa insistencia de la dirección, Igor Guevara recalca las cifras récord de beneficios y dividendos, que se contraponen al discurso de limitación en la mejora de las condiciones laborales. Este mismo miércoles el jefe de operaciones de furgonetas de la firma, Ingo Ettischer, se pasó por la planta vitoriana para destacar la importancia de que los trabajadores se 'aprieten el cinturón' para conseguir la fabricación de la furgoneta eléctrica. Sin embargo, Guevara cree que no hay que olvidar que la neutralidad de emisiones en la automoción europea no será obligatoria hasta 2035.
Entre los avances y el IPC
Otras fuentes del comité de empresa consultadas por este diario señalan que sí se comienzan a ver ciertas fricciones entre los sindicatos, que oscilan en un péndulo en cuyos extremos están la exigencia de que la subida salarial vaya ligada al IPC y la puesta en valor de los avances por parte de la dirección pese a que esta oferta sea, en teoría, la última. Pese a que la intención de todas las organizaciones sindicales es la de mantener el diálogo, hay quienes empiezan a ver un enquistamiento en la relación con el IPC -que argumentan en privado que una subida fija podría quedarse corta a tenor de la evolución reciente del IPC- y quienes quieren ver en el avance salarial de Mercedes un primer paso hacia un mayor entendimiento entre trabajadores y dirección. Entre estos segundos, algún sindicato incluso da por buena, como sustitutiva a la subida salarial de 2021, la prima a todos los trabajadores por la firma del convenio -fijada en 1.500 euros-, lejana a la subida de precios de casi un 7% con la que se cerró 2021.
No es el caso de Comisiones Obreras. Su representante en Mercedes Vitoria, Roberto Pastor, señalaba este jueves a 'Crónica Vasca', que habrá que hacer valer, además del IPC, otros aspectos que también influyen en las condiciones de los trabajadores "como la flexibilidad o la disponibilidad". La propuesta de la dirección incluye también la creación de un cuarto turno para un nuevo equipo que podría trabajar todos los fines de semana del año, la semana de fiestas de Vitoria y hasta 10 días festivos al año en turnos de 8 a 12 horas. La remuneración del trabajo en este turno, además del salario establecido, será de 4.000 euros anuales como incentivo por cambio de modelo de trabajo, y la jornada laboral será de 1.512 horas, es decir, 200 menos que la ordinaria.