"Que los recursos lleguen cuanto antes". Esa es la consigna que lleva semanas distribuyendo el Gobierno vasco allí donde se le pregunta por los fondos europeos -este miércoles volverán a abordar esta cuestión los consejeros Azpiazu y Tapia y el lehendakari en una jornada dedicada a los Next Generation- y por su calendario. En Lakua preocupa que a finales de mayo de 2022 solo esté convocado el PERTE del coche eléctrico y, pese a que España es el país que más avanzada lleva la ejecución de los fondos europeos, lo cierto es que los plazos empiezan a estar ajustados para los distintos PERTE ministeriales. Hay que tener un cierto grado de ejecución de los proyectos seleccionados en concurrencia competitiva a finales de 2023 para acceder a la segunda fase de los fondos -la de préstamos, que ya no serán ayudas directas como en este primer caso- y en Euskadi empieza a haber proyectos que están hibernando.
Uno de ellos es la plataforma de lanzamiento de satélites que AVS y Virgin proyectaban en el aeropuerto de Foronda. Es quizá el proyecto más impresionante de los que plantea presentar Euskadi a los fondos europeos. La ingeniería vasca de Miguel Ángel Carrera fue la elegida por la empresa de Richard Branson para hacer lo que ya están trabajando ambas empresas en el Reino Unido. El objetivo, desarrollar en la pista de Vitoria un programa de lanzamientos de satélites desde un avión en vuelo, una alternativa mucho más económica que el lanzamiento desde tierra firme. Con una inversión de 42,5 millones de euros, la firma de Elgoibar y su socio británico, con una experiencia consolidada en operaciones aeronaúticas y aeroespaciales, buscan convertir a Foronda en el primer puerto espacial en territorio comunitario y que AVS desarrolle el vehículo OTV encargardo de colocar los satélites propulsados por Virgin en la órbita.
Foronda centraría parte importante de la inversión de 42 millones para la creación de un 'hub', un TGOS (Sistema de Operaciones Terrestres Transportables). Se trata de un sistema de apoyo terrestre que consiste en una serie de remolques que manejan el propulsor de los cohetes y lo distribuyen a las temperaturas y presiones correctas al avión de lanzamiento. No se trata de un carburante convencional, ya que está preparado para que pueda funcionar en condiciones extremas, en el espacio. Se encuentra a muy baja temperatura, criogenizado, y requiere unos dispositivos de control muy ajustados que puedan medir múltiples variables. El aeropuerto de Vitoria alojaría la infraestructura para ordenar todas estas labores de preparación del cohete, denominado 'LauncherOne'. El dispositivo, según el programa de Virgin Orbyt, es colocado debajo del ala de un Boeing 737 desde donde se lanza en vuelo.
El programa es ambicioso como pocos, pero por el momento, más allá del anuncio de intenciones, el programa no ha dado más pasos. Fuentes conocedoras del proceso señalan que Aena todavía no ha recibido ni una sola comunicación por parte de AVS para desarrollar el proyecto cuando la creación del 'hub' implicaría una serie de acondicionamientos que chocan directamente con el calendario de diciembre de 2023. El proyecto es "complejo" señalan fuentes consultadas por 'Crónica Vasca' y antes de que la ingeniería de Miguel Ángel Carrera empiece a dar los pasos necesarios hace falta ver cuáles son los planteamientos de instituciones y actores privados, ya que, una vez más, habría que consolidar un consorcio para el proyecto que cumpliese los requisitos tanto de que entren en juego un 30% de pymes como de que haya presencia de dos comunidades autónomas. De ahí que el proyecto esté ahora mismo encallado con un calendario en el que ya solo quedan 19 meses para empezar a pedir la fase de préstamos a la Comisión Europea. Todo ello pese a que lo cierto es que la pista de la capital vasca reúne una serie de condiciones muy favorables para el proyecto: es una de las pistas más largas de España -tiene 3,5 kilómetros de longitud- y no está particularmente lejos del mar, que es uno de los requisitos para el plan de Virgin. Los cohetes tienen que despegar desde el ala de un Boeing en el aire y volando por encima del mar.
Los satélites ni siquiera tienen un marco regulatorio
El problema, de hecho, en el caso de los satélites de AVS y Virgin no se queda simplemente en la parte material; también existe un importante conflicto legal: España aún no dispone de una legislación que regule una actividad como el lanzamiento de satélites que pretenden hacer estas dos compañías. "No existe un marco regulatorio y España tampoco cuenta con un proyecto de ley" en el que esté trabajando el Gobierno central para reglamentar cómo se debe hacer esta actividad en los aeropuertos españoles, señala Efrén Díaz. Él es abogado, responsable de las áreas de tecnología y de derecho espacial del Bufete Mas y Calvet y secretario general de la Asociación Española de Derecho Aeronáutico y Espacial (AEDAE).
Díaz recuerda que a día de hoy solo existe en España un decreto de 1995 que regula el Registro de Objetos Espaciales, previsto en noviembre de 1974 por la Asamblea General de la ONU. De hecho, España está trabajando ya en la creación de una Agencia Espacial Española, anunciada hace un año y, sin embargo, todavía no tendría regulado qué podría hacer esa agencia, "quedando vacía de contenido" según Díaz. Otras fuentes conocedoras del proyecto coinciden en señalar que este es otro de los problemas que afronta el futuro consorcio para hacer posible la plataforma de Foronda: que no existe un marco legal para la actividad que se pretende hacer a día de hoy.