A apenas cinco días de que se cierre el plazo para la presentación de los consorcios que concurrirán al PERTE del vehículo eléctrico y cuando la falta de un fabricante automovilístico dejaba más que cuestionado al proyecto de Basquevolt, Mercedes e Iberdrola han acudido al rescate y serán las dos piezas clave para que la fábrica de baterías de Miñano salga adelante según publica El Correo.

La eléctrica de Sánchez Galán accederá al consorcio de Basquevolt como accionista mientras que la fábrica de Emilio Titos se va a convertir en una de las piezas centrales del proyecto que concurrirá a los fondos europeos y que aspira a ser la llave que desbloquee la fabricación de la nueva Vito eléctrica en la planta de Vitoria, para la que la fábrica está preparando su ampliación con una inversión que puede oscilar entre los 600 y los 800 millones de euros.

La fábrica de baterías de Miñano, desarrollada al completo, costará más de 700 millones de euros, dará empleo a 800 personas y será capaz de producir hasta 10 GWh partiendo de la base de una patente de celdas de batería en estado sólido desarrollada por el CIC Energigune. Ahora que tiene salvada su continuidad, será a principios de junio cuando se dé a conocer el consorcio completo. Ese será el segundo paso tras la presentación del proyecto a la convocatoria ministerial. A partir de ahí comenzará un recorrido de concurrencia competitiva con otros proyectos como la macrofactoría de baterías en Sagunto del Grupo Volkswagen o la fábrica que la surcoreana Iljin Materials va a construir en Cataluña, en Mont-roig del Camp (Tarragona), o el otro proyecto vasco conocido hasta ahora: el consorcio CAPITAL que lidera Irizar y en el que también está Iberdrola.

Cic Energigune, uno de los impulsores de BasqueVolt. / EP

La composición completa del consorcio, en la primera quincena de junio

Junto a estos proyectos ya se conocía la participación de empresas como Gestamp, Cie Automotive o Fagor Ederlan en proyectos de otras comunidades. Ahora Euskadi cierra así la primera bola de partido en su apuesta por la renovación de la automoción, fundamental para Euskadi y que afronta ahora un cambio de paradigma que cierra la era de los coches de combustión, pero abre oportunidades que van desde las propias baterías hasta los nuevos chasis o la reducción de componentes y peso en los coches que requerirán los nuevos vehículos eléctricos.

Esta incorporación supone un primer paso en un consorcio del que habrá que conocer el resto de actores. Falta ver quién más acompaña al CIC Energigune en su aventura aparte de Iberdrola y Mercedes y con qué presencia en una apuesta estratégica del Gobierno -así se reflejó en la carta remitida por el lehendakari a Nadia Calviño con los proyectos estrella de Euskadi- que ahorá tendrá que ver qué ritmo de avance coge, algo que irá muy condicionado por la evolución de los fondos europeos. El Gobierno vasco, por lo pronto, ya ha comprometido 30 millones de euros para el proyecto en su plan estratégico de inversiones.