Los acuerdos empresa a empresa ganan la batalla por los salarios a los sectores
Frente al frenazo en la negociación sectorial, empresarios y sindicatos sí están firmando convenios fuera del foco mediático que asumen parcialmente el IPC
1 junio, 2022 05:00En el debate sobre los salarios y lo adecuado o no de subirlos conforme a la inflación se están abriendo dos tendencias. Con la negociación colectiva bloqueada a nivel de grandes sectores en Euskadi, las empresas sí están llegando a acuerdos que no llegan a alcanzar la cota de la inflación pero se acercan bastante. Han sido más de 60 los acuerdos de empresa firmados en lo que va de año con una media del 4,6%, claramente por encima de las cifras que manejan los sectores.
Una primera lectura es que el ámbito de empresa, en el que el foco mediático es mucho menor, sí está dispuesto a diseñar esa salida intermedia ante la abultada inflación como es el pacto de rentas. De hecho el factor de la inflación no frena los acuerdos a nivel empresarial, con una cifra de convenios firmados hasta abril mayor que en 2021, según los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL). Empresarios y sindicatos asumen así en el cara a cara la necesidad de sacar adelante las negociaciones buscando un punto intermedio en ese camino hacia el IPC, del 6,5% el año pasado.
Una realidad que contrasta con la de los grandes convenios sectoriales vascos. El propio presidente del CRL, Tomás Arrieta, ha alertado de que viene un fuerte repunte de la conflictividad laboral por los alejados puntos de partida de sindicatos y patronales en materia salarial, instando a tender puentes que sirvan para superar este periodo de alta inflación. No parece en todo caso que los llamamientos de Arrieta vayan a tener éxito, no al menos a corto plazo. Sectores como el Metal, pendiente en Bizkaia y Álava, las residencias vizcainas o el comercio textil de Gipuzkoa abren escenarios de conflictividad por el convenio con la revisión salarial como eje central de las disputas.
Y es que la subida salarial acorde al IPC se ha convertido en la gran bandera sindical este año y ninguna central quiere bajarse de ese tren, menos aun en convenios sectoriales de largo alcance con miles de trabajadores afectados y por tanto mayor exposición a la opinión pública. En el Metal de Bizkaia por ejemplo sí ha habido tanteos entre las centrales respecto a la posibilidad de dejar 2022 como año de transición a cambio de atar el IPC en 2023, pero el vértigo a renunciar a la cota de la inflación es muy grande, más aun cuando no todo el bloque sindical iría de la mano.
Las patronales por su parte llevan tiempo agarradas al discurso de que no es posible sostener incrementos que asuman completamente la subida de precios en un escenario con otros grandes frentes como el coste energético o los problemas para recuperar pedidos perdidos por la pandemia. "Los sindicatos viven la margen de la realidad de las empresas", se ha quejado la alavesa SEA en el marco de las tres jornadas de paro convocadas en el Metal de Álava. La vizcaina FVEM ha accedido en la última propuesta a elevar la cifra de 2022 un 0,75%, hasta el 2,75%, lo que no parece vaya a contentar a la parte social, que ya prepara un calendario de huelgas.
Gipuzkoa a la cabeza
Frente al bloqueo sectorial, con solo dos acuerdos hasta abril y una subida media del 2,45%, las compañías vascas que tienen tamaño y capacidad para ello siguen cerrando acuerdos con sus delegados. Y el punto de encuentro se produce además a medio camino entre lo que vienen siendo las subidas medias los últimos años, en torno al 2%, y el IPC del año pasado. Así los 61 convenios de empresa firmados en los cuatro primeros meses del año marcan una media del 4,61% con números aun más altos en las firmas guipuzcoanas, casi el 6%, y más bajos que la media en Álava, algo más del 3% (en las empresas vizcainas el incremento es del 4,4%).
En relación a los convenios vigentes en 2022 que se arrastran de otros años se nota un cambio de tendencia muy claro en el ámbito sectorial. Las subidas en los acuerdos anteriores superan el listón del 5% en materia salarial debido a que se negociaron en un escenario de inflación mucho más contenida y la parte empresarial no tenía grandes reparos en ligar sueldos e IPC. En ese contexto se firmó por ejemplo el Metal de Gipuzkoa, vinculado al IPC, o la construcción de Bizkaia, que ha refrendado este año también esa subida conforme a la inflación. Con los precios disparados a todos los niveles las patronales han optado por poner coto a estos incrementos y adoptar un discurso mucho más cauteloso aunque eso les suponga asumir un aumento de la conflictividad.