El estallido de la guerra de Ucrania hace tres meses obligó a la multinacional británica Unilever a encontrar alternativas ante el cierre del principal mercado de aceite de girasol como es el ucraniano. En el caso de la fábrica vasca del grupo, ubicada en Leioa y dedicada fundamentalmente a la producción de mayonesas, se hizo rápidamente el giro de cintura sustituyendo este producto por nabina (aceite de colza). La planta vizcaina encara de hecho un verano prometedor en el que va a aumentar el volumen de trabajo con pedidos de otras fábricas europeas del grupo.
La escasez de girasol ha puesto en jaque estos meses a toda la industria de la alimentación. Euskadi compró el año pasado a Ucrania más del 80% del aceite de girasol que importó, por lo que el conflicto bélico ha dejado un vacío difícil de cubrir. Sectores como las conserveras ya han alertado de que la falta de esta materia prima puede tener graves consecuencias en muchos negocios. En ese sentido, la multinacional Unilever dio rápidamente con una alternativa para la fabricación de salsas, que ya utilizaba en otras recetas, como es el aceite de nabina o colza. Una semilla con mala reputación por el escándalo sanitario de la década de los 80 pero cuyo uso con los correspondientes controles está permitido y, de hecho, es muy utilizado en otros países de Europa.
La propia Unilever ha informado a sus distribuidores recientemente de que ante la falta de aceite de girasol va a utilizar el de colza de manera transitoria, y así se debe hacer saber al consumidor en el etiquetado, en salsas y mayonesas de la marca Hellmanns, que son las que se producen en Leioa. La fábrica vasca del grupo (el centro de operaciones de la multinacional está en Viladecans, Barcelona) ha encontrado así solución a las consecuencias del conflicto bélico, y de hecho prácticamente no ha dejado de atender pedidos estos meses. El recurso de la nabina se ha extendido entre los grandes grupos de alimentación que, de hecho, coinciden en señalar que es la mejor alternativa por su similitud en sabor y propiedades al aceite de girasol.
La fábrica vizcaina, que da trabajo a 170 personas, salva así el problema de suministro después de haber superado sin problemas la crisis del covid por tratarse de una compañía de un sector esencial como es la alimentación. Las perspectivas son buenas, además, con un verano en el que se va a aumentar la producción ante el tirón de la demanda de mayonesa en Europa. En las últimas semanas se ha reforzado la plantilla fija con la conversión en indefinidos de una decena de eventuales ante la buena evolución de los pedidos. Dirección y comité firmaron un nuevo convenio el año pasado con vigencia hasta finales de 2023.
Unilever es un gigante que facturó el año pasado más de 52.000 millones de euros, con múltiples áreas de negocio y marcas, además de Hellmanns, como Frigo, Knorr o Ben&Jerry's. Más allá de la alimentación la firma con sede en Londres posee una línea de productos de higiene y belleza, entre ellos Dove, Axe o Rexona. El pasado ejercicio aumentó sus ventas crecieron un 3,4% y el beneficio aumentó más del 8%, mientras que en el primer trimestre de 2022 el negocio se ha disparado casi un 12%. Tiene presencia prácticamente en todo el mundo con un volumen total de empleo próximo a los 150.000 trabajadores.