No es el visto bueno definitivo al rescate aunque sí es un paso importante para ello. El consejo de la Sepi, la sociedad que maneja las participaciones industriales del Estado, ha dado luz verde a la documentación que acompaña a la solicitud de 550 millones de euros por parte del grupo Celsa, que controla Nervacero y la antigua Laminaciones Arregui, un paso determinante para que el proceso continúe adelante. Los últimos movimientos en favor de la negociación por parte de los fondos de inversión dueños de la deuda permiten a la Sepi dar el visto bueno a la operación y dar parte a Bruselas, que también debe dar su aval. Para estos días queda pendiente aun el acuerdo definitivo, la letra pequeña, con los detalles sobre ese punto de entendimiento entre la firma catalana y sus acreedores.
Tras el desencuentro público del pasado lunes la relación entre el grupo Celsa y los fondos de inversión había entrado en otra fase. Desde el mismo martes hubo un emplazamiento mutuo a negociar, lo que incluyó un compromiso por ambas partes de alejar cualquier ruido mediático, político o en el plano laboral para asegurar la viabilidad de las conversaciones. Ya el miércoles se dieron pasos importantes y, finalmente, se ha podido transmitir a la Sepi un mensaje claro: hay voluntad de continuar con el proyecto industrial.
Eso permite a la Sepi poner el sello al rescate tras un "exhaustivo análisis" de la situación de la compañía catalana a todos los niveles. Eso incluye todo lo relativo a la situación de la deuda, superior a 2.000 millones, y al plan de reestructuración con sus acreedores. Es decir, la Sepi tiene en cuenta que en los últimos días se habría alcanzado un pacto de mínimos entre las dos partes que a día de hoy permite ser optimista. Hay que recordar que el plazo para conceder ayudas a empresas vinculadas al covid termina el próximo día 30, motivo por el que si se quiere dar tiempo a formalizar la operación era necesario que la sociedad estatal moviera ficha cuanto antes.
Así las cosas los fondos habrían asumido una serie de compromisos mínimos relativos a esa reducción de la deuda que busca la Sepi en alrededor de 1.000 millones. Pero también es cierto que el bloque que lidera Deutsche Bank ha marcado una nueva línea roja en lo referente a su participación en el capital de la empresa de la familia Rubiralta. Por tanto habrá que ver cómo se desarrollan estas próximas jornadas y si finalmente el aval de hoy de la Sepi se traduce en la salvación financiera de Celsa.
Nervacero, muy atenta
Hace semanas que las plantillas de la acería Nervacero, así como de las plantas del grupo en Álava, la antigua Laminaciones Arregui, miran de cerca el proceso de rescate del grupo de Barcelona. Tras iniciar movilizaciones el pasado viernes para respaldar el proyecto industrial esta semana están pendientes de las noticias que llegan de tierras catalanas, con un aumento del optimismo en las útlimas jornadas.
La acería de Trapagaran está inmersa en la negociación de su propio convenio, para el que la inyección de dinero público sería un gran empujón. El comité asume que el escenario cambiaría radicalmente si finalmente llegan los 550 millones de la Sepi y, más allá del convenio, que el préstamo asegura la continuidad de los 350 empleos a medio plazo.