Poco a poco, pero CAF sigue dando pasos en uno de los mercados más proteccionistas de Europa: el francés. Uno que cuenta con el segundo constructor más grande del mundo -una Alstom enorme desde que compró Bombardier- solo por detrás de la china CRRC y uno de los países más reacios a la liberalización que está imponiendo Bruselas en los raíles de todo el continente. La compañía guipuzcoana ha ido sabiendo ganarse la simpatía de uno de los principales operadores y compradores del mundo -SNCF- gracias a sus buenas relaciones con el Eliseo, que ha visto en CAF no solo una firma con la que cubrir la desinversión en activos que le impuso Europa a Alstom tras hacerse con Bombardier -esa ha sido la puerta que se le ha abierto al fabricante para sumar otra instalación en tierras galas junto a la que ya tenía en Bagnères de Bigorre-, sino también una empresa interesante para diversificar su mercado ferroviario.
La propia CAF reconocía en su comunicación de este lunes que la adquisición por 75 millones de la fábrica de Reichshoffen, en Alsacia, junto a la tecnología para construir dos plataformas, supone un paso más "para servir a clientes de otros mercados europeos cercanos" gracias a su ubicación "estratégica". De hecho, CAF mira ya hacia Alemania gracias a la plataforma Talent 3, que abrirá la puerta de los regionales germanos a CAF. Sin embargo, eso no ha desviado la atención de un fabricante que ha seguido adjudicándose contratos: 300 millones en Suecia, 200 millones en Arabia Saudi, otros 200 en Emiratos Árabes Unidos, 170 millones más precisamente en Alemania con trenes de baterías... y manteniéndole el pulso a Talgo por el tren de hidrógeno mientras los de Carlos Palacio siguen dándose de bruces con 'noes' de Francia que contrastan con la entrada que están teniendo tanto Alstom como Stadler en unas adjudicaciones de Renfe que, además, no han contado en algunos casos con una actualización de precios que sí están afrontando los constructores en sus costes de producción.
De hecho, Alstom ha maniobrado en más de una ocasión para tratar de que CAF no cogiese tanta fuerza en el hexágono francés. El gigante, que comparte la adjudicación con CAF para los trenes de cercanías de París, intentó boicotear el contrato de más de 2.000 millones moviendo a unas autoridades francesas que salieron en defensa de la compañía guipuzcoana. De hecho, el respaldo del Ejecutivo galo llegó hasta el punto de que Macron visitó la fábrica de la empresa guipuzcoana para mostrar su apoyo. Ese agrado del Ejecutivo galo ha contado además a su favor con los conflictos laborales generados por la compra de Bombardier, que no han sido del agrado de un Eliseo conocedor de la fuerza del sindicalismo ferroviario a ese lado del Pirineo. Además, tras la compra de Bombardier, ha habido varios movimientos que han generado conflictos laborales que no han sentado bien al Ejecutivo francés dada la fuerza que tiene el sindicalismo ferroviario.
A la adjudicación parisina, CAF suma la licitación de trenes de media distancia para 28 vehículos con opción de 75 adicionales, que prestarán servicio en las líneas París-Clermont y París-Limoges-Toulouse por un coste de 700 millones de euros, y la entrega de tranvías en municipios como Montpellier, Nantes, Besançon y Saint-Étienne, a lo que se añade la rehabilitación de la flota de trenes de la línea D del metro de Lyon. Además, el fabricante de Beasain tiene comprometida una inversión de 25 millones El movimiento supone, por tanto, otro paso más hacia la última joya del mercado francés: una alta velocidad que SNCF protege como oro en paño que tiene su liberalización bastante más bloqueada -de momento solo han circulado los Frecciarossa italianos- que la de una alta velocidad española donde ya operan compañías como Ouigo, precisamente con trenes Euroduplex de Alstom cuyas ganancias van a los bolsillos de SNCF.
España llama a las puertas de la red francesa que ya explotan trenes italianos
El malestar español incluso llevó al anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a escribir una carta a la comisaria europea de Transportes para recordarle que los pasos que estaba dando España para seguir las directrices de la UE en la liberalización del sector ferroviario no estaban teniendo respuesta por parte de ninguno de sus pares europeos. Además, Ábalos, pidió una intervención directa para las homologaciones en Francia de la nueva locomotora de alta velocidad de Talgo, el tren Avril. Es la apuesta que llevará a la empresa española a fabricar en su planta de Álava 400 unidades que ofrecen importantes ventajas competitivas frente a los trenes de Alstom, pero la administración francesa ha dilatado la acreditación para que pueda circular por el país galo.
Cabe recordar que las posiciones de CAF en Francia también tendrán un pequeño impacto en las arcas públicas. El Gobierno vasco tiene el 1,24% de la firma guipuzcoana a través de una pequeña participación que compró en una retirada de posición de Kutxabank, que mantiene un 14,06% de las acciones y el nombramiento como consejera de la que fuera vicelehendakari y consejera de Economía y Hacienda, Idoia Zenarruzabeitia.