Dicen que si lo bueno es breve, resulta ser dos veces bueno. En el caso de URSSA, la situación parece ser la completamente inversa: lo malo, cuanto más rápido, menos duro. La cooperativa del Grupo Mondragón, en pleno proceso de liquidación y con el cartel de 'se vende' puesto sobre todos sus activos para poder pagar las deudas de sus acreedores, continua ultimando los detalles de cómo será su desaparición total. La histórica compañía de Vitoria, que cuenta con una oferta de DHL encima de la mesa por los terrenos de Júndiz y con el interés de otras de las grandes empresas de Euskadi -en su momento hasta Mercedes llegó a preguntar por esa suculenta parcela industrial-, tiene pendiente resolver su propia disolución, pero ya tiene resuelta la de todas sus marcas.
La última en caer ha sido la división de ensamblado: URSSA Assembly and Services. El juzgado de instrucción número 7 de Vitoria ha hecho público ya el auto que confirma la desaparición de la sociedad responsable de estas actividades, con sede en la propiedad del Campo de los Palacios que tanta polémica municipal ha llevado a sus espaldas. Esta división también había entrado en concurso de acreedores, pero la situación financiera era tan pobre que la apertura del concurso fue para cerrarlo directamente ante la insuficiencia de la masa activa, que no permitía ni satisfacer las deudas más prioritarias de esta firma.
La compañía consolida así otro paso más en una desaparición que empezará a hacerse realidad en septiembre. Es a comienzos de ese mes cuando terminará el plazo para presentar ofertas por los activos de la compañía y se pondrá el punto y final a la historia de la cooperativa, con sus empleados cooperativistas reubicados ya en otros puesto dentro del grupo Mondragón, principalmente en Eroski.
La marca era uno de los activos que precisamente ofertaba URSSA en su plan de liquidación, pero fuentes conocedoras del proceso de disolución de la cooperativa confirman a este periódico que esto no va a afectar a lo ya aprobado. Se venderán el resto de activos como estaba previsto hasta ahora en un proceso que continua su marcha y que sigue concitando el interés formal e informal de varias compañías por las propiedades de la firma, muchas de ellas contactando de forma indirecta a través de intermediarios.
El Campo de los Palacios, pendiente de su calificación urbanística
En el aire está el futuro de los terrenos de Campo de los Palacios. Allí, antes de que se aprobase el plan de liquidación, era donde la firma había puesto todas sus esperanzas para sobrevivir. Se esperaba vender esos terrenos para construir 500 viviendas y obtener de ahí el dinero suficiente para que los acreedores -entre ellos Laboral Kutxa, Kutxabank, BBVA, el Banco Santander, Elkargi y el Gobierno vasco- volviesen a prestárselo a la cooperativa de Vitoria a cambio de un plan de viabilidad para mantener viva la actividad de la compañía.
Sin embargo, esa operación, que requería de una autorización municipal para recalificar los terrenos de Adurtza, no consiguió aglutinar el consenso político necesario en el Ayuntamiento de Vitoria y bloqueó el convenio de acreedores, por lo que está por ver si su futuro es industrial o, más probablemente, residencial. Además de las 500 viviendas en esa superficie de Adurtza, se iban a reservar 1.000 metros cuadrados para la ubicación de locales comerciales y otros 5.000 metros cuadrados para equipamientos urbanos.
Júndiz, con futuro e interés industrial
De entrada, la compañía ha fijado un precio de venta para los terrenos de Adurtza cercano a los 12 millones de euros mientras que ha tasado la parcela de Júndiz en 10,7 millones de euros. Esta segunda superficie -que se pone a la venta por un precio extremadamente superior al que le costó a URSSA comprar los terrenos al Ayuntamiento de Vitoria- es una de las más grandes del polígono industrial alavés, que en los últimos años ya ha concitado el interés de empresas como Eroski, Mercadona o el gigante Panattoni para instalar sus centros de logística. El suelo industrial de Euskadi -especialmente si puede tener uso logístico- lleva años convirtiéndose en un refugio para la inversión. Las miradas de fondos como Aquila, Patrizia, Batipart, Invesco o Blackrock buscan activos en los que convertir su liquidez tras el brutal crecimiento de las ventas online, de la alimentación y el retail empujado por la pandemia.
En el caso concreto de los terrenos de URSSA, la ubicación es privilegiada. La planta de URSSA está a dos kilómetros de la plataforma logística de Adif -que este martes recibió la adjudicación de las obras de adecuación al ancho europeo para hacer de esa superficie la lanzadera de una autopista ferroviaria que conectará a Euskadi con Europa mediante el Corredor Atlántico-, a 2,5 kilómetros de la factoría de Mercedes en Vitoria y en el corazón de la apuesta logística de Vitoria: un puerto seco cada vez más interconectado que está acompañado del ecosistema que han potenciado en los últimos años el aeropuerto de Foronda, los polígonos 'hermanos' de Miñano y Arasur y la autopista de la A-1.