Vicinay camina hacia la normalidad tras recuperar el abastecimiento de materia prima de la mano del rescate financiero de la Sepi, de 32 millones de euros. La factoría de Sestao, el corazón del grupo Vicinay Marine, ha retomado la producción a ralentí con una única máquina en funcionamiento en las últimas semanas, pero se espera un acelerón a partir de ahora gracias a la llegada de un suministro extraordinario de acero procedente de Corea del Sur.
El fabricante de cadenas y amarres marinos grandes dimensiones confirma que la inyección de liquidez por parte de la sociedad industrial del Estado ha resuelto las necesidades financieras y ha permitido solventar los problemas con el suministro de acero local. Con todo, ante estos problemas en el suministro con sus proveedores habituales la empresa familiar optó por recurrir en julio a una vía alternativa para garantizar los depósitos de materia prima y tener seguridad de poder acometer los diversos proyectos pendientes.
Ese acero procedente en concreto de Corea ha llegado estos días al Puerto de Bilbao y podrá utilizarse ya de manera inminente, lo que permitirá poner en funcionamiento hasta tres máquinas en las instalaciones ubicadas junto a la ría, que darán así otro paso en dirección al ritmo de trabajo normal a las puertas de un otoño prometedor para el fabricante de cadenas una vez se ha dejado atrás el parón del covid y los importantes problemas financieros.
Pedidos para Australia y Brasil
La histórica compañía vizcaína, volcada en los últimos años el mundo energético offshore, iniciará así los trabajos para atender un pedido de gran tamaño para Australia, remarcan fuentes de la firma, así como otra estructura que irá a parar a Brasil. Castigada por la cancelación de proyectos por el covid, que supuso la entrada en ERTE, Vicinay ha sumado en los últimos meses un volumen importante de trabajo a su cartera como para afrontar con garantías el próximo periodo, sobre todo gracias a su posicionamiento en el mundo de la eólica marina. Vinculada tradicionalmente al mundo naval y las estructuras para la obtención de gas y petróleo en alta mar, Vicinay ha puesto el foco en las renovables marinas como apuesta de futuro.
En ese sentido emergen con fuerza iniciativas para obtener energía eólica a traves de plataformas flotantes en el mar, un nicho en el que Vicinay es protagonista con presencia en buena parte de los proyectos piloto en Europa o Japón. En Euskadi quema etapas el llamado Demosath que encabeza Saitec, un aerogenerador marino gigante a prueba en aguas de Armintza, y antes de la pandemia germinó el proyecto Flow enfocado también a desarrollar tecnología para estas plataformas.
Con las administraciones decididas a acelerar la transición hacia energías verdes, la eólica marina flotante es una buena solución para la costa cantábrica y permite ampliar las posibilidades de la eólica en Euskadi más allá de la instalación de parques en tierra. La propia Unión Europea se ha marcado como objetivo disparar la capacidad de la eólica para cumplir con los objetivos de emisiones, lo que abre muchas puertas a la empresa vizcaína en todo el continente.