Tras el parón vacacional, el metal alavés recupera las reivindicaciones. Los sindicatos ELA, CCOO, LAB, USO, ESK y CGT han pedido a la patronal alavesa SEA que "recapacite y acuda a la mesa negociadora" del próximo día 8 con una "actitud que facilite el acuerdo" para evitar otras tres jornadas de paro en el sector este mes. La parte social asegura que SEA suspendió la mesa negociadora previa a la huelga del día 30 y que en el siguiente encuentro la patronal mantuvo una "actitud inmovilista e irresponsable, bloqueando la negociación y despreciando la propuesta de la mayoría sindical". Por esta razón, propusieron retomar las conversaciones por el convenio este mes de septiembre.
Los sindicatos ELA, CCOO, LAB, USO, ESK y CGT comunicaban esta misma semana su intención de mantener las huelgas para los días 21, 22 y 23 de septiembre en el sector en defensa de un convenio sectorial "digno" y el desbloqueo de la negociación. Una negociación que lleva meses encallada por las "líneas rojas" de la patronal. Las principales reivindicaciones que están sobre la mesa son: salarios vinculados al IPC, bajada de la jornada laboral y limitación de la eventualidad y la flexibilidad, entre otras.
Las centrales han puesto el foco en el contexto actual de subida generalizada de precios y han incidido en la importancia de mantener el poder adquisitivo de los trabajadores. Han mostrado su esperanza en que la patronal "recapacite" y acuda a la mesa negociadora de la próxima semana con una "actitud que facilite el acuerdo".
El metal alavés fue el primero en iniciar la convocatoria de movilizaciones, incluso antes que el de Bizkaia, y tiene las tablas pendientes de actualizar desde 2017. Sobre la mesa hay un convenio hasta 2024, para el que la patronal SEA ofrece un 2,25% para 2022 y el 1,75% para los dos siguientes ejercicios. Se propone además compensar el desajuste con el IPC global (si las sumas esos tres años superan el 5,75%) en 2025, hasta un máximo de 4 puntos, y el resto en 2026. Es decir, la postura empresarial, aunque en diferido, ya incluye un compromiso de mantenimiento del poder adquisitivo a largo plazo.