El hidrógeno verde está llamado a ser uno de los grandes motores de la descarbonización. Tras una larga fase de laboratorio empieza a dar el salto, todavía en modo prueba, a transportes como trenes, coches o camiones. Ahora esta fuente de energía va a empezar a integrarse en equipos industriales dentro del ciclo de fabricación del acero, un proceso en el que tanto la administración como el sector siderúrgico vasco han hecho grandes inversiones y que prevé hacer una primera ronda de ensayos con nuevos prototipos a lo largo que viene.

De hecho la ingeniería guipuzcoana Sarralle, que lidera el proyecto H-Acero que aglutina prácticamente a todos los actores vascos como ArcelorMittal, Tubacex, Tubos Reunidos, Sidenor o Nervacero, impulsores a su vez del Corredor Vasco del Hidrógeno, ha conseguido ya poner en marcha en una planta un calentador de cuchara (donde se realiza el transporte del metal) que funciona exclusivamente con hidrógeno verde. Es un primer paso relevante que sirve de aperitivo para la fase crucial para ahorrar emisiones que es lograr un prototipo de horno de recalentamiento, en el que Sarralle está centrando esfuerzos y que supone en la mayoría de las acerías entre el 75 y el 80% de su consumo de gas natural.

"La tecnología para el uso del hidrógeno en la siderurgia es ya una realidad, y toda está probada a nivel de laboratorio. El salto que estamos dando ahora es la implantación de esa tecnología a los equipos siderúrgicos a nivel industrial", señala Itsaso Auzmendi, responsable de la línea de negocio de Hidrógeno de Sarralle. La firma con sede en Azpeitia cuenta con una plantilla global de 700 personas y presencia en ocho países icluyendo Asia y Norteamérica y cuenta con planes de seguir ampliando fronteras y diversificando la actividad más allá del acero, como las plantas de tratamiento de aguas y de residuos o las energías renovables.

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El hidrógeno, eslabón clave

Esa apuesta por proyectos de energía limpia es común a todas las grandes ingenierías vascas, que compiten también en la carrera por el hidrógeno. En el caso de Sarralle cuenta con ventaja en la aplicación de esta tecnología al mundo del acero, responsable aproximadamente del 10% de las emisiones de CO2.

Los trabajos de investigación de H-Acero, que cuenta con respaldo económico del Gobierno vasco, discurren por dos vías: se trata no solo de lograr que el hidrógeno vaya sustituyendo al gas en los equipos para evitar emisiones conteminantes, también de estudiar cómo afecta este elemento a los distintos tipos de acero de cara a su almacenamiento y transporte, que es una de las grandes dificultades en este campo. Fabricantes de tubos como Tubacex o Tubos Reunidos miran al hidrógeno como nueva fuente de negocio al demandar procesos de fabricación específicos y materiales especialmente resistentes.

En lo que hace referencia a los procesos productivos de las acerías sigue en marcha el proyecto de Arcelor Mittal para producir con hidrógeno, que tendrá su base en Gijón pero que contará con un capítulo específico en su planta de Sestao, actualmente detenida por los altos costes eléctricos. La multinacional calcula que será en torno a 2025 cuando tendrá plenamente operativa su nueva planta asturiana de reducción directa del mineral de hierro (DRI, por sus siglas en inglés) a través de hidrógeno verde, de la que partirá la materia prima para la fabricación de bobina 100% ecológica en la ACB de Sestao.

Antes, ya el año que viene, Sarralle comenzará a hacer pruebas en esa dirección, sobre todo centradas en los hornos de recalentamiento. Estos meses la ingeniería guipuzcoana está realizando la ingeniería de los prototipos, que prevé tener listos para finales de año de cara a poder hacer la puesta en marcha y los primeros ensayos con hidrógeno a lo largo del 2023, explica Auzmendi. Además, Sarralle está diseñando ya soluciones para facilitar el suministro a las acerías con equipos propios de generación de hidrógeno limpio. La compañía de Azpeitia tiene entre sus principales socios a la propia Arcelor Mittal, al grupo Celsa, propietario de Nervacero, a Aceros Olarra o a Sidenor.