Felipe VI recibió fuertes aplausos en el Congreso de la Fundación CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos) celebrado el pasado jueves en Bilbao. Esa imagen del Rey recibiendo el calor de los empresarios empieza a ser costumbre en el País Vasco. El monarca ha visitado Euskadi cinco veces en los últimos once meses. En cuatro de esas ocasiones ha contado con el 'cariño' del empresariado vasco.
La primera de esas visitas tuvo lugar en noviembre de 2021, cuando Felipe VI acudió a Bilbao para clausurar el congreso de los líderes empresariales de Europa. Después, en enero de este año, visitó otra vez la capital vizcaína para inaugurar las instalaciones de 'El Correo', principal periódico del grupo Vocento.
Después, en abril, volvió a Bilbao para inaugurar la cumbre europea del sector eólico, Wind Europe. Su cuarta visita se produjo en julio, cuando asistió en Ermua a los actos por el 25º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Su quinta y último paso por Euskadi fue el del pasado jueves.
En esta última ocasión de nuevo ocurrió que algunos de los principales empresarios vascos estuvieron a su lado. Como ya informó este diario, en el encuentro estuvieron el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, la presidenta del Eibar y presidenta del comité organizador del congreso, Amaia Gorostiza, el presidente de Corporación Mondragón, Iñigo Ucín, el presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, o la directora general de Mubil, Ane Insausti. Además, el bilbaíno José Ignacio Goirigolzarri, de Caixabank, intervino por videoconferencia.
Además de esos popes del empresariado estaban junto al Rey otros muchos empresarios vascos que le tributaron la citada ovación. Y, claro está, más allá de la clave vasca, también estaban los José María Álvarez-Pallete, de Telefónica, Antonio Brufau, de Repsol, Francisco Reynés, de Naturgy, o Isidro Fainé, presidente de la Fundación CEDE. En la sala del Bilbao Exhibition Centre (BEC) no quedaban asientos libres, como puede verse en la imagen adjunta.
Antes, durante y después de su discurso todo eran sonrisas y parabienes hacia el monarca. Muchos querían saludar a Felipe VI. Puro cariño, ni un problema. Justo lo mismo que ocurrió en los otros tres encuentros antes citados. Todo ello demuestra que continúa esta suerte de 'luna de miel' entre la Corona y los empresarios vascos.